Lo mejor del Festival de cine de Málaga es la diversidad de formatos que presenta. A pesar de centrarse únicamente en nuestra filmografía y la de los países hermanos en lengua, sí se consigue variedad gracias a que hay ciclos de documentales y falsos documentales, de TV movies, un formato que está en alza, de cine experimental, de cortometrajes. En realidad podría decir que lo que menos me ha aportado de todo lo que he podido ver son los largos a concurso. Ninguno de los que he visto era malo del todo, pero mucho menos aún se puede decir que haya descubierto ninguna obra maestra. Una de las películas que voy a reseñar a continuación, 'Los aires difíciles', se estrena esta semana. La TV movie ‘Cuento de Navidad’, de Paco Plaza forma parte de las ‘Películas para no dormir’, producidas por Chicho Ibáñez Serrador y Telecinco. En ella se recrean la estética y los referentes de los años ochenta, cuando el director tenía la edad de sus personajes. Para quienes hayamos vivido la época también con una edad similar, es muy divertido encontrar todos esos homenajes a las series de televisión, las películas, las chucherías y las costumbres de entonces. El argumento, un cruce entre ‘Stand by Me’ y ‘Los Goonies’, es muy interesante y el guión, de Luiso Berdejo, está muy bien desarrollado.
‘Atropello’, de Manuel Estudillo, es otra TV movie, en este caso protagonizada por la maravillosa Adriana Ozores. Se trata de una historia basada en un hecho real: un joven es atropellado de noche en una zona de discotecas y el conductor se da a la fuga. Con el único dato de que el coche era rojo, la madre del fallecido luchará por averiguar quién ha causado la muerte de su hijo. La madre coraje, sufridora y luchadora, parece un papel para el que a menudo se elige a Adriana Ozores, que ya demostró lo bien que podía interpretarlo en ‘Heroína’.
El formato de TV movie me resulta muy positivo, ya que los guiones suelen ser sencillos y estar contados con una estructura bastante correcta, al no tener ínfulas de ser algo más de lo que son. La duración suele ajustarse a lo que es necesario para contar lo que se está contando, sin dilatar innecesariamente las escenas o añadir secuencias que no hacen avanzar la historia. Aunque puedan estar peor realizadas que algunos filmes de 35 destinados a salas de cine (y digo puedan porque no siempre es así), en cuanto al guión muchas veces son superiores.
El falso documental ‘La niebla en las palmeras’, de Carlos Molinero, director y guionista de ‘Salvajes’ (2001) y guionista de ‘Hasta aquí hemos llegado’ (2002), y Lola Salvador, productora de ‘Salvajes’ y guionista de ‘Manolito Gafotas. ¡Mola ser jefe!’; es una película histórica/científica/ficticia, una película fundacional, un ensayo fílmico de rigurosa ciencia-ficción, una película sobre la historia de la ciencia, sobre la Historia como Ficción, una película que investiga la utilidad y la manipulación de las imágenes y, por lo tanto, la utilidad y la manipulación de la Historia. Podrá verse en mayo en Documentamadrid.
El protagonista de ‘No sos vos, soy yo’, esta vez se pone en el otro lado del diván y hace de un psicólogo que debe acompañar a un policía deprimido en ‘Tiempo de valientes’, del joven director Damián Szifrón. Casi por casualidad, descubren un caso de corrupción policial y de tráfico de materiales radioactivos. El psicoanalista, que no tiene ninguna experiencia previa como detective, tendrá que apañárselas para rescatar a su nuevo amigo y salvar a toda la población. La película es algo más divertida que ‘No sos vos, soy yo’, pero, al igual que aquélla, tiene un metraje excesivamente largo para una comedia que requeriría un ritmo más fluido.
En cuanto a los largometrajes a concurso, quizá la más redonda es, ‘El triunfo’, de Mireia Ros, que cuenta una historia de mafias y bandas en un barrio marginal de Barcelona. Tiene un buen guión, está bien rodada, con una bonita fotografía, y los actores interpretan perfectamente sus papeles, al menos los jóvenes y Juan Diego.
‘Un franco, 14 pesetas’ es el debut en la dirección de Carlos Iglesias, al que conocemos como actor y humorista. La película, que quizá peca ligeramente de ingenua y optimista, es una buena recreación de los años sesenta y de las vidas de todos aquellos que tuvieron que emigrar más allá de nuestras fronteras para enviar dinero a su familia.
La película que inauguraba el festival era ‘Bienvenido a casa’, de David Trueba. O bien me ocurre precisamente lo que el director decía de que nos acercamos a ver cine con demasiados datos y prejuicios, de que necesitamos una mirada más inocente, menos crítica y cínica. O bien esta película es mucho más fallida que su primera ‘La buena vida’ y que su guión de ‘Los peores años de nuestra vida’. Me encantaban ambos y si ésta no me ha gustado no sé si se debe a que yo he desarrollado una mirada más crítica o a que tiene fallos. Por supuesto, no es tan mala como ‘Obra maestra’, pues en general es agradable, tiene algún momento de humor logrado y alguno de los personajes no está mal. Pero los demás personajes son demasiado arquetípicos, los diálogos muy forzados y estructuralmente se desborda. A partir de cierto punto, es una acumulación de escenas que no llevan una a la otra y que no hacen avanzar la trama dramática. Debería estar montada con mucho más ritmo para que funcionara como comedia. El actor protagonista, Alejo Sauras, parece más joven de la edad que tiene su personaje y no resulta simpático ni empático. El final es excesivamente conciliador y la reforma psicológica del protagonista resulta muy exagerada.
‘Sin ti’, de Raimon Masllorens, tiene como mérito el haber tratado de mostrar la evolución psicológica de los personajes, cosa que se echa de menos en muchos guiones españoles recientes. Sin embargo, la película consiste únicamente en eso y sería más interesante si estuviera acompañando a una trama con otra base. La actriz protagonista, Ana Fernández, interpreta muy bien este difícil papel y el secundario Quim Gutiérrez da vida con gran acierto al personaje más entrañable de la película: Casimiro. Aunque en general, no está mal del todo, como defecto también se puede decir que se parte de un grado de dramatismo exagerado para poder hacer más evidente el cambio. Si para que se dé una evolución, los guionistas necesitan situar a los personajes en un grado 10 de dramatismo, entonces deberían buscar un conflicto que suponga una tragedia de ese calibre, no plantearlos ante algo de nivel, digamos, 8, pero hacer que se comporten como si fuera de 10. Para que se diera toda esta tragedia, la protagonista podría haber perdido, además de la vista, a un hijo o a su marido, y así se entendería mejor su comportamiento. Por otro lado, el final debe ser optimista, obviamente, porque en eso consiste el filme: en mostrar cómo ella ha superado su desgracia; pero quizá no todos los aspectos deberían acabar bien, podría haber alguno que no funcionara, como la relación con el marido o con la hija.
A ‘Los aires difíciles’, de Gerardo Herrero, le ocurre lo que a otras películas de este director (de las que la ya mencionada 'Heroína' sería una excepción): tiene una lentitud y un montaje lleno de pausas que parecen dignos de un filme profundo humana y psicológicamente, sin embargo, Herrero no cuenta nada especialmente hondo ni grave como para ese tratamiento. Le falta autenticidad a todo. Me extrañó que el guión estuviera escrito por una mujer, muy buena, por cierto, en otros trabajos, Ángeles González Sinde; y que estuviera basado en la novela de otra mujer, Almudena Grandes, pues respiraba un airecillo de caspa machista, con eso del señorito que se acuesta con la asistenta y de los sueños de chaval adolescente al que provoca la niña más descarada (por decirlo sutilmente) del barrio.
En el festival han podido verse y pueden seguir viéndose muchos otros títulos. En las retrospectivas y homenajes también se han proyectado películas de años anteriores, muchas de ellas que también he visto en otras ocasiones, sin embargo he querido hablaros de a lo que yo he tenido oportunidad de asistir en estos días en la ciudad de Málaga. El lugar tiene otras visitas interesantes que se pueden hacer, como el museo CAC, con la exposición de Anish Kapoor, que recomiendo fervientemente. La pieza principal, se titula My Red Homeland.