Después de un tortuoso vuelo de más de ocho horas, al fin llegué a Toronto. Todo con el fin de ver películas, porque por segundo año consecutivo cubriré el gigantesco festival (hay más de 200 largometrajes programadas) que se celebra cada año en la ciudad canadiense. Aquí podréis leer día a día los comentarios de las películas que vaya viendo.
Es el festival más importante de Norteamérica. Acoge importantísimas premieres norteamericanas y mundiales de obras de todas partes del mundo, y sus programadores encuentran el equilibrio perfecto entre el cine de autor y las películas para el gran público, llegando a mezclarse como en los casos de '¿Y ahora adónde vamos?' o 'Una mujer fantástica'. El certamen también es conocido porque es muy decisivo a la hora de definir la carrera al Oscar y, con o sin premio, prácticamente todas las ganadoras han salido de aquí.
A diferencia de festivales como Berlín, Venecia o San Sebastián, en Toronto no hay un jurado que otorga un palmarés (sólo en alguna sección muy pequeña) y el premio importante lo entrega el público. Que, si está contento con la película, ha de entregar la entrada al finalizar o bien votar por internet; algo muy cuestionable puesto que no todas las películas se presentan en las mismas condiciones (en cuanto a salas u horarios).
'Wildlife'
Tras su paso por Sundance y Cannes, llega a Toronto el debut como director de Paul Dano, que coescribe junto a Zoe Kazan. 'Wildlife' cuenta la historia de cómo un preadolescente vive el proceso de separación de sus padres en el momento en el que el patriarca ha de marcharse a otra tierra a trabajar, y su madre conoce a otro hombre.
Dano filma una película que nunca llega a encontrarse porque arranca siendo una historia nihilista, sobre el día a día de un hombre que ha de sacar adelante a su familia y, poco a poco, va derivando en el citado conflicto conyugal de forma natural pero desconcertante. Los personajes tienen cero carisma y nada te afecta como espectador. Es un drama que, por el talento de Dano componiendo encuadres y dirigiendo actores, podría destacar en el cine independiente norteamericano pero, finalmente, resulta una más.
'Assassination Nation'
También desde Sundance llega al Midnight Madness (la sección con películas de género que se proyectan en hora golfa) 'Assassination Nation' de Sam Levinson, una desenfrenada comedia negra de terror sobre los extremos a los que llega la violencia en un pueblo, cuando un grupo de adolescentes comienza a filtrar información hackeada de personas importantes como el alcalde o el director del instituto.
Probablemente sea una de las películas más raras, extremas y brutas que se vean en el TIFF; es como si Korine y Tarantino se fuesen de fiesta. Lo mejor de la película es como desde el principio es consciente de sí misma y no se avergüenza de nada, y eso le permite ir cada vez más lejos. Y cuando crees que no puede ir a más, lo consigue. Es sangrienta y bruta como ella sola, pero además tiene una importante carga social y es divertidísima. ¿Alguien da más?
'Burning'
Premio Fripesci en Cannes, 'Burning' del reconocidísimo Lee Chang-dong parte de un relato corto de Haruki Murakami para narrar el delirio de un intento de escritor tras la desaparición de su amada. Dong juega constantemente con la ambigüedad del relato, en varias ocasiones se tiene la sensación de que hay varias realidades o capas narrativas.
'Burning' es una de esas obras que sólo una sensibilidad asiática puede lograr porque es una cinta de un introvertido intimismo que acaba convirtiéndose salvaje. Y se aprecia perfectamente la huella Murakami, especialmente en el personaje protagonista y su soledad, o también en el obsesivo tratamiento del sexo; siempre un sexo triste. Al final, la película cabalga entre la melancolía japonesa y la locura surcoreana.
'Loro'
Después de su andadura en televisión con 'The Young Pope', el italiano Paolo Sorrentino ofrece su visión de la figura de uno de los políticos más controvertidos de toda Europa, Silvio Berlusconi. 'Loro' ("ellas" en italiano) nos habla de las diferentes mujeres que pasaron por la vida del político: prostitutas, adolescentes engañadas, su mujer...
La película llega con mucho retraso y con un remontaje para el estreno internacional, puesto que en Italia se dividió en dos partes que juntas alcanzaban las cuatro horas de duración; aquí vemos una selección de 150 minutos. Al principio de la cinta, Sorrentino se exculpa diciendo que cualquier parecido con la realidad es pura casualidad, pero no se esconde de llamar a sus personajes Silvio y Berlusconi.
Lo que parecía un proyecto interesante en manos de un cineasta tan mordaz y desvergonzado, resulta ser un estúpido guiñol, un desfile de escenas vistosas pero vacías. El italiano ha caído en el peligroso bucle de la autoparodia y cada vez sus trabajos son más artificiosos y mundanos en el peor sentido de la palabra. Lo más deleznable de todo es como cuando busca criticar las machistas actitudes del político, necesita recrearse en normativos cuerpos femeninos y el lesbianismo, pareciendo un mero voyeur que no un crítico de esas actitudes.
'Ha nacido una estrella' ('A Star Is Born')
Bradley Cooper asume el protagonismo y la dirección del tercer remake musical (aunque es la cuarta película con este nombre) de 'Ha nacido una estrella', la historia que contó por primera vez William Wellman en 1937, basándose a su vez en 'Hollywood al desnudo' ('What Price Hollywood?'). En 1954 tendría su primera versión musical protagonizada por Judy Garland y en los 70 llegó un nuevo remake con Barbra Streisand a la cabeza.
Ahora toma el relevo Lady Gaga, algo que parecía un camino natural dada la lista de iconos LGTBI que han interpretado al personaje. 'Ha nacido una estrella' se podría considerar la gran tragedia americana porque habla del amor, del descenso a los infiernos, de las adicciones y del éxito a través de un romance entre una cantante amateur (en las de los años 30 y 50 eran actores) que tras conocer a una estrella de éxito consigue lanzar su carrera musical. Su estrellato coincide con la crisis de su pareja.
Cooper coge la ambientación rock de la versión de los 70 y el punto melodramático de la de los 50 y dirige con una soltura y profesionalidad aplastantes. Y lo de Lady Gaga no es de este mundo; Cooper le regala varios primeros planos donde puede lucirse y demostrar la gran artista que es. No es una película perfecta, y en su segunda hora la parte musical acaba desapareciendo, pero es maravilloso ver cómo una historia así puede seguir teniendo vida y ser tan universal.
'Gloria Bell'
Sebastián Lelio vuelve a la historia que le lanzó a la fama internacional con 'Gloria Bell', revisión de su película 'Gloria' (2013) que ahora protagoniza en su versión americana Julianne Moore. La historia se centra en la vida de la mujer que da nombre a la película, una mujer divorciada de unos 50 años que pasa las noches en locales de copas intentando encontrar un nuevo amor.
Según declaran mis compañeros, la cinta es exactamente igual a la original, sólo que ambientada en Estados Unidos; es una obra de un tono extraño con un humor que deambula por situaciones patéticas que reflejan la desorientación vital de esta mujer, es una mirada ácida pero cariñosa, nunca quiere ponerse por encima de ella, la entiende y, por encima de todo, nos permite ver que es libre.
'Greta'
Neil Jordan regresa con 'Greta', un thriller noventero con toque de Verhoeven sobre la obsesión de una mujer de avanzada edad con una chica joven. Greta tiene uno de esos guiones que pueden convertirse en un circo en cuestión de segundos, pero que en manos de un director que sepa darle cierto tono irónico y juguetón (como en este caso) acaba siendo de lo más simpático y estúpido, en el mejor de los sentidos, que uno se puede imaginar.
Chloë Grace Moretz está espléndida, pero la reina de la función es Isabelle Huppert, quien puede permitirse el lujo de hacer del monstruo que todos creemos que es. Tan atrevida como delirante, pero siempre inteligente, Greta es un ejemplo más de que los 90 no debieron acabar.
'Sunset'
Tres años después de triunfar por todo el mundo con 'El hijo de Saúl', el cineasta László Nemes regresa con un drama ambientado en los momentos previos a la I Guerra Mundial. Sigue a una muchacha que ha de enfrentarse a su pasado tras cambiarse de ciudad y descubrir que tenía un hermano.
Más allá del gusto personal (a mí nunca llegó a ganarme) 'El hijo de Saul' era una película estilísticamente muy valiosa; Nemes era un autor joven que venía de trabajar con Béla Tarr, uno de los inventores de la posmodernidad cinematográfica, y le influyó a la hora de crear un estilo. El problema que tiene 'Sunset' es que parece una vaga repetición de aquel trabajo y, en esta ocasión, la historia no es tan interesante como para prestarle tanta atención.
Si bien es cierto que todo gira en torno a un misterio sin resolver, y eso podría justificar el fuera de campo, nada resulta novedoso y el personaje principal está tan mal construido que no hay forma de empatizar con su conflicto. Los 140 minutos de duración acaban notándose, en el peor de los sentidos. Tras ganar el Fripesci en Venecia empiezo a pensar que este señor será una de las vacas sagradas de los festivales europeos, pero 'Sunset' no dejará de ser un trabajo menor debido a su artificiosidad y al falso misterio que quiere darle a todo.
'Boy Erased'
En su nuevo largometraje como director, Joel Edgerton adapta las memorias de Garrard Conley (interpretado por Lucas Hedges). Este adolescente contó el programa católico al que le llevaban sus padres para reprimir sus deseos homosexuales. 'Boy Erased' es una película muy triste y difícil, maneja un tema muy complicado que puede llevarse al sensacionalismo fácil o a la histeria colectiva y él opta por tratarlo desde la intimidad y el sosiego.
Lo que consigue es una película muy contenida en cuanto a emociones, pero no por ello el drama pierde potencia. Por cuestiones narrativas, todo tiene que explotar en algún momento, pero cuando lo hace, no se va de tono y es ahí donde nos damos cuenta del grandísimo director que es Edgerton quien saca lo mejor de Hedges y Nicole Kidman, aunque también destaca mucho el propio Edgerton y Xavier Dolan, en un pequeño papel.
'Boy Erased' es uno de esos melodramas que sólo pueden venir de Hollywood, pero Edgerton lo trata con una elegancia y sensibilidad que, en ocasiones, nos puede recordar al mejor cine europeo.
'22 de julio' ('22 July')
Hace unos meses se veía en el Festival de Berlín 'Utoya. 22 de julio', una película que en plano secuencia y al estilo de una survival movie, recreaba la matanza perpetrada en la isla noruega en el verano de 2011. Ahora Paul Greengrass ofrece su visión del asunto en esta película de Netflix que se centra más en las consecuencias sociales y humanas de los hechos, antes que en el propio atentado, al que sólo dedica unos minutos de metraje.
'22 de julio' alterna el proceso judicial del asesino con la recuperación de una de las víctimas y, durante un rato, funciona e interesa, pero 143 minutos son demasiados y, en muchas ocasiones, roza el tono de culebrón y tv movie debido a la superficialidad y obviedad con la que está tratado todo. Es cierto que Greegrass se implica y narra muy bien, pero en Netflix la película parece condenada a ser abandonada a la mitad; y lo peor de todo es que, se abandone donde se abandone, nunca perderá la coherencia.
'La noche de Halloween' ('Halloween')
Michael Myers ha vuelto y, antes de asesinar a nadie, sus responsables han eliminado todas las secuelas de la saga y establecen 'La noche de Halloween' como la única secuela canónica. La película se ambienta en la actualidad, cuarenta años después de los sucesos de la cinta original.
El éxito de esta nueva 'Halloween' reside en el logro de encontrar el punto cómico sin necesidad de humillar o convertir en un bufón al villano, y aprovecharse de la desestabilidad emocional del personaje de Jamie Lee Curtis para generar desternillantes situaciones en momentos de puro terror. Es una película mucho más cuidada de lo que se espera. Luce muy bien visualmente, los efectos son más que aceptables pese a su pequeña producción y el reparto está espléndido.
David Gordon Green dirige con mucho cariño, consciente del producto que tiene en sus manos y la historia que lleva detrás. 'La noche de Halloween' es una orgía de humor, terror y sangre, una estupenda reinvención de un mito.
'If Beale Streets Could Talk'
Después del cómico Oscar a 'Moonlight' (probablemente una de las obras más importantes del cine independiente norteamericano) regresa Barry Jenkins con el drama 'If Beale Streets Could Talk', basado en la novela homónima de James Baldwin. Se centra en la lucha de una mujer embarazada por evitar la condena a muerte a su marido, inocente.
Jenkins ha construido una de las películas más tristes que he visto nunca. Todo está contado con una sensibilidad extrema y una frágil melancolía. Vemos a dos personajes que se aman como pocas veces se ha mostrado en el cine; el director encuentra en sus ojos los sentimientos de toda la comunidad negra y consigue denunciar problemas raciales sin necesidad de recurrir a discursos políticos o al sensacionalismo fácil.
'If Beale Street Could Talk' es una de las películas del año. Es dura y demoledora pero siempre consigue encontrar la esperanza donde menos se espera.
'Vox Lux'
Tras pasar por Venecia, hemos podido ver 'Vox Lux', subtitulada como "crónica del siglo XXI". Brady Corbet firma una extraña película sobre la llegada casual al mundo de la música de una adolescente. Es muy difícil explicar lo que es esta cinta, es un peculiar conglomerado de géneros que empieza como un drama plagado de humor negro que deriva en un espontáneo y explosivo musical.
'Vox Lux' juega a ser la gran tragedia americana de la que hablábamos al referirnos a 'Ha nacido una estrella'; quiere serlo todo el rato, busca personificar en una estrella del pop toda la decadencia de la sociedad contemporánea y lo hace de una forma tan rara como eficaz. El segundo acto es toda una fiesta, literalmente, en la que Natalie Portman (además de lucirse) se lo pasa muy bien y consigue que la película se aligere pese a su carga dramática. Pero nunca deja de ser una película de festival en la que el gran público no entrará con facilidad.
'Viudas' ('Widows')
Steve McQueen, director que sorprendió al mundo con la impactante 'Shame' y ganó el Oscar a la mejor película con '12 años de esclavitud', estrena en el Festival de Toronto su nueva película: 'Viudas'. El thriller adapta la serie homónima de los 80 sobre un grupo de mujeres que, tras heredar una millonaria deuda de sus difuntos maridos, deciden tomarse la justicia por su mano.
Si hubiese caído en esta película de forma anecdótica, un domingo en un multisalas donde no proyectan ni en versión original, lo mismo lo agradecería. Mi problema es que un director con la capacidad de crear imágenes que tiene McQueen no debería perder el tiempo en estas tonterías. 'Widows' no es una mala película, de hecho funciona bastante bien durante sus más de dos horas de metraje.
Pero no profundiza nada: las decisiones de los personajes son totalmente aleatorias, no se llega a entender bien el conflicto y parece que todo está prefabricado al servicio del thriller. Salvo Michelle Rodriguez (a quien no trago) todo el elenco está fantástico y eso ayuda a que la película se sostenga y nos olvidemos de la superficialidad de sus personajes. 'Viudas' es una decepción viniendo de un gran director pero eso no quita que pueda ser un placer culpable.
'First Man'
Tras el éxito de 'La La Land', Damien Chazelle decide alejarse por primera vez del mundo de la música en su nuevo trabajo. 'First Man' se centra en la figura del astronauta Neil Amstrong pero el realizador aprovecha para volver a hablar de la ambición y el éxito.
'First Man' es una película repleta de problemas. El más importante, su protagonista: por lo que muestra la película, debió de ser el hombre más aburrido del mundo. Si el personaje ya es poco atractivo, la elección de Ryan Gosling para interpretarlo no es muy afortunada. Es un grandísimo actor pero no se caracteriza precisamente por su expresividad, lo que genera aún menos interés. A su lado está Claire Foy, un mero soporte para el personaje de Gosling.
No hacen falta casi dos horas y media para contar esta historia y sobra demasiada información. Especialmente en lo referido al entrenamiento. La puesta en escena de Chazelle destaca en las escenas espaciales: planos espectaculares, un envolvente diseño de sonido y un elaborado montaje compensarán las dos horas de espera que dan paso a un corto, pero espectacular viaje. Es una lástima ver cómo puede cae este director cuando se le saca de su zona de confort.
'The Death and Life of John F. Donovan'
Desde su ópera prima, 'Yo maté a mi madre' (2009), todas las películas del canadiense Xavier Dolan han estado plagadas de oscuridad. Oscuridad reflejada a través de gays en el armario, pasados turbios o tóxicas relaciones familiares que han sido siempre el tema central de su filmografía.
'The Death and Life of John F. Donovan' cuenta la historia de Rupert, un niño obsesionado con la estrella de su serie favorita, con quien ha estado carteándose durante 5 años. Cuando eso sale a la luz, Donovan será el primer damnificado. Una vez más, Dolan vuelve a utilizar un secreto como punto de partida: un secreto incorrecto desde un punto de vista social, pero nunca moral.
Es maravillosa la forma en la que Dolan puede volver al tema del descubrimiento sexual desde el complicado punto de vista de un niño (el propio autor). El chico encuentra refugio en el cine y la televisión, y esa admiración que siente hacia Donovan no es más que una alegoría de su despertar sexual. Por otra parte, Donovan halla en la inocencia de Rupert un espacio donde esconder la parte más oscura de su vida, lo que deriva en una inexplicable empatía.
Todo lo cuenta Rupert, ya mayor, tras lanzar un libro con todas esa correspondencia. Una de las escenas clave es el encuentro con un anciano que aparece iluminado de una forma mística; en ese momento podemos empezar a cuestionarnos qué es real y qué no. Probablemente sea la secuencia más personal de toda la carrera de Dolan ya que homenajea a la saga Harry Potter, uno de sus reconocidos referentes. Es muy bonito que un cineasta del mundo del arthouse asuma el mainstream y lo extrapole a su lado queer (algo que ya ha explorado a través de la música).
"Yo vengo de este planeta y tú vienes de mí", dice la madre (Susan Sarandon) de Donovan (Kit Harington). Una frase que podría definir toda la obra del autor canadiense al recoger todas las obsesiones que rodean su cine: homosexualidad, madurez, aceptación, maternidad... 'The Death and Life of John F. Donovan' es un regalo para los fans del cineasta, una especie de cuento, como una fantasía infantil. Plagada de oscuridad bajo música y colores. Es histriónica y el guión patina mucho, pero se trata de un espectáculo tan estimulante en todos los aspectos que es imposible no caer rendido a sus pies.
'Roma'
Poco después de alzarse con el León de Oro en Venecia tenemos la oportunidad de ver en Toronto la nueva película de Alfonso Cuarón, 'Roma'. Es una película difícil y contemplativa, pero también una obra maestra. En palabras del propio director, 'Roma' quiere homenajear a las mujeres de su vida y se centra en dos personajes: la matriarca de una familia de clase alta en el México de los 70 y su criada, los dos pilares de su educación.
En busca de un retrato hiperrealista, Cuarón se ahorra todo tipo de tretas de montaje para aligerar su película. Pretende mostrarnos la cotidianeidad y la rutina de esta gente. Los movimientos de la cámara son extremadamente delicados, nunca se olvida de la poesía, todo es sosegado. Cuarón es capaz de mostrar la violencia con una sutileza muy difícil de conseguir pese a la crueldad de las imágenes. Esto vuelve a reflejar la maestría que tiene el director para encontrar la humanidad en momentos de caos.
La dirección de actores es todo un prodigio. Las protagonistas son dos enormes actrices que, aunque lleven el peso de la película, nunca sobresalen sobre el resto. Esto es fruto del meticuloso equilibrio con el que Alfonso Cuarón articula la narración. 'Roma' es el trabajo más personal de Cuarón: es cruda y desesperanzadora, pero, ante todo, muy bella.
'Nuestro tiempo'
De la nueva película de Carlos Reygadas se lleva hablando desde Cannes 2017, cuando se conocía como 'Donde nace la vida'. Durante tres horas, el director mexicano nos relata los desvaríos románticos de un matrimonio liberal que lleva un rancho a varios kilómetros de Ciudad de México.
Reygadas es el protagonista de una película maravillosa en la que está, obviamente, interpretándose a sí mismo y eso le sirve para reflexionar sobre las relaciones amorosas o el arte (su personaje escribe poesía). 'Nuestro tiempo' es una película que, si se malinterpreta, puede parecer onanista o autocomplaciente (hasta cierto punto lo es) pero prácticamente todos estos directores posmodernos tienen un punto autobiográfico en su trabajo que, de alguna forma, terminan explorando.
Reygadas hace autocrítica, intenta entender qué da origen a una narración y la manipulación que conlleva. Todo esto le conduce a a entender un poco más la propia idea del cine y, por ende, todo el arte narrativo.
'Quién te cantará'
El español Carlos Vermut presenta en la sección "Contemporany Word Cinema" su nuevo trabajo, 'Quién te cantará', un extraño musical sobre una cantante que ha de recuperar la memoria preparándose para una gira. Vermut cuenta una historia muy almodovariana en el tratamiento de la mujer, cruza las vidas de una artista acomodada y de una mujer obrera entre tacones, música folclórica y pasados oscuros.
'Quién te cantará' también huele mucho a 'Persona' de Bergman, al jugar con las artes, la dualidad de las personas y la psicología femenina. La brillante película de Vermut es atmosférica e impredecible, cada plano es un ejercicio de buen gusto y es capaz de dejar paso entre todo su dramatismo a un humor ácido marca de la casa.
'High Life'
Aquí en Toronto no se deja de escuchar acerca de 'High Life', la nueva película de la francesa Claire Denis. Sin malas interpretaciones, desde la premiere mundial, el semen de Robert Pattison está en boca de todos, y es que hay cierta escena en la película que, para bien o para mal, es bastante excesiva. La cinta se ambienta en una nave espacial donde viven una serie de reclusos bajo el control de una médico (Juliette Binoche) que experimenta con la reproducción humana.
'High Life' no es en absoluto ciencia ficción convencional. Es algo más cercano a 'Solaris' que a 'Star Trek' ya que todo es meramente conceptual y está buscando constantemente un espacio para la reflexión. Sólo una mujer podría haber dirigido esta película que, más allá de naves espaciales, plantea un futuro en el que el sexo femenino es dueño absoluta del acto de fecundación, a través de la ciencia y eliminando las relaciones sexuales.
Denis recurre a imágenes de mucha crudeza sexual para mostrar así los límites físicos del ser humano, las necesidades casi animales, el instinto... 'High Life' es una película muy oscura y difícil, pero si se entra en el juego que propone, el viaje es fascinante.
'Fahrenheit 11/9'
Michael Moore, incorregible desde siempre, invierte el nombre de su obra maestra 'Fahrenheit 9/11' en su nueva película 'Fahrenheit 11/9'. Si la primera sacaba a la luz todos los trapos sucios de Bush partiendo de los atentados del 11 de septiembre de 2004, la nueva utiliza la fecha electoral en la que salió elegido Donald Trump para sacar los colores a toda una nación que, aparentemente, era muy liberal y quería a una mujer como presidenta.
La primera media hora del documental es brillante porque Moore rescata todo el archivo televisivo de los días previos a las elecciones donde pensar en el triunfo de Trump era una broma y, en un tono jocoso, vaticina el desfase. A partir de aquí la película se vuelve contra el propio Moore al irse del tema, comienza a hablar de matanzas en institutos, casos de abusos sexuales o de agua tóxica en Michigan.
El descarrile viene cuando al director se le ocurre la "genial" idea de comparar a Trump con Hitler, convirtiendo el documental en algo paródico e irrisorio donde no se sabe hasta qué punto se está tomando en serio. 'Fahrenheit 11/9' podría haber sido mucho más relevante de lo que va a ser, es una obra devorada por el sensacionalismo fácil y el personaje que se ha creado su autor. Es decepcionante, pero tampoco molesta.
'Mid90s'
En la línea de las películas del Sundance de los 90, y directores como Greg Araki, Larry Clark o Harmony Korine, se estrena como director el actor y cómico Jonah Hill en 'Mid90s', producida por la prestigiosa A24. La cinta se centra en la vida de Stevie y su grupo de amigos (mayores que él) con los que practica skate.
'Mid90s' es una de esas películas que, a través de los ojos de un niño, muestran el lado más oscuro de Estados Unidos (como hacía 'The Florida Project'). En este caso, el niño protagonista vive en una familia desestructurada con un hermano que le maltrata física y psicológicamente.
Más allá de lo retro, hay algo muy poético en la obra de Hill; retrata con muchísima sensibilidad el dolor de su protagonista, y es capaz de encontrar belleza en la mundanidad más absoluta y en lo que se podría considerar incívico. 'Mid90s' es una versión descafeinada de 'Kids' pero tampoco necesita ser más visceral. Hay un inesperado gran narrador en Jonah Hill, quien ha encontrado una forma naturalista de narrar el crecimiento emocional del ser humano.
'Shadow'
Después de la errática 'Regreso a casa' y la bochornosa 'La gran muralla', el realizador chino Zang Yimou estrena 'Shadow'. Ambientada en la época medieval, la cinta narra las tretas de un soldado para engañar al rey y así conquistar otra ciudad. 'Shadow' es una película entretenidísima: la historia es interesante, está contada con mucho ritmo, hay mucha acción... eso sí, cuesta un poco entrar si no se conoce bien el funcionamiento de las monarquías chinas.
Lo mejor es dejarse llevar porque en cierto punto uno se da cuenta quiénes son buenos, quiénes son malos y cuál es esa sombra a la que se refiere el título. Yimou no ha perdido un solo gramo de su poderío visual, en esta ocasión filma toda la película en colores grisáceos, siempre muy cercano al blanco y negro, y lo más "colorido" que vemos es la sangre, a la que también rebaja el tono.
Las escenas de lucha son increíbles, hace de las batallas auténtica poesía, y utiliza algo tan peligroso como la cámara lenta (es fácil caer en el ridículo con este recurso) con una elegancia y estilo alucinante. 'Shadow' es una película muy orientada al público chino, muy alejada de sus exóticos melodramas, pero es un portentoso e imprescindible espectáculo que, por proximidad temática, parece ser respuesta a las malas críticas recibidas por su anterior película.
'Her Smell'
Hace dos años descubrí en el Festival de Berlín a un cineasta norteamericano llamado Alex Ross Perry; su película, llamada 'Golden Exits', me horrorizó totalmente al ser el típico producto de la factoría Sundance sobre gente rica con problemas. Cuando Toronto anunció la presencia de un nuevo trabajo de su director, pensé esquivarla pero los rumores apuntaban a que era una cinta mayor muy alejada de sus anteriores obras... y así es.
'Her Smell' cuenta la historia del descenso a los infiernos de una estrella del rock. Está dividida en dos actos: el primero muestra la locura y espiral de autodestrucción en el que vive la protagonista, está filmado con cámara en mano y es tan claustrofóbica como irritante; el segundo habla de las consecuencias personales que tendrá su actitud de estrella descontrolada. Lo más destacable de la película es la interpretación de Elisabeth Moss quien ha asegurado que este ha sido el papel más difícil de su carrera (a pesar de su aclamado papel en 'El cuento de la criada').
Ha debido suponer un gran esfuerzo físico y mental para ella rodar 'Her Smell'. Perry cuenta una historia, hasta cierto punto, muy vinculada a su anterior trabajo, pero aquí consigue hacerlo de una forma más elegante y con un personaje que, verdaderamente, ha de repugnarte. Es muy interesante lo terrenal que es su película y cómo evita explicaciones más allá de lo que se ve en pantalla. 'Her Smell' es dura, bruta e intensa; si se entra en su juego, se encuentra un extraordinario viaje hacia lo peor del ser humano.
'El reino'
Aunque el tema de la corrupción en España ocupa primeras planas en periódicos y telediarios, el cine y la tele lo han explorado de forma escasa con productos como 'B' o 'Crematorio', que han pasado bastante desapercibidos. Rodrigo Sorogoyen en 'El reino' nos presenta a un político que tras ser acusado de corrupción busca enfrentarse a todo su partido, que le da la espalda.
Sorogoyen concibe su película como un thriller, algo que en la práctica suena difícil porque todos asociamos la política a despachos y un vocabulario e inaccesible; sin embargo, consigue darle una tensión y un ritmo impresionante a todo lo que filma gracias a su forma de mover la cámara (persiguiendo obsesivamente a sus personajes) y con una música de rave que recuerda al recurso utilizado por los hermanos Safdie en su 'Good Time'.
Si que es cierto, que en ocasiones la película se le acaba yendo de las manos y hay un par de escenas que están muy por encima de la realidad, que pueden resultar cómicas cuando no deberían serlo. 'El reino' es una película trepidante, irónica y castiza que resulta totalmente disfrutable pese a sus salidas de tono y sus excesos en la ficción.
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