Desde hace unos años, la aparición de cadenas en TDT como Libertad Digital, Intereconomía o Veo7 ha fomentado la utilización de una forma de hacer televisión llamada, radiotelevisión. Consiste básicamente en algo muy sencillo: Retransmitir un programa de radio por televisión. Se caracteriza por estar producido con cámaras robotizadas (es decir, con un sólo operador de cámara capaz de manejar varias de ellas desde un puesto remoto), planos y realización muy estáticos (no hay mucho que enseñar) y variedad de invitados (la variedad que suele acudir a una tertulia radiofónica). El formato no tiene nada novedoso, tampoco se ha inventado en España.
Más bien ha sufrido un revival, puesto que sus orígenes parecen estar, como no, en la televisión norteamericana desde hace bastantes años. Resulta algo paradójico que un programa tan básico, sencillo de realizar y producir (a nivel televisivo), e incluso cutre, tenga audiencia. Luego la clave está una vez más en el contenido, con el que podremos estar más o menos de acuerdo. Esta es una forma de producir televisión low cost, rellenando horas, huecos y espacios y que al fin y al cabo lo que hacen es ceder protagonismo a otro medio de comunicación quizás más rentable.
Personalmente no me gusta esta forma de hacer televisión, puesto que no es televisión sino radio televisada, por muchas imágenes y videos que puedan acompañar la emisión. Me gusta que cada medio ocupe su justo lugar y que cada uno tenga una forma de hacer las cosas distinta, que por algo existe. En este caso hablamos de debates muy baratos que no necesitan de plató, pero realmente, un debate en televisión es mucho más. Sin embargo, entiendo la decisión de hacer este tipo de televisión cuando no se cuenta con el presupuesto necesario para hacer algo más grande por determinados motivos, y he de decir, independientemente del contenido, que es preferible esto a cualquier cosa.
Las franjas de emisión que suele ocupar la radiotelevisión en nuestro país son muy variadas, pero principalmente destacan las mañanas y los late nigths, franjas en las que las cadenas podrían programar algo peor en pro de la rentabilidad: los call tv. No obstante, mientras esta fórmula sea rentable, bienvenida sea ante los programas de tarot.
Eso sí, a este paso, sigo esperando el revival de las cartas de ajuste.
En ¡Vaya Tele! | El incomprensible éxito de los programas ‘Call TV’