A Nicolas Cage le llegó demasiado tarde la ola de los biopics musicales, porque habría sido divertido verlo en su apogeo como estrella intentando llevar al límite una de esas interpretaciones que a menudo son ‘Tu cara me suena’ glorificados. Al menos le puede quedar el consuelo de hacer un Elvis la mar de convincente en ‘Corazón salvaje’.
Fuego en la carretera
Como una unión de almas destinadas a encontrarse, Cage se vuelve aquí el protagonista de una explosiva road movie criminal de David Lynch, con Laura Dern de co-protagonista. Un singular viaje que ganó la Palma de Oro en el año 1990 y que se va a poder ver hoy en televisión a través de Be Mad a partir de las 23:45 (también la puedes ver en streaming a través de Filmin y de SkyShowtime).
El incorregible Sailor, el personaje de Cage, sale de la cárcel por un permiso, y va a ver a su novia Lula. Llevados por un impulso incontenible, se fugan para irse a California, para disgusto de la madre de ella que se opone a la relación. Esta contrata un mafioso para deshacerse de Sailor, iniciando así un peligroso viaje por las carreteras americanas.
Lynch vuelve a replantear iconografía estadounidense de décadas de los cincuenta como ya hiciera en ‘Terciopelo azul’, tomando de base una novela para crear un turbulento retrato romántico azotado por la oscuridad y el horror latente tras esos iconos. El director inyecta ese característico surrealismo para hacer una experiencia más lisérgica en su retrato de la violencia.
Por la propia configuración de la película vemos al director lanzar un montón de ideas a la pared, no tanto para ver qué se queda pegado como para ver qué puede llegar a impactar más. Los vaivenes de la road movie obedecen a ambiciones por experimentar y llevar al límite esta relación, lo que puede llevar a cierto desequilibrio a la hora de disfrutarla.
No es que sean los personajes más fascinantes de su filmografía, pero los actores los convierten en algo llamativo que es imposible dejar de ver. Cage en concreto canaliza su propia versión de Elvis Presley a lo largo de la película, no sólo en un momento musical sensacional, quedando a menudo más cerca del retrato que vimos en ‘Priscilla’ que en ‘Elvis’. Es un trabajo fantástico digno de estar en el canon del actor aunque igual no esté entre sus películas más redondas.
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