Además de actor superlativo (”actorazo” para muchos), Leonardo DiCaprio ha hecho muchos esfuerzos para que se le reconozca como importante activista por la preservación del planeta ante el cambio climático y la acción del hombre. No vamos a decir que sea por sentimiento de culpa, incluso aunque una de sus películas haya terminado causando estragos en un ecosistema concreto. Esa fue ‘La playa’.
Un paraíso remoto
La primera película del director Danny Boyle sin su actor de referencia Ewan McGregor, y la primera junto a su guionista preferido Alex Garland (su libro de mismo nombre es la base de la historia), esta cinta de suspense y aventuras en un paraíso perdido fue uno de los primeros éxitos de Leo alejado del fenómeno ‘Titanic’. Ahora se podrá ver hoy en televisión a través de Be Mad a partir de las 20 horas (se puede ver también en streaming a través de Disney+).
En ella, un joven se va a en búsqueda de nuevas experiencias y emociones a la zona de Thailandia. Tras alojarse en un motel de mala muerte en Bangkok, empieza a oír historias sobre una paradisiaca isla fuera del conocimiento del resto de turistas y que apenas ha sido tocada por el hombre. El mochilero se dirigirá allí para dar con la aventura transformativa que lleva buscando toda su vida.
Eso sí, ‘La playa’ no es tan amigable con esta experiencia como pueda parecer. La película tiene doble filo mostrando este extraordinario lugar, donde unos pocos afortunados pueden disfrutar de sus placeres, pero son incapaces de preservarlo en su pureza secreta. Una versión tamizada y ligeramente hippie de la típica frase hecha donde el hombre es el virus del planeta.
Es dolorosamente irónico este mensaje de una película precisamente culpable de alterar por completo un ecosistema delicado y particular. Para hacer parecer más paradisiaca la isla de Ko Phi Phi Le se realizaron unas operaciones y obras de lo más bestias, eliminando árboles y dunas en la arena. A pesar de que el estudio destinó fondos a la restauración, hubieron demandas a causa del daño irreparable que habían dejando en la zona.
El daño fue más difícil de reparar ante el incremento del turismo a raíz de la película, con la playa teniendo que ser cerrada en el año 2018. Un golpe duro a la zona, que además no resultó en una película realmente redonda o esencial, ya que termina algo indecisa en sus ambiciones. No hace el uso más interesante de DiCaprio ni tampoco es la mejor del tándem de Boyle y Garland. Una pena.
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