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De programas de casas vamos más bien sobrados. Hartos estamos de que los ricos y nuevos ricos nos restrieguen sus mansiones (minimalistas, churriguerescas, de playa o montaña) por la jeta. Pero ¿qué pasa cuando es un adolescente rico y bastante simplón el que hace de guía? La cosa cambia (a mejor) y pasa de ser una simple exhibición de poderío a un espacio de humor. Y es que viniendo de MTV y con teens de por medio, es fácil acabar boquiabierta sin dar crédito a lo que una puede llegar a escuchar en 'Teen Cribs'. Con él, arrancamos la trigesimosegunda (ahí es nada) edición de nuestras más oscuras confesiones, los Docurealities que nos (y os) atrapan.
¿De qué va?
Unos aspirantes a Paris Hiltons y Justin Bieberes se encargan de mostrarnos sus mansiones y su "forma de vida". El programa comienza con una imagen de la casa acompañada de una "ficha técnica" en la que se resaltan sus particulares excentricidades. El adolescente en cuestión nos presenta a su familia (aunque algunos acaudalados padres parecen preferir mantenerse en el anonimato) y nos guía por cada vericueto de sus (futuras) posesiones. Tenemos propiedades de todo tipo, desde mansiones que recrean el Hollywood de los años 20 hasta ranchos en la montaña. Con lago privado.
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La idea de que nos las enseñen ellos, los hijos, cobra mucho más sentido cuando descubrimos lo que esconden estas lujosas construcciones: espacios customizados al gusto de los chavales con un claro objetivo: mantenerlos dentro de esa burbuja, ajenos a la peligrosa realidad. Y que sean los más populares del instituto: en estas casas nunca faltan los típicos amigos que "siempre están por aquí", disfrutando de las instalaciones: half pipe, sala recreativa con máquinas de Arcade vintage, sala multimedia, cine, cancha de básquet... O su propio loft dentro de la casa, "para cuando se independicen". Los padres recalcan siempre la importancia de tenerles bien recogiditos y ofrecerles todo lo que podrían encontrar en el mundo exterior. Salvo la vida real.
¿Por qué nos atrapa?
Dos factores, dos. Primero, el guión. O la falta de él. Dejar vía libre a los chicos para que se expresen da lugar a frases que anoto desde ya en mi particular antología de la televisión, como "Esta es la piscina, aquí nos bañamos cuando tenemos calor", "Este es mi coche, me lo compraron mis padres cuando destrocé el otro" o "El árbol es de verdad". Tales sentencias le dan al programa un plus de comicidad (involuntaria). Tal vez peque de generalizar (injustamente), pero son pocos los que muestran inquietudes profesionales y que no tienen visos de vivir para siempre bajo las faldas protectoras del dinero de sus padres.
Segundo: los excesos arquitectónicos. El más es más. ¿Que mi hijo siempre quiso tener una casa-árbol? Le construyo un pisito de 80 m. con escalera de caracol en un "árbol de verdad". ¿Que no queremos la típica piscina? Nos hacemos una piscina-planetario con jacuzzi y cascada. O con toboganes tipo Aqualandia. O cuevas. Lo que más me gusta de este tipo de construcciones es que no hay una igual a otra. Por supuesto, nada de alienación mobiliaria tipo Ikea. Son los dueños las que las idean, amoldándolas a ellos y a sus gustos. Claro que muchas veces sus gustos son de todo menos discretos.
¿Versión española?
Por favor, no. Creo que ya hemos superado este ansia voyerista de cotillear las casas de los ricos ajenos. Entre '¿Quién vive ahí', '¿Se puede?', 'Mujeres ricas' y algún que otro 'Callejeros' descubriendo áticos de infarto agotaron el formato. Tal vez la única posibilidad de éxito a nivel audiencia sería darle un toque tróspido y que acabe siendo carne de redes sociales. Con personajes como Andreíta, que ya es adolescente, o como Tamara, que podría pasar por una; mejor tendrían que darle otra vuelta de tuerca y cebarse con las decoraciones más kitsch. Deleitarnos con estanterías llenas de inverosimilitudes de cerámica y tapetes de ganchillo.
La versión que sí existe es la que riza el rizo encontrando las casas más singulares, como espacios suspendidos en árboles o que se integran en una cueva. Se llama 'Extreme Cribs', y MTV ESpaña lo emite actualmente bajo el título de 'Megacasas'. Es otra de las criaturas de la franquicia crib que inició en el año 2000 'MTV Cribs', el espacio en el que son celebrities como Beyoncé o Robbie Wiliams los que deciden abrir las puertas de sus lujosas moradas al resto de los mortales espectadores.
Ficha Técnica: 'Teen Cribs'
De programas de casas vamos más bien sobrados. Hartos estamos de que los ricos y nuevos ricos nos restrieguen sus mansiones (minimalistas, churriguerescas, de playa o montaña) por la jeta. Pero ¿qué pasa cuando es un adolescente rico y bastante simplón el que hace de guía? La cosa cambia (a mejor) y pasa de ser una simple exhibición de poderío a un espacio de humor. Y es que viniendo de MTV y con teens de por medio, es fácil acabar boquiabierta sin dar crédito a lo que una puede llegar a escuchar en 'Teen Cribs'. Con él, arrancamos la trigesimosegunda (ahí es nada) edición de nuestras más oscuras confesiones, los Docurealities que nos (y os) atrapan.
¿De qué va?
Unos aspirantes a Paris Hiltons y Justin Bieberes se encargan de mostrarnos sus mansiones y su "forma de vida". El programa comienza con una imagen de la casa acompañada de una "ficha técnica" en la que se resaltan sus particulares excentricidades. El adolescente en cuestión nos presenta a su familia (aunque algunos acaudalados padres parecen preferir mantenerse en el anonimato) y nos guía por cada vericueto de sus (futuras) posesiones. Tenemos propiedades de todo tipo, desde mansiones que recrean el Hollywood de los años 20 hasta ranchos en la montaña. Con lago privado.
La idea de que nos las enseñen ellos, los hijos, cobra mucho más sentido cuando descubrimos lo que esconden estas lujosas construcciones: espacios customizados al gusto de los chavales con un claro objetivo: mantenerlos dentro de esa burbuja, ajenos a la peligrosa realidad. Y que sean los más populares del instituto: en estas casas nunca faltan los típicos amigos que "siempre están por aquí", disfrutando de las instalaciones: half pipe, sala recreativa con máquinas de Arcade vintage, sala multimedia, cine, cancha de básquet... O su propio loft dentro de la casa, "para cuando se independicen". Los padres recalcan siempre la importancia de tenerles bien recogiditos y ofrecerles todo lo que podrían encontrar en el mundo exterior. Salvo la vida real.
¿Por qué nos atrapa?
Dos factores, dos. Primero, el guión. O la falta de él. Dejar vía libre a los chicos para que se expresen da lugar a frases que anoto desde ya en mi particular antología de la televisión, como "Esta es la piscina, aquí nos bañamos cuando tenemos calor", "Este es mi coche, me lo compraron mis padres cuando destrocé el otro" o "El árbol es de verdad". Tales sentencias le dan al programa un plus de comicidad (involuntaria). Tal vez peque de generalizar (injustamente), pero son pocos los que muestran inquietudes profesionales y que no tienen visos de vivir para siempre bajo las faldas protectoras del dinero de sus padres.
Segundo: los excesos arquitectónicos. El más es más. ¿Que mi hijo siempre quiso tener una casa-árbol? Le construyo un pisito de 80 m. con escalera de caracol en un "árbol de verdad". ¿Que no queremos la típica piscina? Nos hacemos una piscina-planetario con jacuzzi y cascada. O con toboganes tipo Aqualandia. O cuevas. Lo que más me gusta de este tipo de construcciones es que no hay una igual a otra. Por supuesto, nada de alienación mobiliaria tipo Ikea. Son los dueños las que las idean, amoldándolas a ellos y a sus gustos. Claro que muchas veces sus gustos son de todo menos discretos.
¿Versión española?
Por favor, no. Creo que ya hemos superado este ansia voyerista de cotillear las casas de los ricos ajenos. Entre '¿Quién vive ahí', '¿Se puede?', 'Mujeres ricas' y algún que otro 'Callejeros' descubriendo áticos de infarto agotaron el formato. Tal vez la única posibilidad de éxito a nivel audiencia sería darle un toque tróspido y que acabe siendo carne de redes sociales. Con personajes como Andreíta, que ya es adolescente, o como Tamara, que podría pasar por una; mejor tendrían que darle otra vuelta de tuerca y cebarse con las decoraciones más kitsch. Deleitarnos con estanterías llenas de inverosimilitudes de cerámica y tapetes de ganchillo.
La versión que sí existe es la que riza el rizo encontrando las casas más singulares, como espacios suspendidos en árboles o que se integran en una cueva. Se llama 'Extreme Cribs', y MTV ESpaña lo emite actualmente bajo el título de 'Megacasas'. Es otra de las criaturas de la franquicia crib que inició en el año 2000 'MTV Cribs', el espacio en el que son celebrities como Beyoncé o Robbie Wiliams los que deciden abrir las puertas de sus lujosas moradas al resto de los mortales espectadores.
¿De qué va?
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