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En nuestra sección semanal de docurealities, nos gusta compartir con vosotros esos pequeños programas que se pasean por la TDT como si fuesen los hijos feos de las cadenas mayoritarias. No suelen tener un horario fijo, o éste es cambiado sin preaviso, o se repiten constantemente los mismos capítulos… y aún así, tienen ese algo que logra engancharnos totalmente, por sus temas, sus personajes y sus conflictos. Un buen ejemplo de esto es el espacio del que hablaremos hoy: ‘Tabatha, te necesito’
‘Tabatha, te necesito’, ¿de qué va?
Tabatha Coffey es la principal protagonista de este programa que ayuda a peluquerías ruinosas. El canal Bravo (que nos ofrece otras joyas de la telerrealidad como el famosísimo ‘Top Chef’) lleva ya cinco exitosas temporadas de ‘Tabatha takes over’. El programa, que comenzó en 2008, se ha convertido en un espacio de referencia en el mundo de los docurealities por la idea tan sencilla y magnífica que pone en marcha y, por supuesto, por la carismática personalidad de Tabatha, una de esas personas que sí o sí, entendemos que tengan su propio espacio televisivo. En España hemos podido seguirlo gracias a Divinity, el canal de Mediaset.
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El programa remite en estructura y finalidad a ‘Pesadilla en la cocina’ y es fácilmente comparable con éste. En tan solo una semana, Tabatha se pone el reto de levantar un salón de peluquería ruinoso, corregir sus fallos, ayudar a unos jefes que han perdido el norte de lo que es llevar un negocio, motivar a los trabajadores, enseñarles, redecorar el local y dar un soberano espectáculo con sus tajantes e indiscutibles comentarios.
¿Por qué nos atrapa?
Una de las facetas más importantes de este programa es su característica de “programa salvador”. Es decir, un negocio es un completo desastre y el equipo va a intentar solucionarlo. A los espectadores nos gustan este tipo de retos: el hecho de que alguien se preocupe por los demás y quiera ayudarle a mejorar, tiene un algo de generosidad que resulta estimulante. Pero, por supuesto, está el factor morboso de ver qué tipo de barbaridades es capaz de idear una mente “empresarial” para poner en marcha su negocio y cómo todas y cada una de ellas han resultado no sólo un error, sino, muchas veces, una auténtica sucesión de disparates.
Por supuesto, fundamental la personalidad de la gran Tabatha, esa mujer que parece una vikinga: muy rubia, muy alta, muy seria, muy antipática, que viste de negro, que odia que le toquen, que dice las mayores crueldades del mundo y a la que, cuando finalmente vemos sonreír, consigue acercarnos mucho más a ella que cualquier otro conductor más simpático y cariñoso. Y, desde luego, no me diréis que no resulta divertidísimo ver a la gran Tabatha chocar contra los jefes o los trabajadores de las peluquerías. Algunos de ellos son completos mentecatos que no quieren darse cuenta de su propia incompetencia y no es difícil que nos sorprendamos a nosotros mismos cruzando los dedos para ver la paliza moral que Tabatha está a punto de propinarles.
¿Versión española?
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‘Tabatha, te necesito’ me parece un gran programa: sencillo, con una idea que funciona y engancha, con un recorrido que provoca las ganas de ver todo el proceso por el que pasa el negocio… Así que me parece muy factible que esta fórmula funcionase de maravilla con una producción nacional. ¿La única pega? ¿Dónde encontrar a esa Tabatha patria que sea talentosa, que sea dura, que sea carismática, que sea divinamente malvada? Pues eso ya puede ser un poquito más difícil.
Un ejemplo de que este programa podría funcionar es, de nuevo, ese otro espacio al que se parece tanto: ‘Pesadilla en la cocina’. Nadie puede negar que la versión “chicotesca” que La Sexta ha puesto en marcha funciona como un tiro y se ha convertido en uno de los favoritos de la audiencia. Así que, ¿por qué no iba a tener éxito el mismo producto referido a una peluquería? Eso sí, espero que si lo ponen en marcha, la “Tabatha española” no se atreva a tirar esa pila de revistas antiguas que tienen tantas y tantas de nuestras peluquerías, algunas de esas ediciones deberían estar en un museo.
Ficha Técnica: 'Tabatha, te necesito'
En nuestra sección semanal de docurealities, nos gusta compartir con vosotros esos pequeños programas que se pasean por la TDT como si fuesen los hijos feos de las cadenas mayoritarias. No suelen tener un horario fijo, o éste es cambiado sin preaviso, o se repiten constantemente los mismos capítulos… y aún así, tienen ese algo que logra engancharnos totalmente, por sus temas, sus personajes y sus conflictos. Un buen ejemplo de esto es el espacio del que hablaremos hoy: ‘Tabatha, te necesito’
‘Tabatha, te necesito’, ¿de qué va?
Tabatha Coffey es la principal protagonista de este programa que ayuda a peluquerías ruinosas. El canal Bravo (que nos ofrece otras joyas de la telerrealidad como el famosísimo ‘Top Chef’) lleva ya cinco exitosas temporadas de ‘Tabatha takes over’. El programa, que comenzó en 2008, se ha convertido en un espacio de referencia en el mundo de los docurealities por la idea tan sencilla y magnífica que pone en marcha y, por supuesto, por la carismática personalidad de Tabatha, una de esas personas que sí o sí, entendemos que tengan su propio espacio televisivo. En España hemos podido seguirlo gracias a Divinity, el canal de Mediaset.
El programa remite en estructura y finalidad a ‘Pesadilla en la cocina’ y es fácilmente comparable con éste. En tan solo una semana, Tabatha se pone el reto de levantar un salón de peluquería ruinoso, corregir sus fallos, ayudar a unos jefes que han perdido el norte de lo que es llevar un negocio, motivar a los trabajadores, enseñarles, redecorar el local y dar un soberano espectáculo con sus tajantes e indiscutibles comentarios.
¿Por qué nos atrapa?
Una de las facetas más importantes de este programa es su característica de “programa salvador”. Es decir, un negocio es un completo desastre y el equipo va a intentar solucionarlo. A los espectadores nos gustan este tipo de retos: el hecho de que alguien se preocupe por los demás y quiera ayudarle a mejorar, tiene un algo de generosidad que resulta estimulante. Pero, por supuesto, está el factor morboso de ver qué tipo de barbaridades es capaz de idear una mente “empresarial” para poner en marcha su negocio y cómo todas y cada una de ellas han resultado no sólo un error, sino, muchas veces, una auténtica sucesión de disparates.
Por supuesto, fundamental la personalidad de la gran Tabatha, esa mujer que parece una vikinga: muy rubia, muy alta, muy seria, muy antipática, que viste de negro, que odia que le toquen, que dice las mayores crueldades del mundo y a la que, cuando finalmente vemos sonreír, consigue acercarnos mucho más a ella que cualquier otro conductor más simpático y cariñoso. Y, desde luego, no me diréis que no resulta divertidísimo ver a la gran Tabatha chocar contra los jefes o los trabajadores de las peluquerías. Algunos de ellos son completos mentecatos que no quieren darse cuenta de su propia incompetencia y no es difícil que nos sorprendamos a nosotros mismos cruzando los dedos para ver la paliza moral que Tabatha está a punto de propinarles.
¿Versión española?
‘Tabatha, te necesito’ me parece un gran programa: sencillo, con una idea que funciona y engancha, con un recorrido que provoca las ganas de ver todo el proceso por el que pasa el negocio… Así que me parece muy factible que esta fórmula funcionase de maravilla con una producción nacional. ¿La única pega? ¿Dónde encontrar a esa Tabatha patria que sea talentosa, que sea dura, que sea carismática, que sea divinamente malvada? Pues eso ya puede ser un poquito más difícil.
Un ejemplo de que este programa podría funcionar es, de nuevo, ese otro espacio al que se parece tanto: ‘Pesadilla en la cocina’. Nadie puede negar que la versión “chicotesca” que La Sexta ha puesto en marcha funciona como un tiro y se ha convertido en uno de los favoritos de la audiencia. Así que, ¿por qué no iba a tener éxito el mismo producto referido a una peluquería? Eso sí, espero que si lo ponen en marcha, la “Tabatha española” no se atreva a tirar esa pila de revistas antiguas que tienen tantas y tantas de nuestras peluquerías, algunas de esas ediciones deberían estar en un museo.
‘Tabatha, te necesito’, ¿de qué va?
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