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¡Qué nos gusta un docureality! Más que mojar con pan. Y si además la temática es gastronómica, mejor que mejor. Y si además combina telerrealidad, reformas y cocina, más redondo aún. ¿Pero es que existe un programa así? Sí. Aunque no es tan original, como veremos más adelante. En cualquier caso, es otra de esas opciones que nos da la TDT cuando nos cuesta encontrar algo en las generalistas de nuestro gusto. Ya sabéis de lo que os hablo, esos loops infinitos de programas de makeover, de gastronomía made in USA, subastas y todo lo que en la mente de los guionistas cobra sentido llevándolo al formato docureality.
'Restaurante Imposible' engancha, como todos, aunque no se deja querer tanto como otros. ¿Por qué? Porque produce una incómoda sensación de déjà vu. Incluso, siendo menos generosa, de plagio. Un cocinero trata de salvar un restaurante al borde de la ruina renovando la carta y el espacio y echando broncas por doquier. ¿Dónde he visto yo esto antes? ¿No se llamaba 'Pesadilla en la cocina' y lo presentaba un tal Ramsay?
'Restaurante Imposible', ¿de qué va?
Como decía, viene a ser una versión de 'Kitchen Nightmares' (2007), que, a su vez, se basa en el formato inglés (2004, Channel 4), 'Ramsay's Kitchen Nightmares'. Así que queda claro que Gordon Ramsay fue el Marco Polo de los docurealities de cocina. En este caso, es Robert Irvine (también británico, por cierto) quien trata de adaptar el formato a su filosofía televisiva: a contrarreloj. Frente a la semana que Ramsay emplea en hacer reflotar un restaurante en problemas, Irvine se reta a sí mismo pretendiendo hacer lo mismo en tan sólo dos días. Recordemos que es el responsable de 'Cena Imposible', ese otro docureality en el el que, en apenas unas horas, se curra un menú ingenioso relacionado con una temática concreta y para tropecientos comensales.
En 'Restaurante Imposible' el chef Irvine acude a la llamada de un restaurante en graves problemas financieros. Y luego hace lo mismo que Ramsay: observa el lugar, habla con los dueños, recaba opiniones de los clientes, prueba la comida (siempre disgusting) e investiga qué se está cociendo en la cocina. Tras esta primera fase, la ayuda se pone en marcha: consejos a los dueños sobre presupuestos o como dirigir a un equipo desmotivado, enseñar un par de técnicas en la cocina y actualizar el espacio con un presupuesto de 10.000$ y un megaequipo de diseño/construcción. Pero la premura hace que el cambio en la cocina (que es lo verdaderamente importante en un negocio basado en dar de comer a la gente) sea mucho más superficial que con Ramsay.
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En este caso, Irvine se ahorra ese momento drama de Ramsay anunciando a mitad de servicio, entre gritos y aspavientos, que el restaurante debe cerrar porque la comida no está en buenas condiciones. El proceso es más práctico, teniendo el tiempo en contra. En algunos casos, incluso, la revisión de cocina no forma parte del capítulo o pasa a un segundo plano. Broncas hay (es casi obligatorio en este formato), pero transmiten menos credibilidad pese a la vehemencia de Irvine por generar show y su aspecto de marine. El personal del restaurante también se ahorra limpiar, puesto que un equipo de desinfección acude para hacer el trabajo sucio, después de que el chef haya descubierto entre arcadas algún rincón nauseabundo donde toda la grasa y porquería de años se ha ido acumulando.
¿Por qué nos atrapa?
A mi, en particular, lo que me seduce más es la incapacidad actoral de Irvine. Los momentos dramáticos acaban siendo hilarantes, siempre hay una bronca para el equipo de diseño que "¡Oh, Dios mió, no llegarán a tiempo!". Aunque sabemos de sobra que no será así y que cuando el restaurante abra sólo dos días después será un éxito, pasará de cocinar cosas incomestibles a deliciosas recetas, recuperará todas sus pérdidas y tendrá una lista de espera de meses. O al menos eso es lo que nos intentan transmitir.
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La combinación de programa culinario y de reformas a partes iguales conforma parte de su atractivo, además de diferenciarle claramente de Ramsay. En 'Kitchen Nightmares' no somos tan conscientes del proceso de diseño y modernización del restaurante. En 'Restaurante Imposible' la renovación del menú y la del espacio cuentan con los mismos tiempos por lo que el resultado final es más un "lavado de imagen" del restaurante que un cambio tan profundo como el que intenta lograr Ramsay, mucho más obsesionado con los problemas de la cocina. Pero el efectismo que logran convirtiendo un lugar kitsch en un precioso bistró o café (si suena chic, mejor) sigue siendo suficiente para atraparnos, como lo hace cualquier programa de reformas de los gemelos Scott.
¿Versión española?
Sí. Incluso podríamos decir que ya existe: se llama 'Pesadilla en la cocina' lo emite laSexta y lo conduce con gran maestría (en lo que a atraer audiencia se refiere) el chef Alberto Chicote, el conductor de realities de moda en el género de moda. Sólo habría que adaptar su espacio al concepto Impossible: hacerlo todo deprisa y corriendo y poner al frente a algún ex-militar. Pero por lo demás, el formato está más que versionado y restaurantes en apuros hay de sobra en estos tiempos aciagos.
Ficha Técnica: 'Restaurante Imposible'
¡Qué nos gusta un docureality! Más que mojar con pan. Y si además la temática es gastronómica, mejor que mejor. Y si además combina telerrealidad, reformas y cocina, más redondo aún. ¿Pero es que existe un programa así? Sí. Aunque no es tan original, como veremos más adelante. En cualquier caso, es otra de esas opciones que nos da la TDT cuando nos cuesta encontrar algo en las generalistas de nuestro gusto. Ya sabéis de lo que os hablo, esos loops infinitos de programas de makeover, de gastronomía made in USA, subastas y todo lo que en la mente de los guionistas cobra sentido llevándolo al formato docureality.
'Restaurante Imposible' engancha, como todos, aunque no se deja querer tanto como otros. ¿Por qué? Porque produce una incómoda sensación de déjà vu. Incluso, siendo menos generosa, de plagio. Un cocinero trata de salvar un restaurante al borde de la ruina renovando la carta y el espacio y echando broncas por doquier. ¿Dónde he visto yo esto antes? ¿No se llamaba 'Pesadilla en la cocina' y lo presentaba un tal Ramsay?
'Restaurante Imposible', ¿de qué va?
Como decía, viene a ser una versión de 'Kitchen Nightmares' (2007), que, a su vez, se basa en el formato inglés (2004, Channel 4), 'Ramsay's Kitchen Nightmares'. Así que queda claro que Gordon Ramsay fue el Marco Polo de los docurealities de cocina. En este caso, es Robert Irvine (también británico, por cierto) quien trata de adaptar el formato a su filosofía televisiva: a contrarreloj. Frente a la semana que Ramsay emplea en hacer reflotar un restaurante en problemas, Irvine se reta a sí mismo pretendiendo hacer lo mismo en tan sólo dos días. Recordemos que es el responsable de 'Cena Imposible', ese otro docureality en el el que, en apenas unas horas, se curra un menú ingenioso relacionado con una temática concreta y para tropecientos comensales.
En 'Restaurante Imposible' el chef Irvine acude a la llamada de un restaurante en graves problemas financieros. Y luego hace lo mismo que Ramsay: observa el lugar, habla con los dueños, recaba opiniones de los clientes, prueba la comida (siempre disgusting) e investiga qué se está cociendo en la cocina. Tras esta primera fase, la ayuda se pone en marcha: consejos a los dueños sobre presupuestos o como dirigir a un equipo desmotivado, enseñar un par de técnicas en la cocina y actualizar el espacio con un presupuesto de 10.000$ y un megaequipo de diseño/construcción. Pero la premura hace que el cambio en la cocina (que es lo verdaderamente importante en un negocio basado en dar de comer a la gente) sea mucho más superficial que con Ramsay.
En este caso, Irvine se ahorra ese momento drama de Ramsay anunciando a mitad de servicio, entre gritos y aspavientos, que el restaurante debe cerrar porque la comida no está en buenas condiciones. El proceso es más práctico, teniendo el tiempo en contra. En algunos casos, incluso, la revisión de cocina no forma parte del capítulo o pasa a un segundo plano. Broncas hay (es casi obligatorio en este formato), pero transmiten menos credibilidad pese a la vehemencia de Irvine por generar show y su aspecto de marine. El personal del restaurante también se ahorra limpiar, puesto que un equipo de desinfección acude para hacer el trabajo sucio, después de que el chef haya descubierto entre arcadas algún rincón nauseabundo donde toda la grasa y porquería de años se ha ido acumulando.
¿Por qué nos atrapa?
A mi, en particular, lo que me seduce más es la incapacidad actoral de Irvine. Los momentos dramáticos acaban siendo hilarantes, siempre hay una bronca para el equipo de diseño que "¡Oh, Dios mió, no llegarán a tiempo!". Aunque sabemos de sobra que no será así y que cuando el restaurante abra sólo dos días después será un éxito, pasará de cocinar cosas incomestibles a deliciosas recetas, recuperará todas sus pérdidas y tendrá una lista de espera de meses. O al menos eso es lo que nos intentan transmitir.
La combinación de programa culinario y de reformas a partes iguales conforma parte de su atractivo, además de diferenciarle claramente de Ramsay. En 'Kitchen Nightmares' no somos tan conscientes del proceso de diseño y modernización del restaurante. En 'Restaurante Imposible' la renovación del menú y la del espacio cuentan con los mismos tiempos por lo que el resultado final es más un "lavado de imagen" del restaurante que un cambio tan profundo como el que intenta lograr Ramsay, mucho más obsesionado con los problemas de la cocina. Pero el efectismo que logran convirtiendo un lugar kitsch en un precioso bistró o café (si suena chic, mejor) sigue siendo suficiente para atraparnos, como lo hace cualquier programa de reformas de los gemelos Scott.
¿Versión española?
Sí. Incluso podríamos decir que ya existe: se llama 'Pesadilla en la cocina' lo emite laSexta y lo conduce con gran maestría (en lo que a atraer audiencia se refiere) el chef Alberto Chicote, el conductor de realities de moda en el género de moda. Sólo habría que adaptar su espacio al concepto Impossible: hacerlo todo deprisa y corriendo y poner al frente a algún ex-militar. Pero por lo demás, el formato está más que versionado y restaurantes en apuros hay de sobra en estos tiempos aciagos.
'Restaurante Imposible', ¿de qué va?
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