Nunca me canso de repetir lo apasionante que es vivir la revolución en el consumo de contenido audiovisual que estamos viviendo. La conmoción que ha supuesto la irrupción del streaming de contenidos en la programación televisiva nos ha llevado a una situación actual en constante cambio, tanto en industrias internacionales como en la nuestra propia. Los conglomerados, las cadenas, las productoras y todos los agentes que forman parte de este negociado están constantemente cambiando sus ofertas, buscando nuevas vías y, en definitiva, intentando adaptarse a lo rápido que se mueve todo últimamente.
La última noticia en este ámbito nos llega de Wuaki, una de las plataformas de streaming españolas más relevantes y que ofrece un catálogo de cine y series a ya más de dos millones de clientes, ha anunciado hoy mismo un cambio tremendamente importante en su oferta: los usuarios podrán descargar sus contenidos para disponer de ellos offline en dispositivos iOS y algunos dispositivos Android.
Amazon y Wuaki abren la veda
¿Qué significa esto? Que los contenidos podrán disfrutarse en esos dispositivos sin necesidad de conexión a internet, una facilidad que muy pocas ofrecen (Nubeox, por ejemplo). Según exponen, el 90% de los títulos del catálogo ofrece la opción de descargar una vez se ha realizado la compra o el alquiler del título en sección.
Esta apuesta de Wuaki por adelantarse llega unos días después de que Amazon Prime anunciase que hacía lo mismo con su servicio de streaming. En su intento por alcanzar a Netflix (quien ha asegurado una y otra vez que nunca dará el paso del offline, pero lo mismo dijo HBO con respecto a abrir su streaming a no-suscriptores), Amazon deja de ser un servicio únicamente de streaming en sus contenidos de vídeo (un paso que ya había dado con la música).
Así se ve el sistema de descargas de Wuaki
Quizá una gran ventaja para dar este paso es precisamente que Amazon tiene una plataforma ya preparada para la descarga. Además de ofrecer una biblioteca en streaming permitía la compra de copias digitales de películas, por lo que técnicamente ya estaba preparada para asumir este paso. Eso sí, esto no garantiza que ofrecer la descarga y visionado offline de sus contenidos sea sencillo, ya que tendrán que revisar y renegociar los acuerdos que tienen con los distribuidores y productores.
De momento, la parte del catálogo que está actualmente disponible son aquellos contenidos para los que Amazon tiene licencia exclusiva, como ‘Hannibal’ (a la que ha pasado olímpicamente de rescatar), ‘24’ o ‘Under the Dome’. También han dado pistas sobre futuras películas disponibles, entre las que están aquellos títulos provenientes del acuerdo perdido de Netflix con Epix (como ‘Star Trek into Darkness’ o ‘Los Juegos del Hambre: Catching Fire’).
¿El siguiente paso?
Después de empezar a ganar la batalla del a la carta; del poder disfrutar de los contenidos televisivos y cinematográficos sin la restricción de tener que estar en un lugar a una hora concreta, llega el offline: el no depender de una conexión a internet para poder ver lo que queremos y, sobre todo, en la calidad óptima.
No es un tema fácil. Entran muchos intereses y muchos mercados en un juego en el que todo el mundo quiere su parte del pastel a la hora de explotar un título, y estos intereses y barreras son los que han complicado tanto que la cosa avance hasta ahora. Las distribuidoras internacionales no regalan nada a nadie y no quiero ni imaginar cómo han sido las negociaciones de Wuaki para conseguir ofrecer la descarga a sus clientes. O no tanto.
Sé que la mente de muchos inmediatamente piensa en la llamada piratería y en lo que esto pueda suponer, pero lo cierto es que en ese aspecto no presenta un cambio reseñable. Asumo que las distribuidoras y productoras son conscientes de que el contenido que han permitido que sea descargado ya se encuentra disponible por otros medios en internet, y precisamente permitir que clientes que pagan por contenidos tengan el mismo privilegio que aquellos que no lo hacen siempre va a ser beneficioso para su negocio y para ganarle terreno a otras fincas interneteras.
Sea como fuere, tanto el poder ver los contenidos sin conexión como el que la calidad no dependa de un ancho de banda concreto eran los dos factores por los que muchos ávidos consumidores de ficción no acabábamos de estar convencidos con todas estas librerías de streaming. Que el paso se haya dado ya en ambos mercados augura que este siguiente escalón está más cercano de lo que parecía, y ha sido una grata sorpresa.
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