En teoría, el cacharrito funciona como un interfase entre cualquier fuente de vídeo e internet. Así, toma la imagen de dicha fuente de vídeo y la transmite por internet, facilitando al usuario que pueda ver las imagenes, con el software apropiado, desde cualquier PC esté donde esté: en la habitación de al lado o en el otro lado del mundo. Además, el software permitirá controlar a distancia a Slingbox que, a su vez, podrá controlar la fuente de vídeo. Por ejemplo, permitiendo programar el grabador digital para que guarde tu programa favorito y pidiéndole que lo reproduzca después.
El último avance de este cacharrito es la versión para dispositivos móviles del reproductor. Es decir, que puedes enviar la señal a una PDA o un móvil de última generación con conexión (supongo que bien buena).
Parece un chisme estupendo... aunque me ofrece un par de pequeñas dudas. La primera es hasta qué punto las velocidades de conexión actuales permiten la transmisión de contenidos de vídeo (o, visto desde el otro prisma, qué calidad tendrán las emisiones de Slingbox). Y la segunda duda es: si me voy de viaje... ¿tengo que dejar encendido en casa el SlingBox, la conexión a internet, las fuentes de vídeo?.
En definitiva, me parece una buena idea aunque, hoy por hoy, se me antoje que es demasiado específica para los absolutamente chiflados por la televisión (que haberlos haylos). En todo caso, un buen exponente de hacia dónde camina el mundo de la televisión: veremos los contenidos que queramos, donde lo queramos y cuando lo queramos.
Vía | Tochismochis En Xataka | Slingbox, tu TV en todos los sitios