No faltan las furibundas voces que expresan la indignación suprema cada vez que una película de 'Fast & Furious' asoma en la conversación. Principalmente cuando se estrena una nueva entrega de una saga rápida e interminable. En una increíble similitud con el fenómeno del nu-metal (que fue una clara influencia en la película original junto a 'Le llaman Bodhi'), sus detractores tratan de armar la crítica más hiriente desde la misma base que emplean los que la defienden: la franquicia es un chiste.
Muchos creen saber la diferencia entre acabar siendo un chiste y pretender serlo, pero son justo los que más fallan a la hora de juzgar. La saga de Vin Diesel claramente entiende la diferencia, y con cada película ha ido abrazando más y más el absurdo, el desafío a la lógica y las leyes de la física, para hacer de los coches y el espionaje internacional el nuevo espectáculo de espadas y sandalias. El mayor salto en este aspecto lo dieron con 'Fast & Furious 5'.
The Brazilian Job
La película que siguió al medio reboot realizado por Justin Lin en la cuarta entrega y con la que el director colaboró con Diesel para llevar a la Fast Saga a saltar el tiburón. Aunque, además de empezar el cambia de pelis de polis y cacos hacia el disparate estratosférico, asentó el matra de "La Familia" con el que tanto han insistido desde entonces. Es, también, la mejor película de la franquicia, y se puede ver en streaming a través de plataformas como Tivify.
En esta película vemos ya a Brian O'Conner, el personaje de Paul Walker, plenamente pasado al lado criminal para poder rescatar a Dom Toretto de ir a prisión. Tras un rescate enloquecido (y casi de western por el asalto a la locomotora), la familia Toretto huye a Río de Janeiro para esconderse. No obstante, su mayor amenaza es un empresario corrupto de la zona. Para poder reclamar su libertad, reclutarán a un grupo de viejos conocidos para dar un gran golpe que no dejará títere con cabeza.
La acertada recuperación de los personajes de otras películas, que readaptan su carisma para fortalecer la dinámica de grupo, acerca la saga hacia la variante del cine de atracos con grandes equipos, de 'Ocean's Eleven' a 'The Italian Job' pero pasados por un filtro bastante urbano y latino. Un salto a lo grande que aprovechan para que el subtexto de la importancia de la familia (encontrada) se convierta en texto (o incluso supertexto, como comprobamos en entregas posteriores que lo llevan a extremos de meme).
'Fast & Furious 5': familias y cajas fuertes
La saga encuentra aquí un punto intermedio dulce, donde vende con sinceridad la conexión entre sus personajes, pero también asume por completo el disparate. Pero sin volverse una parodia de la clase de cine que trata de hacer, lejos de lo que puedan creer sus detractores. La mejor muestra de cómo triunfan en sus ambiciones es lo bien que funciona como antagonista un Dwayne Johnson furioso e impregnado en aceite de bebé, o en cómo saca adelante un plan de robar una caja fuerte que consiste en pasearla por Río como si fuese una bola de demolición.
Aquí es cuando los críticos han perdidos, porque el tiburón ya ha sido saltado de la manera más consciente. 'Fast & Furious 5' hace un espectáculo divertidísimo, que se llena de vida con su localización y vende del todo a unos personajes que siguen interesando en sus locas aventuras por todo el mundo. Es, también, una perfecta puerta de entrada para quien quiera meterse en el loco todo de la franquicia. Una maravillosa jugada inmune a cualquier chiste que se pueda hacer de ella, porque ya se encarga de hacerlos todos.
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