Una de las características de la televisión es el directo. Desde la aparición del video en internet, esta característica es algo a compartir. Cuando vemos una noticia, un programa o un evento en directo, los presentadores y la cadena nos avisan de ello, de que es un riguroso directo que está sucediendo en estos mismos momentos, pero “estrictamente no es así”. Sin ponernos tiquismiquis, vamos a desgranar por qué los directos de televisión no son a tiempo real, sino que tienen un retardo de unos 3-4 segundos sobre lo ocurrido dependiendo de las condiciones.
La cuestión es algo más compleja de lo que parece. Un directo es un directo, pero, ¿por qué no lo vemos literalmente en tiempo real? Porque técnicamente no es posible. Las infraestructuras de televisión, dependiendo de la producción, son muy complejas a nivel técnico. La emisión que nosotros recibimos en nuestras pantallas es una única señal de video que depende de multitud de aparatos y canales por los que pasa, es procesada y llega hasta el destinatario final que son nuestros televisores.
Es lo que en el medio se denomina de forma básica, cadena de producción y emisión. Las señales que salen de los estudios de televisión pasan previamente por determinados aparatos conversores, procesadores, codificaciones y descodificaciones que manipulan la señal de video, añadiendo pequeños retardos al proceso que van sumando milisegundos poco a poco. Además, desde el punto emisor (un estudio de televisión) hasta el punto distribuidor (los centros repetidores) existen una serie de enlaces, distancias y procesamientos de distribución que añaden más retardo aún, sumando en general unos varios segundos sobre cada emisión en directo real.
El caso de la televisión por satélite sería una forma práctica para observar este fenómeno, y dentro de los programas, el caso de los directos realizados a través de redes de telefonía móvil 3G es muy evidente (streamings). En la Eurocopa 2008 muchos espectadores fueron conscientes por primera vez de este retardo, cuando convivían las emisiones analógicas y las de TDT. Goles que llegaban antes a casa del vecino que a la nuestra… ¿te acuerdas?
En resumen, los directos no son en estricto tiempo real porque existe un retardo en cada emisión en directo, desde el estudio de televisión hasta nuestro hogar hay una serie de aparatos que procesan y distribuyen la señal a todo el país, por muchas vías posibles (TDT, satélite, cable, móviles, internet, ...), sumando uos pequeños retrasos técnicos inevitables que hacen que percibamos la señal de un directo breves momentos más tarde de lo que realmente ha sucedido.
En ¡Vaya Tele! | La tecnología que revolucionará los directos en televisión