La imagen es reveladora, la imagen es poderosa. Sin embargo, vivimos ahora un momento donde la imagen resulta más cuestionada que nunca. No hablo de cosas que se ven que son para no creer, sino que va desde los deepfakes tratando de demostrar muy fuerte que son indistinguibles de la realidad (aunque realmente siempre se distinguen) hasta la propia reacción de la gente que elige no ver lo que tiene delante.
No son precisamente momentos álgidos para la imagen ni para la ciencia, con más voces tóxicas tratando de derrumbarlas creyendo que la razón la poseen ellos. Por ello, quizá, sea más necesario reivindicar ambos en toda su fuerza. Y precisamente llega un documental a Netflix que, además de ser uno de los trabajos más increíbles que han salido de este arte en los últimos años, pone en valor la ciencia a través de la imagen. Se trata de 'Apolo 11'.
Un gran paso para el documental
Con el apoyo del (ingente) material visual y sonoro publicado por la NASA en los Archivos Nacionales, el director Todd Douglas Miller trata de mostrarnos todo el proceso que conllevó la misión del Apolo 11, la nave tripulada que puso al fin al hombre en la superficie de la Luna. Un vistazo realmente único de una historia que conocemos bastante de sobra y muy pocos cuestionan a día de hoy (sí, son pocos, aunque hagan mucho ruido digital).
Miller bucea entre decenas de miles de horas de contenido grabado por la NASA y lo restaura de la manera más cuidada y espectacular posible. El metraje de 65mm luce increíble ante el cuidado proceso que, junto con la también remarcable en lo técnico 'Ellos no envejecerán' de Peter Jackson, muestran los increíbles logros en material de tratado y remasterización de material antiguo. Imágenes de los años sesenta que bordean la calidad 8K.
Pero no es sólo la proeza técnica de restauración lo que hace destacar a 'Apolo 11', aunque sin duda contribuye a hacer un trabajo fílmico asombroso de ver. Otro elemento que contribuye a hacer este documental algo trepidante es el buen uso de Miller de las imágenes. En una cantidad interminable de material, encuentra los elementos para contar una historia fácil de seguir y emocionante.
'Apolo 11': la épica del proceso
Lo hace sin protagonistas claros, sin nada de lo que ha caracterizado las aventuras espaciales que hemos visto en la ficción, incluso la biográfica. Los Neil Armstrong y Buzz Aldrin tienen su presencia a lo largo de los 90 minutos de metraje final, pero Miller los muestra como una parte más de un engranaje lleno de técnicos realizando su labor. La verdadera épica de 'Apollo 11' reside en su retrato de un proceso laborioso que condujo a un éxito, pero realmente era algo milagroso.
El contenido a pie de tierra y antes del lanzamiento resultan elementos frescos que ayudan a sentir como nueva una historia que ya sabemos. El montaje es elegante e inteligente, especialmente cuando debe sortear las limitaciones propias de no tener el material de mejor calidad del momento del alunizaje. La maravillosa música de Matt Morton termina de redondear una experiencia vibrante incluso para los que estén menos habituados al formato documental. Una pieza realmente admirable.
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