Últimos días para ver en Netflix un thriller psicológico extraordinario que retuerce el cuento de ‘Alicia en el país de las maravillas’

El thriller es uno de los géneros con más fórmulas infalibles, pero es fácil distinguir al artesano y al autor del mediocre. David Fincher sin duda es un autor total por su cuidado visual perfeccionista, su tono oscuro y cínico, y también por un punto de vista muy concreto sobre el poder que transpira en obras aparentemente menores como ‘The Game’.

Me bajo de este juego

Pero de menor nada. Este juego psicológico es una de sus obras más trepidantes y estimulantes, una retorcida subversión del relato de Alicia en el país de las maravillas donde Michael Douglas es puesto en una situación extrema continua. Una formidable película que puedes ver en Netflix por tiempo limitado, siendo el 15 de enero su último día en el catálogo (luego se puede ver en Filmin o en SkyShowtime).

Douglas es Nicholas Van Orton, un exitoso empresario multimillonario cuyo cumpleaños está a la vuelta de la esquina. No echa muchas cosas en falta, lo que complica el acto de regalarle cosas y lleva a su hermano a ingresarle en una experiencia de ocio interactiva especial y exclusiva. Cuando la aventura se desate, Nicholas tendrá dificultades para distinguir qué es parte de un juego y qué es un intento deliberado por destrozar su vida.

Fincher aprovecha el espaldarazo del éxito de ‘Seven’ para otro intento de thriller que salga de la amable perspectiva que tenía mucho cine de los noventa. Aquí lo hace siguiendo a un personaje difícilmente justificable o empatizable por muy extrema que sea su situación. La clase de protagonista que sólo sigues y adoras odiar porque te lo interpreta Michael Douglas.

Es capaz de mantener la fina línea que el tono de la película busca, a ratos pasándoselo en grande con las pesadillas que le hace pasar. Unos malabares macabros donde la tensión está dirigida con una intención fabulosa, desplegando los misterios con habilidad y exhibiendo un humor negro que no siempre ha sido apreciado en la filmografía de Fincher.

Incluso aunque su final podría interpretarse como una escapada hacia una sensación más amable para el espectador y su protagonista, Fincher mantiene una tensión en torno a la condición privilegiada de su protagonista que evidencia su impunidad ante problemas reales. Una muestra de su perspectiva férrea en torno a las historias que toca, y que engrandece ejercicios como el de ‘The Game’.

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