Bugs Bunny podría jugar en la NBA y ningún niño de los 90 tiene ninguna duda al respecto, ¿verdad?
He sentido todo tipo de cosas en una sala de cine. He llorado con historias que apelaban a mi corazón, reído hasta no poder más con las mejores parodias, creído en el amor gracias a Jesse y Celine, entendido otras culturas a través de una ventana a un mundo que no es el mío. Y, pese a todo, creo que nada se puede comparar a la emoción de un chaval de doce años viendo a los Looney Tunes jugar a baloncesto con Michael Jordan. La magia del cine, supongo.
Eso no es todo, amigos
'Space Jam' nace de dos anuncios de Nike (algo más habitual de lo que parece a mediados de los 90) donde Michael Jordan y Bugs Bunny hacían equipo tratando de recobrar las Air Jordan robadas por Marvin el Marciano. Por aquella época, los Looney Tunes seguían teniendo fama (mucha más que ahora, desde luego) debido a la continua repetición de sus cortos en televisión, y el jugador de baloncesto era la mayor estrella del mundo. Su unión iba a dar lugar a un montón de dinero en taquilla.
Esta era la primera película de Michael Jordan, y, a la postre, la única en la que tuvo un papel protagonista (su otro papel estelar fue un cameo en 'Una mala jugada' junto a Denzel Washington). No podía haber escogido un título mejor para agrandar su leyenda: 'Space Jam' le convertía en el único jugador de baloncesto que podría jugar cara a cara con personajes de dibujos animados y ganar una batalla por el destino del universo.
Y, por su parte, Warner conseguiría que el público recordara lo brutalmente divertidos que eran el Pato Lucas, Bugs Bunny, Silvestre y compañía, incluso con su habitual violencia un tanto aguada. Ni siquiera Bill Murray quiso perderse la fiesta (y eso que, según los rumores, Jordan tuvo que suplicarle que saliera en la película porque había un papel escrito específicamente para él). A mediados de los 90, 'Space Jam' fue un fenómeno increíble y un vistazo a lo que el futuro podía darnos. De hecho, fue una de las primeras películas en rodarse en utilizar tecnología digital: tuvo 1100 planos con efectos especiales, que por aquel entonces era una auténtica locura. Y lo mejor de todo es que nunca dejaba de ser pura diversión.
¿Qué hay de nuevo, viejo?
'Space Jam' supuso también el debut de Lola Bunny, el amor de Bugs, que en series posteriores cambió su personalidad para bien. Porque, reconozcámoslo, en la película no hace gran cosa ni está definida en absoluto. Junto a ella aparecían más de cien personajes de los cortos originales, desde el Correcaminos hasta Porky pasando por el gallo Claudio o Speedy González, todos rediseñados para encajar con los nuevos tiempos. Tristemente, Warner no lo aprovechó para relanzar nuevos cortos de los Looney Tunes. Ojalá lo hubiera hecho.
Con el tiempo, 'Space Jam' se ganó el odio de gran parte de los fans que la consideraban excesivamente derivativa. Y, todo sea dicho, no es un odio inmerecido, por mucha nostalgia que sintamos. Por ejemplo, es sabido que Chuck Jones, uno de los animadores más míticos de los personajes, odió la película con cada fibra de su ser (por otro lado, odiaba prácticamente cualquier cosa de los Looney Tunes que no hubiera hecho él). De hecho, cuando Joe Dante hizo la siguiente película de los personajes, 'De vuelta en acción', su idea es que fuera el "anti-Space Jam". Sin embargo, hay algo innegable que no tuvo en cuenta: al público general le encantaba 'Space Jam'.
Lo suficiente, al menos, como para que Warner lanzara una secuela en 2021 con LeBron James como protagonista que supuso un absoluto (y merecido) fracaso. No agua, por suerte, las sensaciones al volver a ver 'Space Jam', que sigue llevándonos a la infancia, aquella época en la que no aceptábamos ver ningún deporte que no tuviera al Pato Lucas como alero. Tenéis dos días para verla en Netflix, porque se marcha el 14 de junio. Y no hay mejor manera de dar inicio a vuestro verano que vivirlo como cuando erais niños.
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