El binge-watching, el "maratoneo" por el que se ha caracterizado la era del streaming (y Netflix), puede tener sus horas contadas. O, por lo menos esa es la tendencia en la mayoría de OTTs: por ejemplo, Disney+ anunció que sus series se estrenarían semanalmente y, sin saber todavía cómo lo harán en Apple TV, parece que Netflix se está quedando sola en la política de estrenar todos los episodios de sus series originales de golpe.
Netflix lo sabe y está empezando a hacer experimentos a la hora de estrenar algunos de sus próximos realities. Según informaba ComicBook, la plataforma ha decidido "emitir" la séptima temporada de 'The Great British Baking Show' (nombre internacional de 'The Great British Bake Off') de forma semanal.
Pero parece que el concurso británico no será el único en recibir este tratamiento: 'Rhythm & Flow', un reality en el que se buscará a la próxima estrella del hip-hop se estrenará a lo largo de tres miércoles consecutivos desde el 9 de octubre, cuando podremos ver los cuatro primeros episodios. ¿La razón? para mantener como sorpresa el ganador.
Netflix ya "emite" series semanalmente
Tal como recuerda la plataforma, es cierto que no es la primera vez que sus licencias (o los originals "falsos") se distribuyen de forma semanal. Mismamente hemos podido, por ejemplo, ver así 'The Good Place', 'Star Trek: Discovery' al día siguiente de su emisión en NBC y CBS All Access respectivamente.
Aunque Netflix asegura que no tiene intención de cambiar, quizá sí que es tiempo de replantearse el modelo y experimentar. Y es algo que se ha visto más en estos últimos años, cuando la cantidad de series que se estrenan cada semana es prácticamente imposible de abarcar.
Cuando la conversación se pierde al día siguiente
Solo quiero que paremos un momento y pensemos en los estrenos más tochos que ha tenido Netflix en el último mes y poco: 'Orange is the New Black' (que se ve en Movistar en España) da paso a 'GLOW' y nadie habló más de la última temporada de la serie de presas. Luego vino 'MINDHUNTER' y pasó lo mismo con las luchadoras... y de la tercera temporada de 'Por trece razones' (hace dos semanas de eso) nadie se acuerda ya.
Aunque podamos argüir que estas series son buenas (bueno, la de adolescentes no tanto) y potentes, apenas logran mantener conversación continuada y ruido más allá del primer fin de semana (o como mucho la semana siguiente) del estreno.
Son series que han acabado siendo efímeras, como la visita de la prima de tu madre que llega un día, os da dulces de las monjitas del pueblo y se va. Una visita que nada más cerrar la puerta olvidas. No da tiempo a reposar, porque viene la siguiente serie y a esta no la vas a volver a ver en un año.
Y, claro, cuando compites (vale, según Sarandos su competencia es Fortnite... pero mira, no) con HBO y sus episodios semanales de 'Euphoria' (por no decir de 'Chernobyl'), con Hulu y sus episodios semanales de 'El cuento de la criada' (en España en HBO) y próximamente con Disney+ y sus episodios semanales de 'The Mandalorian', te puedes encontrar con que la gente está hablando durante un tiempo más prolongado sobre ellas que sobre tal estreno concreto.
Que hablen mucho o poco, pero que hablen
Me imagino que con el aluvión de novedades de Netflix, a la plataforma le da igual que estemos hablando de uno o de otro estreno siempre que estemos todo el rato hablando de alguno. De hecho, domina muy bien el discurso de los medios, tiene a la gente pendiente y es raro cuando no hay un tráiler o una noticia suya.
Se gastan un dineral, pero sus series son vistas multitudinariamente. El problema es cuando ficciones que merecerían más conversación, como 'Así nos ven', 'MINDHUNTER', thrillers interesantes y sensaciones fan como 'Stranger Things', 'The OA' e incluso podríamos hablar de las de Marvel, no logran sobrevivir al siguiente tsunami de novedades.
Y ya no hablemos de que en muchos casos son trece episodios de una hora cada uno de golpe. Lo que en el modelo tradicional hubieran sido tres meses largos de emisión y su consiguiente ruido y conversación, en Netflix se transforma en picos durante el mes de lanzamiento y poco más como podemos ver en este gráfico.
Quizá Netflix tenga una solución muy obvia que ya está practicando: dividir en "partes". Con 'Las escalofriantes aventuras de Sabrina' pudimos ver una veintena de episodios en dos tandas separadas por apenas medio año de diferencia. Con sus series animadas ('She-Ra', por ejemplo) lanzan cada pocos meses nuevos episodios.
Aquí no existe la fórmula perfecta. Cierto es que tener todos los episodios de golpe es toda una baza y es bastante cómodo. Pero en un momento en el que hay una oferta tan monumental, la gente va a ver las series de las que se hable más y durante más tiempo... y si la el ruido en torno a tu serie estrella se desvanece enseguida, quizá es hora de plantearse las cosas.
No creo que Netflix vaya a cambiar radicalmente su modelo y pasar a distribuir todo su contenido original (el de verdad) de modo semanal. Es un cambio tan drástico como sin sentido en su estrategia de ser una churrería. Sin embargo sí que puede ir estudiando casos concretos de producciones que sí que merezcan otro trato.
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