Van a cumplirse tres años desde el estreno en Netflix de ‘Marianne’ y desde ese momento han aparecido en la plataforma una buena cantidad de series de terror excelentes, como ‘Misa de medianoche’ de Mike Flanagan, pero ninguna ha dado tanto miedo como esta francesa, que logró cautivar y aterrorizar a los espectadores con ocho episodios en una temporada única estrenada el 13 de septiembre que logró una calificación del 100 % en Rotten Tomatoes.
Dirigida en su totalidad por Samuel Bodin, ‘Marianne’ mantiene muy bien su consistencia episodio a episodio pese a tener un piloto tan bueno que hace que el resto parezca por debajo de lo que promete. En realidad tiene un nivel muy homogéneo y está por encima de muchas películas de terror estrenadas en cines actualmente. Su historia en la ciudad francesa ficticia de Elden, y sigue a la escritora autora superventas Emma Larismon (Victoire Du Bois), que plasma en sus libros el terror que produce una bruja.
Sin embargo, dicho personaje no es parte de la ficción, ya que la propia escritora ha luchado desde su infancia contra Marianne, así que se viaja para confrontar los sucesos que la aterrorizan y que están fuera de toda su capacidad de entendimiento, lo que la lleva de regreso a su lúgubre ciudad costera tras terminar su serie de libros matando a la heroína Lizzie Larck. El ente que se le aparece en sueños desde que era joven, se va revelando en varias pistas de su pasado que indican que su bruja podría ser algo más que visiones.
En los ocho episodios tenemos tiempo para ir descubriendo poco a poco las miserias de la protagonista y los retorcidos secretos de Elden, centrándose tanto en el misterio como en el personaje, encarnado por la actriz Victoire Du Bois, una joven muy complicada que es capaz de producirnos una antipatía inevitable, pero con la que luego sufrimos tensión, miedo e ira cuando vemos sus vulnerabilidades e intentos de redención.
Un buffet libre para amantes del género
La idea de un demonio insaciable hambriento de lectores es relativamente original, y es el macguffin mientras cada episodio sirve como espacio para desarrollar estupendas escenas de terror. Puede que muchos se sintieran decepcionados del cambio a mitad de camino, porque la expresión espeluznante de su primera anfitriona humana, Madame Daugeron (Corinne Valancogne), es una pesadilla hecha imagen real, un rostro inolvidable e inquietante, que deja huella en el fondo de la memoria.
La serie tiene muchos elementos de cine de terror de todo tipo, desde ‘El Exorcista III’ a ‘La niebla’ y ‘En la boca de miedo’ de John Carpenter, pero está llena de referencias a la obra de Stephen King, quien publicó en twitter su aprobación a la serie.
“Si eres uno de esos enfermos como yo, que disfruta estar asustado, ‘Marianne’ (Netflix) hará el trabajo. Hay toques de humor que le dan una vibra a ‘Stranger Things’. También tiene (y lo digo con toda modestia) algo del trabajo de Stephen King”.
If you're one of those sickos--like me--who enjoys being scared, MARIANNE (Netflix) will do the job. There are glints of humor that give it a STRANGER THINGS vibe. It also has (I say it with all due modesty) a Stephen King vibe.
— Stephen King (@StephenKing) September 26, 2019
Bodin, coautor de todos los guiones, dirige todos los episodios, y por algo están llenos de personalidad, son sorprendentes, y ricos en planos de pocos fotogramas de duración, en los que imágenes turbias apenas duran un instante, pero que generan terror. Tiene además una capacidad tremenda de perturbar con la palabra y los susurros, con la idea de saber que el mal está en frente, pero no saber exactamente dónde o cómo va a ir a por ti.
Un punto y aparte en el terror francés de este siglo
Llena de imágenes, símbolos y recuerdos, ‘Marianne’ toma riesgos, cambia el foco en los personajes, cambia de villano, de aliados… nunca es reiterativa y hace que cada episodio se sienta como una película gracias al énfasis en su fotografía, que acompaña a su atmósfera de terror sin complejos y su buena capacidad de equilibrar lo que muestra para pulir su elegante narración que nunca renuncia al poder de las secuencias de los sueños. Imágenes recurrentes de duermevela que incluyen un agujero en el suelo y encarnaciones aterradoras con ojos saltones.
Bodin juega bien con la realidad y la pesadilla, dejando estampas recurrentes que encajan con un mundo onírico relacionado con las brujas que parece salir de la obra ‘Los sueños en la casa de la bruja’ de Lovecraft y a veces ‘Lords of Salem’, aunque siempre es juguetón en cuanto a su propuesta de terror actual, rescatando variaciones y reinvenciones de sustos bien conocidos del terror de marca James Wan, superando incluso algunos de sus trabajos cinematográficos como ‘Insidious 2’ o la decepcionante ‘Maligno'.
A pesar de que la historia no sea lo más importante, al estilo del cine de terror italiano más anárquico, hay misterio de sobra y una gran cantidad de imaginario de horror, que convierten ‘Marianne’ en una serie generosa, sorprendente, atrevida y sin vergüenza, probablemente gracias a su toque francés, a veces ridículamente relamido, a veces autoconsciente, juguetón y con todo lo que echamos en falta en el formato de 90 minutos. ‘Marianne’ pudo haber sido una trilogía, pero funciona perfectamente como miniserie, sin remilgos para ser terror sin matices ni miedo a meterse de lleno en el fantástico menos domesticado.
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