Netflix tiene un arma secreta con las sorpresas que produce en cualquier parte del mundo y que de pronto se convierten en grandes fenómenos. La reciente ‘El juego del calamar’, una adictiva serie surcoreana, se convirtió en una sensación internacional en un fin de semana, durando varias semanas en el número uno. Esto ha creado una insólita expectación por los nuevos estrenos creados en la península de la plataforma y la primera en llegar ha sido ‘Rumbo al infierno’ del director Yeon Sang-ho.
El creador de la estupenda ‘Train to Busan’ y sus infravaloradas secuelas trae una propuesta muy diferente a ‘El juego del calamar’, una adaptación de un conocido webtoon cuya mayor virtud es que su duración no sobrepasa de los seis episodios, haciendo que el survival con juegos asesinos y muñecos cantantes parezca ‘Los Soprano’ a su lado. El primer episodio comienza en el centro de Seúl, en donde un hombre asaltado por tres demonios parecidos a Hulk que le persiguen a través del tráfico hasta hacerle pedazos, salpicando sangre, golpeándole horriblemente hasta que “abducen” su alma y dejan un cadáver chamuscado.
Nunca logra mejorar sus diez primeros minutos
Esta primera escena, que parece una extensión de la secuencia final de 'La noche del demonio' (1957) o ‘Ghost’ (1990) o el clímax de ‘Arrástrame al infierno’ (2009), es el principal elemento fantástico de la serie pero, lejos de ser un punto de partida de un universo fantástico, es lo mejor que tiene que ofrecer y se va a limitar a repetirlo de forma monótona y menos espectaculares. Pese a que hay una cierta violencia, los efectos especiales parecen de hace veinte años y el diseño de los demonios no es nada terrorífico, con lo que la mayor baza de la serie es pírrica.
La trama de ‘Rumbo al infierno’ se mueve alrededor de las consecuencias de esos ataques, que están socialmente asimilados, así, al estilo de la serie ‘The Leftovers’, el factor sobrenatural es secundario y provoca la aparición de un culto apocalíptico, ‘La nueva verdad’, dirigido por el carismático Jeong Jin-soo (Yoo Ah-in), quien aparece en vigilias para explicar que las víctimas son pecadores a quien cinco días antes un ángel –una vergonzosa aparición de CGI de tercera mano– les dice que van a ir al infierno.
En cierta forma, el título original hace referencia al mundo de los cenobitas de Clive Barker, que funcionan más o menos como segadores de almas, solo que aquí su aparición no es muy siniestra ni la serie hace hincapié en los elementos terroríficos relativos, con cierta similitud con el aviso de muerte de Sadako en ‘The Ring’ (1998) pero poco más. La seca afirma que los monstruos son una manifestación del juicio de Dios y el detective Jin Kyung-Hoon (Yang Ik-june), encargado de resolver el "asesinato", se une a la abogada Min Hye-jin (Kim Hyun-joo), que sigue el caso de una madre que ha recibido una sentencia de muerte de un ángel.
Un prescindible relleno de catálogo
‘Rumbo al infierno’ es un procedural con toques noir y elementos sobrenaturales que tiene todos los clichés del investigador asociado al caso, como el asesinato de su esposa hace seis años. Pronto el argumento se complica con la aparición de otra secta aún más extremista que va castigando a quienes ponen en duda el carácter divino de los sucesos. Hasta cierto punto, esto hay una conexión con la actual validación de las teorías de conspiración impulsadas por Internet y cómo la pandemia ha hecho que surjan como setas los negacionistas de todo tipo.
Pero la serie no es demasiado brillante como para soportar el peso de estos subtextos. Mientras que los primeros tres episodios son interesantes, parece que cuentan una historia independiente que se reinicia en el episodio cuatro con un notable descenso en la calidad. La investigación da paso a una serie de escenas cada vez más repetitivas y llenas de diálogos no muy bien escritos y que no llevan a ninguna parte.
Especialmente irritantes son las interminables apariciones en youtube de un personaje que ni resulta siniestro ni divertido, acabando de cerrar el fiasco de una historia de varios arcos y demasiado llena de ideas sobre el pecado y la condena que no terminan de cuajar nunca en la historia principal. ‘Rumbo al infierno’ es un prescindible intento de serie de terror que no destaca ni en su atmósfera terrorífica, ni en sus escenas de acción o violencia, resultando aburrida en su incapacidad para mantener la tensión o el interés por sus protagonistas.
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