Nunca puedes planificar al detalle una carrera. Primero porque los primeros trabajos no van a ser precisamente los que tienes en mente, y segundo porque puedes acabar encontrando maneras pocos convencionales para llegar a papeles o roles icónicos que en teoría requieren de un camino más convencional. Dicho de otro modo, nunca sabes del todo cuál es la película que te va a favorecer dar el siguiente paso.
Por eso resulta un ejercicio algo fútil tratar de encontrar al próximo James Bond en actores o películas que a priori están allanando el camino para serlo. Salvo casos como Roger Moore o Pierce Brosnan, que ya estaban en la órbita antes de obtener finalmente el encargo, gente como Daniel Craig fueron elecciones sorpresa salidos de proyecto a priori poco apropiados como audición de 007. En su caso, la película fue 'Layer Cake: Crimen organizado', una potente cinta mafiosa disponible en Netflix.
La espiral de la mafia
La productora Barbara Broccoli reconoció que esta película fue con la que se fijó en Craig y lo consideró seriamente para el rol de Bond tras la marcha de Brosnan. Resulta sorprendente, porque la película se sitúa casi en las antípodas de Bond tanto por género como por carisma canalla. Y su director, Matthew Vaughn, haría su propia saga anti-007 con 'Kingsman: Servicio secreto' y sus secuelas y precuelas.
Craig interpreta aquí a un hombre sin nombre. Pero no un justiciero a regañadientes como los del Oeste, sino un eficaz y bien establecido vendedor de cocaína que desde bien joven tenía claros sus objetivos y ahora está preparado para pasar página. No le será tan fácil, porque su jefe tratará de endiñarle un último trabajo que iniciará una espiral descendente sin control.
La película nos muestra lo bien aprendidas que tiene las reglas de películas de la mafia como las de Martin Scorsese. Nos ofrece un primer vistazo idílico a este mundo establecido y bien delimitado que no tardará en descontrolarse y volverse todo un paseo por los infiernos para su protagonista. Eso sí, se encarga de revestir todo con un carisma distinguiblemente británico (que no distinguido, ya sabemos cómo se las gastan realmente).
'Layer Cake': bien tirado
Lo que la salva de caer definitivamente en el canallismo que podría haberse vuelto insoportable fue una baja de última hora. Guy Ritchie, que había trabajado previamente con Vaugh en proyectos como 'Lock & Stock' y 'Snatch. Cerdos y diamantes', se cayó del proyecto y Vaugh inició su propia carrera como director, todavía algo meticuloso y bien medido antes de darse al (por otro lado, divertido) descontrol de 'Kingsman'.
No hay tantos indicios del Bond de la etapa Craig en esta película, como mucho cierta crudeza que ha sido más tamizada en dichas películas, por lo que enfocar el visionado por ahí puede ser un error. Si que vale para evidenciar el aura de actor de carácter que Daniel siempre ha destilado, más que el de actor protagonista estrella convencional, haciendo un trabajo demoledor que eleva una película estupenda y recomendable.
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