La compleja relación con la identidad y la riqueza, explorada de una manera fastuosa pero truculenta
Las películas de atracos o de perfectos golpes tienen un componente excitante por la fascinación voyeurística. Por un instante, podemos estar en el mismo barco que un grupo de criminales que, por motivos más o menos entendibles, preparan una estratagema para sustraer recursos importantes a instituciones o personalidades superiores. Nos podemos hasta permitir dejar en la puerta el cuestionarnos la moralidad de los personajes.
Pero a veces la cuestión no puede sino resurgir desde las profundidades en las que la hemos enterrado cuando la personaje en cuestión resulta especialmente reprobable. Pero estamos igualmente forzados a estar en su perspectiva, probablemente por un buen motivo escogido por los cineastas de turno. Es lo que hace tan fascinante a películas de crímenes tan poco convencionales como 'El talento de Mr. Ripley'.
Finge hasta conseguirlo
La exquisita película de Anthony Minghella, decorada con un fastuoso reparto que incluye a Matt Damon, Jude Law o Gwyneth Paltrow, ya se encuentra disponible para ver en streaming a través de Netflix, además de en HBO Max. Una película de crímenes tan fastuosa como perversa, donde el thriller es retorcido de manera sugerente hasta no parecerlo en absoluto.
Damon es el Ripley del título. Un hombre de clase social baja con aspiraciones de escalar hacia los escalafones superiores. Trabajando en una fiesta como músico, pide prestada una chaqueta de Princeton para la actuación que luego será el motivo por el que uno de los millonarios en dicha fiesta le confunde con un compañero de universidad de su hijo. Manteniendo la confusión, Ripley acepta un encargo de este hombre para recuperar a su hijo de las seductoras tierras italianas en las que parece querer desperdiciar su vida.
"Desperdiciar" es una manera de interpretar el hedonismo en el que cae el personaje de Jude Law, colmado de privilegios y de una belleza a la que Ripley busca acceder. Aunque sea a través del "finge hasta que se cumpla" que a veces parece marcar la personalidad americana. En el caso de Ripley, resulta más complejo, donde no busca tanto mantener su tapadera para conservar el estatus como volverse él mismo la tapadera.
'El talento de Mr. Ripley': fascinación por la belleza
Es una ambición truculenta, marcada también por la fascinación que el personaje de Law le causa. Una fascinación que bordea la atracción, con un personaje que ve indisociables la belleza de la riqueza. Minghella estudia esta compleja psicología con una delicadeza increíble, trastocando lo que podría ser un thriller criminal convencional aunque elegante a través del melodrama.
Una estrategia que ya le funcionó en parte a Alfred Hitchcock con 'Extraños en un tren', otra adaptación espléndida de la obra de Patricia Highsmith (aunque aquella resultaba más trepidante en su faceta thriller). 'El talento de Mr. Ripley' explora con apreciable curiosidad a una persona bastante villanesca, empleando una intriga retorcida y un aspecto visual lujoso (increíble fotografía de John Seale) pero teñido por la inquietud. Cualidades que la hacen una película imperecedera y más digna de nominación y alabanza que la anterior cinta de Minghella, 'El paciente inglés'.
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