En Netflix la apuesta por el cine español es decidida. En algunos casos se trata de producciones exclusivas que llegan de forma directa a la plataforma, pero también ha prestado su apoyo a títulos que acaban formando parte de su catálogo tras un paso inicial por los cines. 'Los renglones torcidos de Dios', uno de los grandes éxitos del cine español de este año, es el último ejemplo de ello.
Un thriller de lo más movidito
Estrenada a principios de octubre, esta adaptación de la novela homónima de Torcuato Luca de Tena ha conquistado al público y acumula ya más de 5 millones de euros en los cines de nuestro país. Estoy convencido de que clave para ello ha sido una historia repleta de giros sorprendentes para intentar así no perder en ningún momento la atención del espectador.
Para un material así estaba claro que pensar en Oriol Paulo era poco menos que obligado, pues ya había mostrado manejarse como pez en el agua con este tipo de thrillers con títulos como 'El cuerpo', 'Contratiempo', 'Durante la tormenta' o la televisiva 'El inocente'. Por mi parte, confieso que nunca he terminado de sintonizar con su estilo, pero es que es popular es innegable y 'Los renglones torcidos de Dios' es un nuevo ejemplo de ello.
Paulo apuesta en este caso por confiarlo todo a la historia del personaje de Alice Gould, contando para ello con el respaldo del talento de una entregada Bárbara Lennie. El problema es que a cambio hay multitud de personajes completamente desdibujados en el peor de los casos y no suficientemente trabajados en la mayoría de ellos.
Eso es algo que va haciéndose más evidente a medida que avanza la historia, sacrificándose la mayor profundidad y diversidad de la novela original para confiarlo todo a una única carta. Y llega un punto en el que la tendencia constante al retruécano efectista te puede sacar de lo que sucede. Si no es el caso, lo más probable es que disfrutes con ella, pues en lo técnico se nota la inversión para que todo luzca lo mejor posible y en su reparto hay más gente con mucho talento, pero a mí es que hasta me costaba un poco creerme a Eduard Fernández, un actor que adoro.
Dicho esto, si algo consigue 'Los renglones torcidos de Dios' es no aburrir al espectador -y tiene bastante mérito teniendo en cuenta su abultada duración-, tanto si te engancha por completo como si, como fue mi caso, te deja constantemente con la miel en los labios y pareciendo mejor de lo que realmente es. Y es una lástima, pues por ejemplo la única pega que le podría poner a las 6 nominaciones al Goya que ha conseguido es en la categoría de guion adaptado...
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