Las conexiones humanas pueden ser algo tan maravilloso como inexplicable, produciéndose en los lugares más inesperados y por la combinación de factores más improbable. Material que algunos cineastas independientes han querido capturar como si no se tratase de una cualidad que se escapa de entre los dedos como si se intentase agarrar agua con algo que no sea un recipiente.
Pero a veces la magia del cine logra ser ese recipiente. Incluso aunque en pleno rodaje parece que se mantiene esa cualidad elusiva, la unión de imágenes y sonidos final termina plasmando esa extraña inercia, esa conexión que en la realidad sólo puedes experimentar, no concretar. Es lo que vuelve imprescindible a 'Lost In Translation', la imprescindible película de Sofia Coppola.
Todo el mundo quiere ser encontrado
Disponible para ver en Netflix, esta sorprendente y exitosa joya permanecerá en la plataforma de streaming solamente hasta mañana martes, 15 de octubre. Así que toma nota. Quizá no haya mejor oportunidad para disfrutar a una artista en estado de gracia, a una precoz Scarlett Johansson y a un Bill Murray prestado a deformar su imagen pública para hacer uno de sus mejores trabajos como actor.
Murray interpreta a un actor en decadencia que se traslada a Japón para una serie de trabajos bien remunerados pero poco gratificantes. Anuncios de alcohol, promoción en programas de variedades en los que está claramente desubicado y el agravante de estar en un país donde no habla el idioma y está a kilómetros de cualquier persona que conoce. Una situación extrañamente similar a la de la joven a la que da vida Johansson, trasladada allí con su marido fotógrafo y encontrando una enorme soledad cuando está fuera.
Una soledad que parece enmudecida cuando ambos se encuentran y empiezan a interactuar. La naturaleza de su relación nunca se hace explícita, o cae en la sencillez del romanticismo, sino que nace de algo mucho más profundo como la necesidad de sentirse conectado en un mundo paradójicamente activo e inquieto. Dos personas encontrándose en el momento donde más necesitan encontrar a alguien, sin necesidad de que deba ser algo más.
'Lost In Translation': vorágine emocional
Sofia Coppola logra meternos en la compleja vorágine emocional, haciendo un retrato íntimo aunque no por ello pecando de modesto. La fascinante vida de Japón, las luces omnipresentes, los sonidos de guitarras atmosféricas que llenan la estancia. Su capacidad narrativa nunca ha estado tan alta, esquivando aquí ese injusto estigma de que termina haciendo películas muy bonitas pero vacías de contenido.
Nada lo representa mejor que el uso que hace de Bill Murray en la película. Ella y Wes Anderson son de los pocos que han sabido capturar esa tristeza inherente que tienen los personajes que ha interpretado habitualmente y han formado su imagen como estrella. Aquí se le da la vuelta y crea un retrato honesto y conmovedor. Scarlett Johansson logra estar bastante a su nivel, pero él consigue ser uno de los grandes ganadores de una película especial.
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