Mientras muchos aún estamos intentando recuperarnos de los excesos navideños —y no hablo de los alimenticios, sino de los económicos—, acabamos de conocer una noticia que nos obligará a rascarnos un poco más los bolsillos mes a mes: Netflix va a subir sus tarifas por cuarta vez desde que lanzó su servicio de streaming; una medida que tendrá efecto inmediato para los nuevos clientes.
De este modo, y hablando en dólares —aún no ha trascendido cómo repercutirá en la moneda europea, aunque podemos hacernos una idea en base a la información—, el plan básico de Netflix pasará a costar 9 dólares, aumentando en un dólar su coste. Por su parte, el plan HD Estándar subirá de los 11 a los 13 dólares, y la suscripción Premium se incrementará en dos dólares; de los 14 a los 16. Unos incrementos que oscilan entre el 13% y el 18%.
Las anteriores subidas de precio en Netflix no tuvieron prácticamente efectos en el índice de crecimiento de los suscriptores a la plataforma, pero sí se notaron en las acciones de la compañía, que aumentaron un 3% en octubre de 2017 —último cambio de tarifas hasta la fecha— y que ya han repercutido positivamente con un 6% esta misma mañana.
¿Cuáles son los motivos principales que han propiciado esta maniobra? Teóricamente, los ingresos extra irán destinados a la financiación de nuevo contenido original, pero puede que la aparición de nuevas plataformas de video on demand como Disney+ o el recientemente anunciado servicio de NBCUniversal tengan algo que ver con ello.
Netflix experimentó un crecimiento en sus suscriptores de un 10.7% a lo largo del pasado 2018, alcanzando 58 millones de usuarios en territorio estadounidense y más de 78 millones fuera de las fronteras norteamericanas. Teniendo esto en cuenta, es muy probable que la subida de precios más alta que ha experimentado la compañía en su historia no la aleje del trono de la distribución digital.
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