Netflix acaba de estrenar una de las películas de terror más entretenidas de los últimos años. Un diabólico espectáculo sin miedo alguno al ridículo

Quedan ya solamente unos días para la celebración de una nueva noche de Halloween, una oportunidad de oro para hacerse un maratón de películas de terror. En las diferentes plataformas de streaming son bien conscientes de ello y están añadiendo varios títulos a sus catálogos para seducir al público. Hoy quiero llamar vuestra atención sobre el hecho de que acaba de llegar a Netflix la muy entretenida 'El exorcista del Papa'.

Un gran pasatiempo

En su momento era inevitable ver en esa película como un mero intento de seguir explotando la fama de 'El Exorcista' con el gancho adicional de que Russell Crowe estuviese al frente del reparto. Quedaba la duda de cuál sería el enfoque, pero pronto queda claro con ese cura cruzando países subido en su motillo que no vamos a estar ante una película que se tome demasiado en serio a sí misma.

Esa falta de vergüenza ayuda mucho a que este película de posesiones acabe siendo endemoniadamente entretenida, ya que está más cerca de ser una fiesta diabólica que una mera réplica más de infinidad de títulos que usaron los mismos ingredientes en lo argumental -ahí es cierto que encontramos multitud de lugares comunes ya desgastados de tanto usarlos-. La clave está en la mezcla y Julius Avery da con las teclas para que 'El exorcista del Papa' sea un gran pasatiempo camp que invita a dejarse llevar muy por encima de pararse a pensar de algunas decisiones delirantes que toma la película.

A todo eso hay que sumarle la carismática presencia de Crowe haciendo exorcismos en la España profunda. En otras manos, el papel de Gabriele Amorth, basado en un exorcista real de la iglesia católica, podría haber sido un desmadre o un coñazo, pero el protagonista de 'Gladiator' se mueve como pez en el agua en esa fina línea que une lo creíble con lo absurdo para evitar que la película nunca se venga abajo.

Además, 'El exorcista del Papa' nació con una clara vocación de convertirse en una larga franquicia -si ya es una película con muy poca vergüenza, en su tramo final va aún más allá en su salto al vacío sin red-. Por ahora ya está confirmada la primera secuela, y si vuelve a ser tan entretenida como su predecesora, por mí que hagan todas las que quieran.

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