Tras varias semanas desde su estreno, ‘Misa de medianoche’ sigue creando conversación y reacciones a sus revelaciones, su subtexto sobre la religión y el estilo de escritura de su creador, Mike Flanagan. Y es que la serie de Netflix contiene algunos grandes monólogos que son también bastante extensos y dan al conjunto un estilo muy conversado que desafía la paciencia de los espectadores, resultando para muchos demasiado pesado.
Las dos series anteriores de Netflix de Flanagan, ‘La maldición de Hill House’ y ‘La maldición de Bly Manor’, también se caracterizaron por extensos discursos que permitían una comprensión interna de los personajes que normalmente es difícil plasmar en el cine. Para algunos, más cercana a la literatura que al medio audiovisual, ‘Misa de medianoche’ no solo no es diferente, sino que marca con doble longitud sus tramos reflexivos dando un carácter opuesto al estilo de diálogo fluido y dinámico establecido en la era streaming.
SPOILERS DE LA SERIE EN EL TEXTO

Esto ha llevado a reacciones de todo tipo en redes sociales que, casi a modo de respuesta a las unánimes críticas positivas de la serie, se ha tomado el concepto del monólogo como algo inherentemente negativo, dando lugar a memes, bromas y exageraciones típicas con la dosis habitual de sarcasmo e intención de “abrir los ojos” a los que se han creído las alabanzas vertidas con antelación. Una controversia de segunda ola, casi un proceso de escepticismo automático aplicable a cualquier primera ola de impresiones positivas, que nos viene a decir “no es para tanto” y que habla más de cómo consumimos ahora las series que de las propias series.
Seriously Netflix, some of us like to watch intros, credits and monologues pic.twitter.com/InTXGLr6ut
— Abner Pastoll (@abnerpastoll) October 3, 2021
El dilema del primer mundo de la duración de las series
La parodia de los propios monólogos empieza por el propio aluvión de críticas de "hay mucho diálogo", que suena a "no me gustan los libros sin dibujos". La idea de lo que es una cualidad o un defecto es subjetiva, un dilema tan grande como saber si la percepción sobre lo que esconden las palabras es suficientemente rápida para captar o no lo que trata de conseguir el director. Sin embargo, en un escenario de estrenos semanales en 5 plataformas diferentes, el índice de prioridades ha modificado el estilo de consumo y ciertos contenidos no son recibidos como hace 10, o quizá 5 años.
Las series de 20 o 24 episodios ya no se llevan, y las temporadas con un arco se van limitando a 8. Es difícil encontrar series con menos de 8 episodios por temporada, aunque las haya de 6 ocasionalmente, pero el estándar son 10 o 13. Por ello, el hecho de que ‘Misa de medianoche’ dure 7 episodios para un arco cerrado es un impar inusual, lo que nos viene a decir que no es tanto una longitud establecida por requerimiento de la plataforma –de hecho se le dio luz verde de milagro– sino por la forma en la que el autor trata de hacer respirar el relato, sin límites para poder dejar explicarse a los personajes.
El problema es que, en un escenario como el actual, cualquier conversación larga da la impresión de que la plataforma tiene que rellenar minutaje. Es imposible no sospechar, ni mirar de reojo, cuando el reloj pasa y dos personajes siguen hablando sentados en la misma postura. La desconfianza se ha transformado en paranoia y el espectador está sobre alerta de que en una tormenta de contenido semanal incesante si algo parece verbalizado en exceso da la impresión de estafa. De timo que nos requiere horas de vida.
La diferencia entre diálogos de relleno y bien escritos
El miedo a que los clientes no encuentren sus horas para consumir a doble velocidad y dejen su suscripción crea muchos monstruos de ese estilo. Las series de Marvel como ‘Defenders’ o ‘Punisher’ en Netflix son uno de los ejemplos más llamativos de suspensión de la verdadera chicha para extender una trama durante horas sin que lo que ocurra tenga verdadero impacto dramático. El relleno es un arte, y suele tener muchos diálogos que tratan sobre nada. Hay un episodio en ‘Devs’ en el que uno de los personajes responde a otro casi con monosílabos durante un intercambio de varios minutos.
No solo no son lo mismo los diálogos vacíos que los monólogos, sino que muchas veces lo que cuenta un personaje tiene información muy valiosa para decodificar los temas de la serie en cuestión. Los largos soliloquios de los personajes de ‘Misa de medianoche’ no tratan de ser relleno al uso porque están cargados de claves y mucha de la información que dan tan solo tiene sentido en el contexto de todo un conjunto, incluso con detalles que han aparecido capítulos antes o que aparecerán en capítulos posteriores.
Y esta información “escondida” entre líneas también refuta la idea de dispersión de la trama principal en los minutos que, en ocasiones, tiene un punto consciente en la planificación de contenido actual. Hay series que resultan “aguadas” porque la concentración de mucha información puede resultar contraproducente en una forma de consumo que también tiene al receptor con el móvil en la mano –asumamos que, a veces, nos pasa a todos– e incluso otras series están diseñadas para ver mientras se plancha.
El monólogo en la era del contenido a granel

Este tampoco es el caso porque es muy fácil perderse algún detalle clave en algunos de los discursos y monólogos de ‘Misa de medianoche’ en un texto que, sí, es objetivamente denso, pero no está escrito a la ligera. Desde luego que podemos objetar y que el estilo no es el que buscamos en un rato de entretenimiento asimilado como “terror”. Pero que la apreciación de otros y la conversación en redes puede alterar esa percepción antes, mientras o después de ver una serie forma parte también de nuestra propia reacción al material.
Nuestra forma de consumo a veces nos obliga a ver más material del que podemos asimilar en más tiempo del que tenemos. Cada año, se estrenan más de 500 series solo en Estados Unidos. Un año solo tiene 8.760 horas y para ver unas 25 -30 series necesitamos alrededor de 300. Con una inversión de 10 horas semanales, necesitaríamos unas 30 semanas para verlo todo. La idea de la velocidad de consumo nos hace pensar en ver una serie tras otra, un capítulo tras otro compulsivamente. Series como ‘Misa de medianoche’ no son una buena opción en un ecosistema de binge watching. A la tercera hora estaríamos agotados.
La uniformidad de contenidos, la forma de producción y la memoria acumulada de todo lo que se consume también crea una expectativa que una serie con diálogos de 15 minutos puede dinamitar. Si ‘Misa de medianoche’ tiene una filia clasicista, paciente y sin pretensiones de resultar especialmente sofisticada, su cualidad de otra época la lleva a lo teatral. Hoy parece ir contracorriente, pero la dramaturgia clásica siempre ha sido un arte de grandes monólogos, y su opción a día de hoy es tan suicida y consciente de la lluvia de críticas que acarrea que resulta descabellado.
Encriptando verdades de más de una cara
También nuestra capacidad de atención se ha reducido. La metralleta de estímulos a la que estamos expuestos ha modificado la capacidad de concentración de la sociedad. No es un cuento tecnófobo o asustaviejas, es fruto de estudios psicológicos que han concluido que nos cuesta más centrarnos en un solo foco, y sin embargo hemos mejorado en las tareas múltiples simultáneas. Pero la realidad es que la paciencia para la ficción rica en desarrollo, que esconde sus conclusiones entre una arquitectura dialéctica, es cada vez menor.

Algunos critican los monólogos por ser demasiado obvios, cuando precisamente su longitud tiene más que ver precisamente por lo contrario, tratar de enmascarar sentencias que puedan sonar recurrentes o facilonas en constantes justificaciones de personajes que prefieren rodear y acolchar el suelo antes de que llegue la idea, normalmente problemática, irreverente o de alguna manera crítica con posturas que una gran parte del mundo acepta y practica. Queda claro que la serie tiene una crítica del cristianismo extremo, pero hacerlo de la forma menos ofensiva posible no es sencillo.
De esta forma, el mensaje se infiltra más sutilmente en la narración, lo que le permite absorber las ideas más incendiarias de forma cómplice, con un humor negro soterrado representado en el cinismo de los antagonistas. El arte del texto de Flanagan es desplegar una serie de ideas de gran volumen sobre la fe, incluso sobre el más allá, la muerte y nuestra posición en el universo sin un ápice de superioridad moral o machacar con un martillo en la cabeza que la religión es muy muy mala.
La vampirización de los más vulnerables por parte de la iglesia
Entre las escenas más parodiadas han sido las reuniones de Alcohólicos Anónimos entre el protagonista aparente, Riley, y el Padre Paul y lo que empieza como un debate sobre la capacidad de Dios para hacer que las cosas sucedan (o evitar que sucedan) acaba con la idea “monstruosa” de que el sufrimiento puede ser un regalo de Dios. Pero un ejemplo de lo afilados que están los textos de ‘Midnight Mass’ puede verse entre estas discusiones en las que los términos de Riley vienen a expresar que la iglesia aprovecha el aparato de “curación” de adictos como forma de evangelizar.
La idea, que puede verse como un elemento sin relación alguna con otros temas que circulan por la serie, se conecta a través de otros mensajes sutiles con la noción incluso de que el propio Jesucristo fundó la iglesia aprovechándose de personas con problemas, como el primer episodio deja caer cuando el padre Paul conforta a Riley recordando que eran precisamente los caídos en desgracia los que más le interesaban. Una insinuación velada pero subversiva que tan solo puede leerse entre líneas de esos soliloquios.

Si conectamos con los hechos de más adelante, podemos asociar algunos de los milagros de Jesús con lo que acaba replicando el padre Paul, dejando incluso la posibilidad de que, efectivamente, todos los milagros y resurrecciones tengan una explicación vampírica similar y fueran utilizados para convencer y convertir, desde un primer momento. De ahí que los sermones apasionados y recurrentes traten siempre sobre los mismo, preparar el camino para la decisión final que les exigirá un salto de fe. El suicidio.
Secretos escondidos en el sermón del domingo
Por ello, el cura habla constantemente de resurrección y la pascua, borrando el paralelismo de beber vino como la sangre literal de Cristo (una creencia genuina llamada transubstanciación en muchas sectas) con recibir la vida eterna prometida y otros paralelos vampíricos como ungir de ceniza a todo el pueblo, un momento que en retrospectiva parece que está marcando de muerte a cada uno de ellos, puesto que en ceniza se convierten en su último amanecer. Pero entre esos sermones también habla de segundas oportunidades, justificando la suya propia, su plan de volver a vivir junto a su amada para descubrir que en los planes de la iglesia hay una agenda de intereses.
Probablemente, el episodio más atacado es el 4, cuando, después del aborto espontáneo de Erin, ella y Riley se sientan en su sofá y hablan sobre lo que creen que sucede después de la muerte. Un momento de encuentro entre ambos que empieza con Erin reconociendo que sufrió maltrato y con un recuerdo de cómo su madre solía cortar las alas a los pichones, no solo una metáfora de lo que ella misma experimentó, sino un punto de partida para establecer la diferencia entre cómo ve la maternidad frente al lamento de su madre ella cuando nació.
Pero su introducción no acaba ahí. En el último episodio es Erin la que le corta las alas al ángel, sirviendo la historia de su infancia casi como un preludio irónico. En el grueso de su primera conversación también habla sobre la muerte de su hija nonata, ofreciendo una visión neutra sobre uno de los temas más tabú de la iglesia, el aborto, que se confronta con el agnosticismo de un Riley que asiente con respeto pero una lacónico mirada que expresa “si es lo que quieres creer, adelante”. Él mismo da las claves de la escena más significativa de la serie, cuando da su versión del más allá.
La religión según Carl Sagan

Describe una sustancia que hace que el cerebro confunda “recuerdos con alucinaciones” y, mientras Erin yace muriendo, vemos una versión alternativa de esa conversación sobre la otra vida que ella y Riley tuvieron en el Episodio 4, efectivamente confundiendo el presente y su muerte cerebral con el pasado, imaginándose que responde a Riley que “No hay tiempo. No hay muerte. La vida es un sueño. Es un deseo hecho una y otra vez y otra y otra vez y otra vez, hacia la eternidad. Y yo soy todo eso. Yo soy todo. Yo soy todo. Soy lo que soy."
Tanto el monólogo de Riley como el de Erin (más bien una descripción de lo que siente) son dos interpretaciones de la filosofía de Carl Sagan, y más específicamente las reflexiones de su libro ‘Un punto azul pálido’ (1994) y se confrontan con la idea de cielo de la iglesia católica, alineando la serie con ideas científicas del cosmos y el ser humano como parte del mismo. Claro, concentrar esa doctrina en un par de frases sería ridículo, por lo que también el episodio 4 sirve como preparación para el impacto emocional de la muerte de los personajes principales y cómo esto se alinea con los temas de la serie.
Kate Siegel’s “I Am That I Am” monologue from Mike Flanagan’s Midnight Mass. pic.twitter.com/FqLujH65D6
— Nightmare Fuel (@tmcpstrn) September 27, 2021
La presencia de la idea del cosmos como ese cielo de las escrituras, además, deja algunas estampas visuales que se conjugan con ambos monólogos. En el episodio 5, cuando Riley toma la decisión de avisar a Erin con su sacrificio, mira repetidamente al firmamento, con la visión de las estrellas filtrada por su nueva condición de vampiro. Justo antes de que amanezca, vuelve a mirar al cielo, un corte de montaje que quizá no podamos apreciar por primera vez, pero cuando sabemos que es consciente de su destino, parece mirar el lugar a dónde espera unirse, un plano que cobra aún más significado con la visión de la muerte que él y Erin dan en distintos momentos.
Un océano de oxígeno en una era frenética
Hay más momentos en los que los personajes se explican, justifican y tratan de convencer (o autoconvencer) pero siempre con el talante que muestra al autor detrás del texto. Hasta la propia Bev es una maestra de la manipulación utilizando citas de la biblia para justificar cualquier decisión que trata de tomar. La acumulación de palabras tiene como fin crear los cauces necesarios para que las convicciones no suenen como sentencias desde un trono de sabiduría arrogante y ajeno al espectador.
‘Misa de medianoche’ tiene mucho que contar, pero busca presentarlo con cierto respeto por la inteligencia al otro lado de la pantalla, con monólogos escrupulosamente considerados con las posibles objeciones a lo que plantea, esto es, un doble giro mortal que exponga las miserias del mercantilismo de la fe pero sin ofender a quienes la sienten. En última instancia su propuesta es que las religiones son asideros para enfrentarse al hecho de la muerte, al igual que el cine de terror es un campo de entrenamiento frente al peligro real.

Puede que si muchos rascaran en el fondo de estos monólogos se enfadarían de verdad, por las preguntas que emite, pero lo cierto es que la existencia de una serie que se arriesga apostando por la reflexión, en un tiempo de polarización y burbujas ideológicas, en donde solo buscamos escuchar voces que suenen a nuestro eco, cuando las posturas, incluso por la opinión sobre una producción de Netflix cada semana, son cada vez más irreconciliables y violentas, es tan inusual que resulta un acicate contra la demagogia vehemente que define la etapa que vivimos, siendo el rechazo a una obra que nos exige unos minutos de concentración la expresión más elocuente de la misma.
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kesho99
A mi me gustaron, son de los que muy de vez en cuando tenemos en un domingo cualquiera en algún cuarto cualquiera con alguien que en ese instante y a veces solo en ese momento, terminamos recordando por el resto de nuestros días aún cuando la vida nos aleje de esa persona, no se pusieron pretensiosos con el lenguaje ni tampoco cayeron en banalidades, en cada parcela de nuestras vidas, un día, una habitación. A mí la serie me encantó, es la que mejor, de las que he visto, ha mostrado el asombro de la visión del mundo de un vampiro recién nacido que la literatura (especialmente la de Anne Rice) plasma como hasta ahora ninguna peli o serie había logrado.
agentedelatia
La mayoría de los problemas que la gente está teniendo con esta serie es que la vendieron como una serie de terror convencional y lo que nos ofrece es algo distinto que se sale del molde. Tiene sus sustos - algunos realmente impactantes -, pero la tensión no llega a través de estos sino de su trama crepuscular, realmente asfixiante en muchos momentos, insoportable en otros (cierta barca...), que incluso en sus momentos de alivio acongoja porque el espectador sabe que ese oasis será temporal y rápidamente volveremos al infierno.
También se dice mucho que "tarda en arrancar" y que es una de esas series que tienes que "aguantar" hasta el capítulo 4, pero tampoco es el caso
Pero hay que decir que aun con todo esto la serie no es para todo el mundo. Es muy densa, y si no entras en el desarrollo de los personajes o encajas bien la crítica directa, limpia y sin cuartel que Mike Flanagan lanza a la iglesia católica se va a hacer muy cuesta arriba (y ocurre porque muchos siguen adelante con la serie porque quieren saber que demonios ocurre en esa maldita isla). Si lo que buscas es Insidious: La serie Misa de Medianoche te va a decepcionar muchísimo.
Para mí, de las mejores series de este año y solo un poquito por debajo de Hill House. Y que no se quede sin comentar que el artículo es estupendo, muy bien desarrollado y razonado. ¡Enhorabuena!
outsider76
Si los monologos o los dialogos dan tedio es simplemente por el efecto parafernalico y epileptico de las pelis de marvel.
Una buena pelicula o serie debe tener monologos y dialogos que expliquen y den ambiente a lo que se esta desarrollando.
La serie es buenisima, me queda un par de capitulos y me he repetido un par porque los encuentro increibles...
Si te aburren los dialogos, anda a mirar la del Calamar y filo, que tampoco es mala serie.
Sygurd
Vi la serie sin leer ningún comentario o review y me gustó bastante, en ningún momento se me hizo pesada o similar, si algo no me gusto fue final algo aparatoso (muertes sin venir al cuento). La polémica es la de siempre, no lo puedes pedir a alguien que le gusta la casa de papel donde suceden situaciones sin sentido cada dos por tres que disfrute de un diálogo largo y moderadamente profundo porque se va a quedar dormido a los pocos minutos (a mi me pasa eso con la casa de papel, quedo en cerebro flotante en los sin sentidos del guión), lo bueno es tener gran variedad para cada audiencia y cada gusto.
anscarixbcn
Creo que es lo mejor de la serie, el que creas lo que creas pienses de una manera o de otra intenta siempre tener respeto a pesar de enseñar todas las flaquezas de la religión y cómo se nos puede engañar fácilmente y a la vez hacer coincidir ambas formas... a mí personalmente la conversación sobre la muerte en el sofa me parece digna de ponerse en primaria... de la misma manera que jamás he entendido cómo un creacionista rechaza la teoría de la evolución y viceversa pues ambas son totalmente compatibles, pero claro para eso hay que estar abierto de mente.... también ese momento en que el hijo musulman del sherif decide ir a misa seducido por los milagros del cura.... y el padre le espeta... es que ya tenemos un Dios! o cuando le explica a la fanàtica que Musulmanes, Cristianos y Judios creen en el mismo Dios.... para mi los monologos son lo mejor de ésta serie... sólo me hubiera gustado que igual que a Ridley le dan ése instante de redención en la barca ese segundo final... el Sheriff tenia que haber muerto en los brazos de su hijo en llamas...
Felicidades por el artículo muy bien fundamentado y argumentado
mickyvainilla
Y... Se supone que le estás contestando a los que se quejan de los monólogos?? No lo van a leer. Y Si alguno de ellos llegase a intentar leer ésto, muere de tedio agudo antes de llegar a la mitad jeje.
Si por el contrario va dirigido a quienes la serie y los monólogos nos gustaron... No dice nada que no sepamos ya.
Kokerosso
Pues lo q más disfruté fueron sus monólogos y lo bien escritos que están. Entiendo que opiniones hay miles, pero este artículo da miedo. Da miedo en un mundo donde lo más visto es venom2 y hace poco vi q hay videos de youtubers diciendo q no se enteraron de dune.
Algo aquí no funciona.
Godfrey
Mi tema, es más que lo que dicen, es el tempo y la textura que genera, alineada con el ritmo general. Pero maticemos, muchos de los monólogos son soliloquios, reflexiones en voz alta que pese a lo artificial del recurso funciona como una manera de meter subjetividad en un relato tan áspero. Y excepto un par de escenas, no resultan tan brillantes en ejecución. Por poner un ejemplo de un monólogo realmente brillante lo tenemos en Smoke con Harvey Keitel y funciona porque detrás está Paul Auster, un escritor que sabe que para conectar hay que relatar, no sólo reflexionar. Y Flanagan se pasa de frenada y el recurso acaba desconectando al personaje de la historia porque a veces no concreta. Para escribir un buen monólogo hay que saber escribir, aunque suene de perogrullo y Flanagan, director muy dotado, le faltan ciertas herramientas literarias.
kiko.robles.5
¿El nivel del público en general es bajo y necesita constante verbalización y acción para no dormirse? Sí. ¿Hay muchos autores, especialmente guionistas, que se pierden en su pedantería únicamente para parecer más sofisticados de lo que realmente son? También.
noel_delmar
la verdad que los monólogos están tan bien hechos y planteados que no me había ni fijado que la duración iba a ser un tema de discusión... flipo con la gente la verdad
Mr.Floppy
Más monólogos como los de Midnight Mass, por favor.
No tiene porqué gustarle a todo el mundo. No hay nada malo en eso. Netflix ya produce miles de opciones más entre las que escoger y sin necesitar prestarles atención mientras las ves.
elpableras
La serie está muy bien y las escenas de diálogos también y creo que es muy respetable la decisión del autor de crear la obra tal cual es. Dicho esto, creo que (si se hubiera querido) lo que cuenta esta serie se podría contar perfectamente en una película de 2 horas.
brunoezequiel28
No quiero sonar único y diferente para nada, pero a mí me encantaron esos monólogos y todo el drama de los personajes, incluso más que el terror que pueda estar contenido en la serie. Los temas que trataban y de los que hablaban por minutos se me hacían muy interesantes, tal vez sea porque ya tengo la cabeza entrenada con la literatura y sus grandes descripciones, pero no se me hizo tan densa. Entiendo que no es para todo el mundo y sí puede volverse algo aburrida, pero ese es el estilo de Flanagan y cuando uno se pone a ver algo de él ya sabe a qué atenerse.
burmandaniel
Muy buen análisis. Interesantes algunos links que se me pasaron por alto.
Quizás el único elemento no mencionado es que la impaciencia con los monólogos y los ritmos pausados se agudiza con la tendencia a maratonear series de muchos espectadores.
Les comparto mi reseña (sin spoilers):
https://impresionescinefilas.wordpress.com/2021/10/06/misa-de-medianoche-midnight-mass/
oncheimajardejoecocker
Buen intento, pero no.
La serie no es un pestiño (o no solo) por sus diálogos inacabables.
Lo es por su temática (la vi con cero referencias exteriores y vaya! otra de vampiros, de verdad?) y lo es por sus resoluciones absurdas, sonrojantes: no hay sombra en toda la isla?, le corta las alas al vampiriangel mientras le chuperretea y ya?
Pero oh, que diálogos, qué monólogos.
Hill House también era muy hablada, pero todo encajaba y no había momentos WTF / facepalm.
Ésta no, ésta es un truño.
ribald
Mira, a mí me gustan los buenos monólogos. Los de Midnight Mass son un rollo genérico mal escrito, y voy a dar una prueba de cómo mi juicio puede estar acertado:
Viendo el monólogo de la chica, me di cuenta de que estaba siendo muy largo por el poco contenido que decía. Era absolutamente innecesario y gratuito. Me pregunté la necesidad de incluir algo así, un momento más bien insustancial, y alargarlo hasta la languidez. Y además con una actriz tan pésima.
Entonces me di cuenta.
Busqué el nombre de la actriz, miré en la wikipedia quién era su marido, y efectivamente, el director y creador.
Si el monólogo fuese algo apropiado, no habría sospechado lo evidente.
A tomar el pelo a otra parte, la serie es mala.
fahrenheit451
El problema no es que haya muchos monologos o que sean largos, es el contenido de estos. Si que van dejando caer datos y matices a cada capitulo y medio, como tan de moda esta en muchas series, pero no dejan de ser bastante obvios y a menudo reiterativos. Lo dificil es explicar mucho con poco (especialmente sin tener que recurrir a que un personaje lo explique a otro). Es un lenguage expresivo diferente que una novela.
Los dilemas existencialistas de ambos personajes ya los entendimos, tampoco son tan payá dadas las circumstancias y se presentan bastante bien ya desde el primer capitulo. Luego es darle mas vueltas y algun dato de vez en cuando para alimentar el gusanillo. Esto lo hacen muchas series como recurso facil.
Una direccion habil y la mitad de capitulos daban para lo mismo y mucho mejor.