El catálogo de Netflix cuenta con producciones propias y con otros títulos que va incorporando y eliminando cada cierto tiempo. Hoy vengo a hablaros de una película que va a desaparecer de allí este próximo 14 de abril y que no está disponible en ninguna otra plataforma. De hecho, durante años fue muy difícil poder verla en España, donde ni siquiera llegó a editarse en blu-ray. Me refiero a '3 días'.
Una película bastante especial
'3 días' es la ópera prima de F. Javier Gutiérrez, un cineasta español que ha visto como muchos proyectos suyos iban quedándose por el camino. De hecho, desde el lanzamiento de la cinta que ahora nos ocupa en 2008, solamente ha estrenado otra película, la lamentable 'Rings'. Una lástima, pues aquí demostró que estaba llamado a dar grandes alegrías a los amantes del cine.
Sobre el papel, '3 días' es una película de ciencia ficción sobre el fin del mundo, ya que apenas faltan unos días para que un meteorito destruya la humanidad y no hay escapatoria posible. En ese contexto, Gutiérrez construye un thriller agobiante en todos los sentidos, desde esa tormenta solar que va desgastando la poca esperanza que queda antes de la llegada de lo inevitable hasta una amenaza mucho más terrenal que sirve para dar a la película una energía diferente.
Eso lleva a que '3 días' sea una película especialmente singular, sobre todo teniendo en cuenta que se hizo en España, donde la ciencia ficción no suele usarse demasiado -aunque hay algunos títulos que merecen mucho la pena-. Ganadora del Festival de Málaga de 2008, luego ni siquiera logró llevar a los cines a 40.000 espectadores, contentándose con una pírrica recaudación de 214.000 euros.
Por m parte, tengo claro que '3 días' no es una película ni mucho menos perfecta, ya que la parte que se centra en la amenaza más humana acaba presentando ciertos problemas de verosimilitud, pero no es algo que te saque de lo que sucede en pantalla. Y luego hay tanto que celebrar, desde el gran trabajo de ambientación hasta el buen hacer de su reparto -muy bien encabezado por Víctor Clavijo- y sin olvidar de la logradísima atmósfera deprimida que crea Gutiérrez, que prefiero quedarme con todo lo bueno.
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