La gran responsable de una potente ola de terror tortuoso
Es fácil asumir modas en el cine de terror cuando ves que muchas películas empiezan a abordar demasiado a menudo un tono o un tema concreto que encaja en el género. Ahora nos encontramos en un punto donde desde la más pequeña producción al último blockbuster termina hablando de trauma. Hace dos décadas nos encontrábamos en la búsqueda de lo extremo.
Mientras que en Francia salía una nueva ola extrema, Hollywood encontró un importante filón a través del cine independiente, donde empezaban a surgir películas orientadas a la tortura. No necesariamente al espectador, aunque este tenía que estar expuesto a ver personajes intentando sobrevivir a virtuosos métodos de sufrimiento. Un pequeño fenómeno al que sin duda contribuyó ‘Saw’.
Un juego nada agradable
El apasionante e inesperado fenómeno del cine de terror dosmilero, que desató una franquicia todavía vigente, fue el gran estreno también de dos cineastas de importancia tanto para el terror como para el blockbuster como fueron Leigh Whannell y James Wan, ambos guionistas de la cinta y el último actuando como director. Cary Elwes, el propio Whannell y Danny Golver protagonizan la película que ahora cumple su 20 aniversario y que se puede ver en streaming a través de Netflix y de Amazon Prime Video.
En una siniestra y recóndita habitación se despiertan dos hombres, Adam y Lawrence. Ninguno sabe por qué está ahí y por qué están encadenados. Sí que disponen de un casette con instrucciones, que incluyen un plazo de ocho oras para que uno mate al otro. La negativa implicará una serie de torturas por parte de un peligroso psicópata tras el que anda a la caza el detective Tapp.
La película muestra claramente el ejercicio de ingenio realizado por Wan y Whannell para sortear limitaciones presupuestarias propias de un debut independiente (que consiguieron costear a base de un corto de presentación de la premisa que causó sensación). Un escenario muy concreto como emplazamiento donde tiene lugar la mayoría de la acción, y muchas interacciones para desarrollar el terror psicológico que predomina sobre lo gore.
‘Saw’: ingenio y trampas
Lo que pasa es que los momentos más tortuosos son de los que más se quedan en tu cabeza, porque así de intensos se realizan. Wan se gradúa pronto como master of horror moderno a través de una construcción de imágenes inquietantes, además de hacer lucir diseños muy ingeniosos como el de Jigsaw, que contribuyeron a hacer de este un icono inmediato.
Whannell y Wan no pueden tampoco resistirse a estirar su propio ingenio con una estructura no lineal que se vuelve un poco enrevesada de más, sirviendo de más limitación al resultado de la película que su exiguo presupuesto de apenas un millón de dólares. Aunque sin duda tuvieron éxito al multiplicarlo en taquilla, consiguiendo hasta 103 millones de recaudación y cimentando tanto una franquicia como dos trayectorias interesantes para el género.
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