El anuncio de que Netflix había decidido cancelar '1899' nos ha pillado a todos por sorpresa. Yo no me encuentro entre los fans de la nueva serie de ciencia ficción de los creadores de 'Dark', pero eso no quita para que la plataforma nunca antes hubiese cancelado una serie que se había vendido como un éxito y con datos que avalaban esa impresión. Al menos siempre que nos fiemos de la forma que tiene Netflix de medir sus audiencias.
Como siempre, lo primero que muchos hemos pensado es que quizá '1899' era una serie demasiado cara y el final de la primera temporada apuntaba a pensar que la segunda lo habría sido aún más. Obviamente, eso es algo que la plataforma tiene en cuenta a la hora de renovar, de ahí que 'Heartstopper' se salvase de la cancelación pese a tener unos datos de audiencia francamente mejorables.
No es la primera vez
La cuestión es que Netflix se ha pegado varios tiros en el pie últimamente. Ya con la cancelación de 'Archivo 81' quedó claro que algo no encajaba y después hay más series que se han ido quedando por el camino pese a contar con un apoyo notable por parte de sus seguidores. Bien reciente está el caso de 'La monja guerrera', cuya segunda temporada la permitió convertirse en la serie de Netflix con mejores críticas hasta ahora. Y luego no fue nada mal en audiencia, sobre todo si tenemos en cuenta el nulo esfuerzo de marketing por promocionarla. Dio igual.
Lejos quedan ya los tiempos en los que Netflix era esa plataforma que caía tan bien y que incluso resucita algunas series que se habían cancelado antes de tiempo en otros sitios. No es que haya dejado de hacer eso completamente -ahí tenemos la cuarta temporada de 'Manifest'-, pero ahora su imagen ha cambiado y está empezando a perder el favor de un sector del público.
No son pocas las veces que he leído que no merece la pena empezar una serie de Netflix hasta que no esté acabada. Ahí dejo a criterio de cada cual decidir hasta qué punto les compensa el disfrute que han tenido viendo una serie frente a la decepción de que se quede sin final. Eso ha sucedido siempre y si el auge del streaming dio la sensación de que eso podía cambiar, ya está quedando claro que no es el caso.
Por mi parte, fue durante la pandemia cuando empecé a mirar con otros ojos a Netflix, pues no me olvido de que anunció una temporada final de 'GLOW' para luego cancelarla por el aumento de los costes fruto de las medidas contra el coronavirus, pasando algo similar en el caso de 'Esta mierda me supera'. Obviamente, la rentabilidad siempre ha pesado, pero estos ejemplos fueron especialmente iluminadores.
Los peligros de esta decisión
Ahora la cancelación de '1899', una serie que estaba diseñada para tener tres temporadas, siembra más dudas de cara a sus próximas series -y seguro que a la plataforma no le haría ninguna gracia que fracasara alguna de sus grandes apuestas para 2023-, porque a eso hay que añadir que últimamente la plataforma está tardando demasiado en anunciar sus renovaciones. Por ejemplo, ni siquiera la segunda temporada de 'Miércoles' es oficial aún pese a haber batidos récords de audiencia en Netflix. Y los fans de 'Sandman' seguro que se acuerdan de la tortura que fue la espera hasta que Netflix anunció que seguía adelante con ella.
De esta forma, Netflix está consiguiendo crear una incertidumbre que podría volverse perfectamente en su contra, porque esa pérdida de confianza puede llevar a que algunas series no tengan el éxito esperado porque cierta cantidad de espectadores prefiere no arriesgarse a que vuelva a suceder algo parecido a lo de '1899'.
No creo que sea justo actuar así, pero desde Netflix no pueden quejarse de injusticias cuando ellos mismos no dejan claro a qué se debe su cancelación. Sí que tenemos algunos referentes poco concretos -y, en algunos casos, un tanto ridículos-, pero esa opacidad que ha caracterizado siempre a la plataforma tiene que llegar a su fin.
Y es que hasta decisiones tan alarmantes como la de HBO Max cancelando la quinta temporada de 'Westworld' pese a que va a tener que pagar igualmente a sus actores al menos tiene una razón de ser bastante clara: la serie tenía un coste muy elevado y había llegado un punto en el que casi nadie la veía. Claro que molesta, pero al menos tiene un sentido que todos podemos entender.
En cambio, con '1899' se logró transmitir una sensación de éxito que contaba además con el respaldo de unos buenos datos de audiencia. No eran espectaculares, pero hasta ahora siempre habían sido suficientes para conseguir la renovación. Y luego les extrañará si Baran bo Odar y Jantje Friese, creadores de la serie, acaban marchándose de Netflix. Mike Flanagan ya lo hizo hace bien poco.
Nadie duda de que a todas las plataformas les encantaría que todas sus series tuvieran el éxito de 'El juego del calamar', 'Stranger Things' o 'Miércoles', pero las demás no pueden ser todas muy baratas. Y llega un punto en el que las exigencias empiezan a ser cuestionables.
Recordemos que oficialmente, '1899' sumó más de 257 millones de horas reproducidas durante sus primeros cinco semanas en Netflix, pero también de que en Amazon Prime Video hablaban de éxito sin precedentes porque 'El Señor de los Anillos: Los anillos de poder' había superado las 400 millones de horas reproducidas más de dos meses después del lanzamiento del último episodio de su primera temporada.
Eso deja claras dos cosas. La primera es que hay mucha más gente que ve series en Netflix, pero también que los requisitos para salir adelante son mucho mayores en esa plataforma. Porque claro que me puedes decir que '1899' quizá tuviese un presupuesto, pero luego tenemos en cuenta la comparación con la serie más cara de todos los tiempos valorando también su audiencia, y cuesta entenderlo.
Eso no quita para que vaya a seguir teniendo pelotazos inesperados como 'Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer' -hay casos en los que cualquier tipo de boicot no sirve para nada, tal y como ha vuelto a quedar claro con el caso de 'Avatar 2' hace bien poco- y aquellos que ya son seguidores de una serie no van a abandonarla por esto, pero si por el camino va teniendo cada vez más fracasos, que no se extrañen sus ejecutivos.
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