Dura sólo 3 horas y la puedes ver en Netflix: antes de que Phoebe Waller-Bridge lo petase con 'Fleabag' nos divirtió con esta sitcom de compañeros de piso

Dura sólo 3 horas y la puedes ver en Netflix: antes de que Phoebe Waller-Bridge lo petase con 'Fleabag' nos divirtió con esta sitcom de compañeros de piso

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Crashing 2016 Phoebe Waller Bridge Netflix

En su momento se colmaron de alabanzas a 'Fleabag', sobre todo por su segunda temporada, gracias a su audacia, a su atrevimiento creativo, a cómo explora las aristas completas de sus personajes y a cómo toca en aspectos dramáticos muy profundos. Se premiaron sus decisiones formales y sus aspectos reflexivos. Tanto que muchos casi se olvidaban comentar que era una comedia.

Por supuesto, una comedia que toma tantas decisiones creativas y mete tales bandazos con el tono no es algo precisamente accesible o para todo el mundo, aunque la aclamación fue numerosa. Es lo último que esperas ver si te venden una sitcom. Cosa contraria de lo que sucede con una serie previa de Phoebe Waller-Bridge, más convencional pero también exquisita, que además puedes ver en Netflix. Se trata de 'Crashing'.

Convivencia en un hospital

La serie parte con un concepto que El País te trataría de vender como nueva tendencia milleniall para esconder lo que realmente es producto de la precariedad. Un grupo de treinteañeros se instalan en un hospital como property guardians, un concepto que aquí manejamos poco pero que consiste en instalarse en edificios vacíos entre varios a cambio de un alquiler bajo.

Ahí está precisamente el atractivo para estos adultos crecidos pero todavía sin estabilidad laboral o unos sueldos que den para alquilar un piso real, incluso aspirar a una hipoteca. Así se genera una particular convivencia entre un variopinto grupo de personajes sin que la serie tenga que inventarse una ingeniosa excusa o conveniencia para que siempre estén en el piso de alguien como la mayoría de sitcoms.

Porque 'Crashing' es, de manera casi pura y dura, una sitcom. Una de convivencia y compartir piso, además de líos sentimentales, que resulta fresca y hasta subversiva por introducir de manera ingeniosa a los property guardians. Por lo demás, sigue muchos aspectos clave de este tipo de ficción, con diálogos directos y ocurrentes que sacan fácil la carcajada además de situaciones clásicas de comedia elaboradas con eficiencia.

'Crashing': clásica pero ingeniosa

Eso puede suponer una decepción para los que acudan a ella como la otra serie de la creadora de 'Fleabag'. Incluso se puede argumentar que su comedia está mejor desarrollada en su otra obra. Pero hay más aspectos que engrandecen a 'Crashing' más allá de su convencionalidad bien llevada, incluyendo una fina capa irónica y mordaz característica de Waller-Bridge, que se permite reservarse uno de los personajes más desestructurados y juguetones.

Porque esta sigue siendo una serie en la que una cena entre amigos se tuerce, pero una en la que alguien puede coger un ukelele y cantar una canción sobre sus orgasmos. Nunca infravalores la capacidad para hacer pasar un buen rato, que es justo lo que 'Crashing' es capaz de ofrecer de manera consistente en seis píldoras episódicas para un total de sólo tres horas de duración. Para una tarde tonta.

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