‘Stranger Things 4’ sigue rompiendo récords en Netflix mientras guarda su segunda mitad, o más bien su acto final, en la nevera para terminar a principios de julio, y la conversación sigue rotando alrededor de su villano Vecna o su temática de pánico satánico en los 80. Sin embargo, hay un elemento de la temporada que llama la atención y no sido demasiado discutido hasta ahora, y es el parecido que la historia empieza a tomar respecto a la trilogía original de ‘Star Wars’.
Teniendo en cuenta que esa tanda de películas se estrenó entre 1977 y 1983, los niños de ‘Stranger Things’ habrían estado en la edad perfecta para seguir la creación de George Lucas, por lo que es normal que, como el resto de referencias de los 80 de la serie, se haya incorporado como una pieza más del reflejo de la cultura pop que propone. Sin ir más lejos, ‘El retorno del Jedi’ se habría estrenado solo unos meses antes de noviembre de 1983, el momento en el que empieza la temporada 1.
SPOILERS de la temporada 4
La integración de ‘Star Wars’ en el mapa cultural de los 80
La franquicia de fantasía ya era un fenómeno cultural para entonces, por lo que los hermanos Duffer incorporaron muchas referencias a las películas en los diálogos, a menudo haciendo que los personajes compararen sus circunstancias con situaciones muy conocidas por el público, un poco a la manera de Kevin Smith. En esta temporada 4, por ejemplo, cuando juegan al rol Dustin cita el "¡Nunca me digas las probabilidades!" de ‘El imperio contraataca’, cuando Han Solo se lo dice a C3PO, Leia y el equipo en huida cuando está a punto de llevarlos a un campo de asteroides.
También se ve a Will y Mike viendo la serie animada de los Ewoks en la televisión y Dustin tiene un muñeco de R2-D2 a control remoto en su habitación, pero más allá de estos detalles, en la nueva temporada se refuerzan muchas circunstancias de estructura, personajes y temática que recuperar pulsos tradicionales de la saga, llevándolos a un terreno más oscuro y de terror, incluso del cine de superhéroes a lo ‘X-Men’, pero rescatando elementos clave que evidencian que los Duffer están siguiendo el camino de migas de pan de George Lucas.
En esta temporada, por ejemplo, hay muchos paralelismos de Hooper con Han Solo, siendo su falsa muerte el equivalente a la carbonita, mientras Joyce y Murray van a rescatarle de los soviéticos. En este caso podría ser como Leia y Lando rescatando a Solo en el imperio de Jabba el Hut, también se disfrazan para infiltrarse haciéndose pasar por contrabandistas de prisioneros e incluso también hay escena de supervivencia en un foso de entretenimiento con un demogorgon en vez de Rancor.
Más allá de la aliteración
Pero la idea de usar ‘Star Wars’ como modelo no es nueva para la serie. En ‘Stranger Things 2’, para motivar al equipo, los Duffer se fijaron en el éxito de ‘El imperio contraataca’, creyendo que su secuela podría funcionar igual de bien. La idea del controvertido episodio ‘La hermana perdida’ surge de esta idea, pero siendo ahora vista como una temporada muy menor, quizá habiendo asumido que la serie va a durar más de lo esperado, los Duffer han rebobinado para reciclar algunos elementos de aquella y convertir la temporada 4 en el ‘Episodio V’ de su historia.
Así, no solo reutilizan la idea de la música para rescatar al perdido dentro del mundo del revés, como hacían con Will y ‘Should i Stay or Should I Go’, sino que han vuelto a intentar separar a Eleven del grupo para darle el matiz del arco de Luke Skywalker. Después de todo, la pandilla comparó a Eleven con Yoda por sus habilidades telequinéticas, con lo que la idea del poder de Eleven como “la fuerza” de este universo ya estaba plantado de alguna manera, y su vuelta con el Doctor Brenner (Papa) es su propio viaje a Dagobah, por muchos aspectos.
En uno de los momentos críticos de ‘El imperio contraataca’, Yoda advierte a Luke que complete su entrenamiento, aunque sus amigos estén en peligro. Esta opción es la misma que le presenta el Doctor Sam Owens en el restaurante, donde le viene a decir que puede ir a salvar a sus amigos en Hawkins ahora o terminar el proceso no solo para recuperar sus poderes, sino amplificarlos de una forma incierta.
El lado oscuro de la fuerza
El entrenamiento de Eleven es básicamente recordar su entrenamiento en el laboratorio de Hawkins, para lo que además, debe enfrentarse a su mayor temor, que el mal esté dentro de ella, pues hasta ese momento teme que la matanza del laboratorio fue obra suya. Su procedimiento es soñar, al igual que Luke debe adentrarse en la pesadilla de la ciénaga que le muestra su mayor miedo, que Darth Vader es su padre, un poco también el mismo proceso que sigue Rey en la gruta del ‘Episodio VIII’.
Los tres personajes son huérfanos y adoptados, no por casualidad. Pero la idea más obvia en ‘Stranger Things 4’ es que aprendemos que los poderes de Eleven tienen polos positivo y negativo, tal y como la mitología ‘Star Wars’ describe, la fuerza tiene un reverso tenebroso muy poderoso, y en el caso de Jane, cree que es el único que existe, sin embargo, al final descubre que hay un lado bueno de su poder que no proviene de la ira y la rabia, sino del amor puro y los buenos recuerdos, en este caso, el desgarrador momento en el que revive el primer abrazo de su madre.
Y si el lado luminoso de la fuerza tiene su héroe, el lado oscuro tiene su villano, y en este caso el asistente interpretado por Jamie Campbell Bower se revela no como el padre de Eleven, a la manera del gran giro de Darth Vader, pero sí casi como uno de sus “hermanos”, tal y como se consideran los niños de habilidades especiales con un mismo “Papa”. Creel enmascara sus intenciones y su crueldad para reclutar a Eleven como hace el Emperador no solo con Luke Skywalker en ‘El retorno del Jedi’, sino con su padre en ‘La Venganza de los Sith’, por supuesto, cuando se transforma es deformado y corrompido por el mundo del revés, como el Palpatine de Ian McDiarmid.
Una nueva esperanza
Además, hay momentos de su conversación que nos llevan a escenas clave de ‘La guerra de las galaxias’, por ejemplo, “Número uno” habla en tercera persona de él mismo, como Obi Wan de Darth Vader como si fuera otra persona distinta a Anakin, que para él ha desaparecido. Él también cuenta la historia como si pareciera querer olvidar, pero en este caso es porque no quiere destapar su carta maestra para engañar a Eleven. También hay paralelismos en la matanza del laboratorio por Henry Creel con la de los estudiantes de la academia Jedi por Anakin en el ‘Episodio III’.
‘Stranger Things’ nació como un puzle de referencias culturales a los años 80, pero tras ver el volumen 1 de la temporada 4, quedarse en esa imagen de punto de partida es empeñarse en ignorar cómo la serie ha sabido utilizar la nostalgia de forma metatextual, logrando que su universo colorido e idealizado de la década tenga fuerza en sus personajes y enemigos, y ahora ha subido un escalón construyendo una historia épica y ambiciosa que se sostiene por sí misma.
Pero nadie dice que los Duffer no hayan aprendido de los mejores, y mimetizarse con la creación de George Lucas, mirando a su esqueleto entrópico y sus pulsos emocionales, en vez de limitarse a la reproducción o el guiño es el homenaje definitivo que podrían hacer, del que realmente podrían aprender las nefastas nuevas creaciones para televisión bajo la marca oficial ‘Star Wars’, que siguen jugando todo al casting familiar, los cameos recurrentes y las versiones cuqui de personajes queridos hace 40 años.
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