El cine familiar tiene que ser apto, está en su mera definición. Introducir la acción tiene sus riesgos, puedes hacer algo que se pase de violento y canalla que termine resultando perverso (algo que señala con inteligencia un buen ejemplo de acción familiar macarra como 'Pequeños guerreros'). También puede acabar diluyéndose tanto que se quede en la nada más absoluta.
Quizá no sea el mejor o el más inmediato ejemplo que venga a la mente, pero un icono de la acción extrema como Arnold Schwarzenegger logró un interesante equilibrio entre la acción y su salto a las comedias de estudio, en ocasiones rayando el cine puramente familiar. Eso ya lo hace su mejor película en el terreno puramente cómico. Se trata de 'Poli de guardería'.
Un policía de mucha clase
La película está recién llegada al catálogo de Netflix, y vale mucho la pena rescatarla, ya sea para ver si tengo razón en mi hiperbólica afirmación o no sobre su mejor comedia. Yo, desde luego, lo pienso defender con uñas y dientes, porque pocas combinaciones mejores han habido de thriller policial contundente y humor infantil elevando al once.
Schwarzenegger es John Kimble (algún día hay que hablar de por qué todos los protas de Arnold tienen nombres guays), un rudo y veterano detective a la caza de un peligroso narcotraficante. Su mejor oportunidad es a través de su hijo y de su ex-esposa, que podría testificar contra él, pero se encuentran en un remoto lugar de Oregon. Se trasladará allí con otra agente que simulará ser profesora de guardería, pero un problema le obligará a él a ponerse a comandar una clase ingobernable.
Una auténtica comedia de acción noventera que no tenía que pasar necesariamente por la fórmula Shane Black de parejas improbables e incorrectas (fórmula magnífica por otra parte). Ivan Reitman explota bien a su estrella en los dos registros, el de acción y de la comedia absurda, logrando un mejor resultado que en su anterior colaboración 'Los gemelos golpean dos veces' y la posterior (y excesivamente chorra) 'Junior'.
'Poli de guardería': acción policial y comedia noventera
Schwarzenegger se mueve bastante bien en contextos de pez de fuera del agua, algo que esta película aprovecha bastante además de jugar a dos bandas. Por un lado, lo trata de humanizar en un hombre corriente y, por otro, mantiene el carisma contundente que definen otros héroes de acción suyos. No es fácil conseguirlo, pero el tono de Reitman logra ser consistente y que mantenga al personaje coherente.
El humor con los niños funciona en lugar de irritar, que es algo en lo que podría haber caído muy fácilmente. Por ello, se consigue ese extraño milagro donde se logra un entretenimiento familiar perfecto que no endulza demasiado la acción potente de Arnold. Por tanto va directa al podio de su filmografía, que no es moco de pavo porque tiene varias obras maestras.
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