La primera temporada de 'El alienista' (The Alienist,2017) de TNT, estrenada en España en Netflix, estableció el subgénero de procedimental psicocriminal durante una época poco convencional, el nacimiento de Nueva york, ahora la segunda temporada, subtitulada 'El ángel de la oscuridad' (Angel of Darkness,2010) es una adaptación de la novela del mismo nombre del autor Caleb Carr, que mejora su narración mientras mantiene las estética y atmósfera turbia de la anterior.
Ha pasado un año desde los acontecimientos de la primera temporada: estamos en 1897 y el Dr. Laszlo Kreizler (Daniel Brühl) está de regreso como el psicólogo criminalista, también conocido como alienista. Teddy Roosevelt ya queda fuera de escena, habiendo sido nombrado Subsecretario de Marina, con lo que el argumento se centra en su atractivo trío central, con una motivada Sara Howard (Dakota Fanning) ahora dirigiendo su propia agencia de detectives.
La vampira de Nueva York
Mientras, el tímido e inquieto John Moore (Luke Evans) escribe en el New York Times y se sumerge más en la política de la alta sociedad, por lo que si hay algo interesante en esta temporada es que no pierde tiempo en configurar el equipo, que debe resolver una serie de sórdidos asesinatos de bebés con la Guerra Hispanoamericana en el horizonte y la hija pequeña de un diplomático español desaparecida. También conocemos al barón de los periódicos (la verdadera inspiración de Ciudadano Kane), William Randolph Hearst (Matt Letscher).
Su ahijada, Violet (Emily Barber), ahora está comprometida con John lo que genera parte de las subtramas menos dirigidas a la intriga y más hacia la telenovela 'Amar en tiempos revueltos' de esta nueva entrega. Hearst, como Cornelius Vanderbilt y algunas otras figuras históricas, aparece como vestimenta de época y establece algunos temas de política género, la clase y xenofobia. Como en la recientemente presentada en Sitges 2020 'La vampira de Barcelona', El crimen de secuestro de recién nacidos es una manifestación física de la opresión femenina que retrata la serie.
La lucha por el sufragio femenino y el cambio al estatus de protagonista otorgan al crimen central de la temporada un ángulo ideológico: hay una guerra en Nueva York entre quienes humanizan a las mujeres como entidades políticas, quienes las deshumanizan reduciéndolas a la capacidad biológica básica de parir y quienes se preguntan por qué tienen o no derecho a elegir. Un Hospital sucio con sangre y mujeres llevadas allí por hombres ricos que buscan deshacerse de embarazos molestos conforman el interesante trasfondo por dónde se mueve la investigación.
Menos explotación y más melodrama añejo
La complejidad del caso está compuesta por muchos vericuetos pero el resaltado intencional del guión deja ver en exceso las similitudes entre entonces y el ahora, la disparidad entre los ricos y los pobres se dibuja de forma obvia y hasta hay una diferencia en los niveles de iluminación y suciedad. Sigue siendo una serie suntuosa y sangrienta, pero le sentaba mejor el ángulo pulp con más interés en la sangre y la decadencia, y su tapiz de arcos entrelazados acaba dejando paso a una seriedad melodramática descompensada y un poco empalagosa.
Nueva York proporciona un telón de fondo de crímenes diabólicos y cambios culturales a gran escala en la era de la iluminación pero la trama parece en exceso precalculada y algo exagerada, no solo por el turbulento y forzado romance entre Sara y John, sino porque toda la tensión de la temporada se frena cuando queda la sensación de que lo lo se está retrasando lo inevitable. Secundarios que entran y salen por capricho, como puentes hacia ninguna parte. Se habla mucho sobre la misoginia de 1897 pero no se hace un ejercicio de tratar de encontrar un origen claro.
'El alienista: el ángel de la oscuridad' mantiene buenos valores de producción con un suntosuo vestuario de Rudy Mance y diseño de producción de Ruth Ammon pero, pese a ser entretenida durante sus ocho caitulos, no parece que tenga un propósito claro como los buenos thrillers y acaba cayendo en una monotonía dramática que colisiona con las intenciones de convertirse en una serie más prestigiosa, pero queda como un nuevo rico que no termina de ajustarse el tamaño del traje en la fiesta de gala.** Mejora cuando tan solo quiere ser un 'From Hell' de bajos fondos, lleno de sangre y decadencia barata**.
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