Es muy probable que influya que muchos de los que la reivindican ahora fueran influenciables en aquella época, pero los noventa fueron un momento especialmente dulce para la comedia romántica, especialmente para la que tenía ambiciones más comerciales. Una serie de películas que se daban por sentadas, como que nunca iban a desaparecer, pero ahora se aprecian como tesoros.
Ciertamente es más fácil apreciarlos con respecto a una comedia romántica tipo que se estrena en streaming sin pena ni gloria, resaltando por unos valores de fotografía o diseño visual que casi parecen una rara avis. Y tampoco es que hicieran nada especialmente fuera de la norma, pero sí que había artesanos capaces en todas las áreas de llevar las películas a su mejor expresión posible, dejando alguna maravilla como ‘Notting Hill’.
En un barrio de Londres
La película que asentó definitivamente el concepto de “la comedia romántica de Richard Curtis”, uno de los auténticos autores del género en aquella época. Roger Michell dirige a unos unos maravillosos Hugh Grant y Julia Roberts en esta encantadora película que cumple 25 años de su estreno en cines y hoy se puede ver en streaming a través de Netflix (también en Filmin).
William se aloja en el bien conocido barrio de Londres que da título a la película, siendo propietario de una pequeña librería especializada en guías de viaje [sic]. Un día en su tienda recibe la visita de una mujer que capta profundamente su atención, sin sospechar al inicio que se trata de la mayor estrella de cine del momento. Quizá por ese desconocimiento, inicia un idilio romántico que va a cambiar para siempre su vida.
Los guiones de Curtis han sido suficiente para considerarlo un autor del género, ya que presentan suficientes características distinguibles aunque estas no colisionen con las ambiciones comerciales de las películas finales. Su manera de trazar las conexiones inesperadas y fuertes entre dos personas resultan tan específicas como su manera de intentar sacar para adelante situaciones bastante inverosímiles (desde la ausencia de diversidad racial en Notting Hill hasta la viabilidad comercial de una librería especializada en guías turísticas).
‘Notting Hill’: encantador absurdo británico
Suele tener también colaboradores tan sobradamente encantadores que es fácil dejarse llevar por la fantasía, especialmente un Grant que hace aquí su segundo guion de Curtis para confirmarse como superestrella romántica. Su carisma destaca sobradamente y funciona de maravilla con una Roberts también espléndida, que sabe además jugar al aspecto más paródico del mundo de Hollywood.
Curtis logra implementar con su clásica flema británica el mundo de la promoción y los espectáculos absurdos del cine comercial, al mismo tiempo que se desahoga con sus propias payasadas como el secundario de Rhys Ifans. Todo forma un exquisito torbellino lleno de calidez que se ha vuelto clásico imperecedero del género.
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