Alex Garland anticipó mucho antes otro posible declive de la humanidad que no requiere un conflicto armado
Ha sido fascinante presenciar la evolución de la carrera de Alex Garland en estos últimos años, culminando en una épica película como ‘Civil War’ que no sólo es la mayor producción de A24, el estudio que le dio su primera oportunidad como director sino que es un éxito histórico para ambas partes. Pasar de ser uno de los guionistas de género más excitantes del siglo a uno de los directores del momento es un cambio realmente potente.
Sus colaboraciones previas han estado marcada por su sello, que aprovecha el género para exploraciones antropológicas concienzudas y poco complacientes para el espectador. Pasar a dirigirlas le ha permitido llevar aún más lejos sus disecciones de la condición humana, además de ir desarrollando una personalidad visual fuerte que ya quedó clara desde ‘Ex Machina’.
¿Más humano que un humano?
Su primer trabajo oficial como director (la sospecha de que ‘Dredd’ la terminó dirigiendo él fue finalmente confirmada años después) va a cumplir 10 años de su estreno. Una fascinante mirada tanto a la Inteligencia Artificial como al proceso de creación que protagoniza el sensacional triángulo compuesto por Domhnall Gleeson, Alicia Vikander y Oscar Isaac, y que se puede ver en streaming a través de Netflix.
Gleeson es un joven programador en una empresa tecnológica que de repente consigue un premio único en la vida. Obtiene la oportunidad de conocer al dueño de la compañía y genio de la investigación computarizada durante una semana en su retirado hogar en las montañas. Pero esta visita tiene unas intenciones ocultas, ya que le presentará a una robot-mujer propulsada por Inteligencia Artificial, Ava, que deberá testar para comprobar si tiene capacidad de pensamiento y conciencia más allá de sus capacidades nativas.
Resulta hasta inquietante cómo diez años después ha terminado reflejando tan bien el desarrollo y nuestra relación con esta clase de tecnología, sobre todo porque probablemente en su momento estaría pensando en varias décadas en el futuro. Garland vuelve a brillar planteando un escenario singular donde la humanidad es puesta en jaque además de frente al espejo.
‘Ex Machina’: ciencia ficción existencialista y terror psicológico
Las inquietudes sobre la percepción de lo que es real y de qué se compone realmente lo humano son aspectos que trata bien el guion de ‘Ex Machina’, pero su análisis más afilado y certero se ve en este excéntrico creador que interpreta (sensacionalmente) Isaac. Cualquier posibilidad genial de estos avances queda invariablemente enturbiado por las actitudes egomaníacas y delirantes que son también un fascinante retrato de la misoginia que puede imperar en el mundo tech.
En un escenario reducido (pero perfectamente diseñado y capturado con la cámara) es capaz de crear un caldo de cultivo inquietante y lleno de toxicidad que se extiende más allá de la localización remota. Garland ofrece un ejercicio lleno de estilo y muy efectivo tanto en su faceta de ciencia ficción como en momentos de terror psicológico, con planteamientos teóricos que siguen fascinando y un final bastante desolador que se va a volver marca de la casa en posteriores obras de su filmografía.
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