Es más importante que la serie se vea que proteger los derechos de autor. Las descargas gratuitas es una oportunidad de marketing, no una amenaza
Da gusto, de vez en cuando, leer cosas sensatas. Sin duda, internet ha venido a suponer para la televisión, igual que para toda la industria audiovisual, un cambio brutal en la concepción de los negocios. Un cambio, además, que ha llegado en forma de tsunami, con un impacto notable y bastante global. Ante este nuevo entorno, hay dos formas de actuar: resistirse o adaptarse. La vía de la resistencia ya la conocemos: demandas a usuarios del p2p, demandas contra youtube, RIAA-SGAE-y-demás, presiones de lobby para influir en la legislación... Sin embargo, el problema aquí es quién pueda tener razón o no (que argumentos hay en los dos sentidos) es prácticamente intrascendente, habida cuenta de la magnitud de los cambios en las actitudes de los usuarios.
Por eso, la vía de la adaptación parece (insisto, por encima de la legitimidad o no de la otra) la única factibe. Antonio Delgado lo recoge de manera estupenda con este ejemplo. La frase arriba destacada corresponde a la productora española Zinkia, responsable de la serie animada Pocoyo.
Quienes sean padres o tengan alrededor algún crío pequeño, seguro que reconocen al simpático protagonista de la serie y a sus amigos. Allí creen que las descargas de internet les ayudan a dar a conocer a sus personajes y redundan en beneficios indirectos a través de otros canales. Algunos más tradicionales (venta de DVD's, y más en productos destinados a los más pequeñós donde son los adultos los que compran, o merchandising) y otros generados por el propio desarrollo tecnológico (como descargas al móvil, videojuegos, etc.)
Éstos son de los pioneros. Pero cada vez habrá más que verán internet no como una amenaza, sino como un campo enorme de posibilidades que se pueden explotar con un poquito de imaginación.