El laberinto de alta definición y los receptores TDT

Dice hoy una encuesta que el 37,4% de los hogares españoles cuenta ya con un receptor de televisión digital terrestre (TDT), de los que un 32,4% están integrados en el televisor. Los datos se pueden leer como cada uno desee: habrá quien diga que son pocos y otros que digan que no están mal, pero lo que yo me pregunto es ¿con qué tipo de receptores TDT cuentan? Porque, en este caso, a muchos se les está dando gato por liebre.

Por ejemplo, mucha gente que cuenta con un receptor de esa señal se cree que ya está totalmente preparada para lo que se viene encima. Es más, algunos han pagado por sus nuevos televisores con receptor integrado una cantidad nada desdeñable. Y, sin embargo, en poco tiempo ya serán los últimos del lugar, los más atrasados, porque los vendedores no les avisaron de que ese receptor TDT no estaba preparado para la televisión en Alta Definición, el futuro inmediato que trae la llegada de la TDT.

Técnicamente, la gran mayoría de los televisores que avisan ser de Alta Definición y cuentan un receptor TDT no están preparados para tratar con MPEG4, el formato más adecuado para ese tipo de emisiones, sino que sólo lo están para un MPEG2. Otros países, como Francia, han prohibido la venta de este tipo de televisores que no estén preparados para usar MPEG4-HD. De momento, España no se ha pronunciado sobre con qué compresión va a emitir a través de la televisión digital, pero hay un dato clave: si se hace en MPEG2, se reduciría drásticamente el número de canales disponibles para cada operador. ¿Veis acaso a cualquier cadena queriendo renunciar a una porción de tarta sólo porque ésta tenga mejor sabor? Yo no.

Aquí yo miro y remiro y pregunto y pregunto y todo el mundo dice que sí, que ya estamos preparados para la TDT. En las tiendas me intentan vender televisores que ni ellos mismos saben lo que tienen y a la mayoría de mis amigos ya les han dado gato por liebre y se están enterando ahora. Por una vez, doy gracias de no haber tenido dinero para comprarme aquel televisor de pantalla plana o aquel otro que vi a buen precio hace unos meses.

¿Qué sucederá? ¿Dentro de medio año, cuando se decida el formato en el que va a emitir la TDT y éste sea el MPEG4, muchos televisores comprados este año ya se habrán quedado atrasados? ¿Ya no servirán para esa "maravillosa" Alta Definición? Es lo más probable: nos quedaremos todos con la sensación de que se nos ha tomado el pelo... una vez más. Y lo malo es que en el laberinto de modelos, soluciones alternativas y datos técnicos se me hace cada día más complicado encontrar una salida: ¡quién me iba a decir que comprar un televisor iba a ser más complicado que hacerse con un ordenador!

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