Los fans de 'Galavant' fueron saludados ayer en Twitter por Dan Fogelman, creador de la serie, con la foto de arriba del guión del primer capítulo de la segunda temporada. El título (provisional, suponemos) es, literalmente, "Una nueva temporada, alias chúpate esa, Cancellation Bear", haciendo referencia al perfil con el que la web Tv by the numbers intenta adivinar qué series serán canceladas, o renovadas, al final de cada temporada.
El índice que dicha web tiene a tal efecto solía ser bastante fiable hace tiempo a la hora de hacerse una idea de qué series no iban a regresar al año siguiente, pero se basa casi exclusivamente en datos de audiencia. Establece un mínimo en la demo entre 18 y 49 años (que puede variar para cada cadena y día de emisión) y, a partir de ahí, condena a las series que se quedan por debajo y salva a los que lo superan. Sin embargo, en los últimos dos o tres años, los fríos números de audiencia ya no son el único baremo que utilizan las cadenas para renovar sus series, por lo que el Oso de la Cancelación se equivoca más a menudo con series como la ya mencionada 'Galavant'.
Audiencia en directo y Live+7
Hasta no hace mucho, la vara de medir el éxito de una serie era el número de espectadores que la ve en directo, el día de su emisión. Sin embargo, los canales llevan años experimentando un declive en sus audiencias que se hizo aún más pronunciado después de la huelga de guionistas de la temporada 2007/08, en la que las cadenas estuvieron sin capítulos nuevos de sus series durante varios meses.
Para hacernos una idea de cómo es de pronunciado ese declive, podemos fijarnos en los datos de tres series diferentes. Por ejemplo, 'Urgencias' tuvo un poco más de 30 millones de espectadores de media en su temporada más vista, la tercera, en 1996/97. Ocho años más tarde, 'Mujeres desesperadas' acumuló algo más de 23,5 millones de espectadores en su primera entrega, en 2004/05, y una década después, el drama más visto en la televisión en abierto estadounidense, 'NCIS', tuvo 18,25 millones de espectadores de media la temporada pasada (su 12ª en antena).
Las cadenas tienen cada vez menos éxitos incontestables basándose sólo en la audiencia en directo (Live), y los hábitos del público estadounidense cambiaron con la introducción del TiVo, el DVR y la posibilidad de ver los capítulos en la web de los canales, Hulu, Amazon o iTunes (Netflix es otra cosa distinta). Así que las networks cada vez prestan más atención a otros datos, conocidos como Live+3 y Live+7, que indican cuánta gente vio la serie en directo, en los tres y en los siete días siguientes a su primera emisión.
'Gotham', por ejemplo, subió en 2014 sus medias en la demo entre 18 y 49 años un 72% con los datos del DVR, según publicaba The Hollywood Reporter, y 'Galavant' tuvo semanas en las que las cifras del Live+7 aumentaban su audiencia en la demo un 67%. Variety apuntaba también el pasado mes de septiembre que CBS y FX, entre otras, habían decidido que el Live+7 iba a ser el nuevo estándar para medir la audiencia de sus programas, pues estaba más acorde con los nuevos hábitos de consumo de series.
Co-producciones y otros modelos de negocio
No obstante, los datos Live+7 siguen siendo datos de audiencia, y hay ya algunas series que son renovadas por razones que casi no tienen en cuenta esas cifras, o muy poco. Como hemos comentado ya con anterioridad, prácticamente todo el modelo de negocio de The CW está basado en la propiedad de las series a cargo de CBS y Warner, las dos dueñas de la cadena, que las amortizan a través de otras vías menos tradicionales que la mera inclusión de anuncios, como las ventas internacionales o de los derechos para su emisión en plataformas de streaming.
Ese modelo obliga al canal a tener títulos de ambos estudios en su parrilla, lo que conlleva que las producciones de CBS, como 'Jane the virgin' y 'Reign' este año, sobrevivan a bajas audiencias para no dejar toda la programación de The CW en manos de Warner. A 'Jane te virgin', además, le han ayudado mucho el Globo de Oro a la mejor actriz de comedia para Gina Rodríguez y las buenas críticas que ha recibido, algo que se tiene en cuenta a la hora de salvar series "en la burbuja". Joe Weisberg, co-creador de 'The Americans', lo dejó muy claro en su discurso de agradecimiento por el Critics' Choice a mejor drama: sin los críticos, no podrían seguir en antena.
El último ejemplo de ese cambio de paradigma en las decisiones de qué se renueva y qué se cancela bien puede ejemplificarlo 'Hannibal'. La serie, que arranca este fin de semana su tercera temporada tanto en NBC como en AXN España, no debería haber sobrevivido a su primera temporada si nos fiamos del Cancellation Bear; menos de tres millones de espectadores totales los jueves por la noche no son buenos datos, se miren por donde se miren.
Pero 'Hannibal' tenía un as en la manga, más allá de los elogios críticos, y es el hecho de que es una co-producción de Gaumont y Sony. Esto permite que la license fee que NBC paga por cada capítulo pueda ser muy reducida, pues ambas compañías dividen costes y buscan otras maneras de amortizar la serie. Ya lo apuntaba Variety precisamente durante el rodaje de la primera temporada de esa serie: la necesidad es la madre de todas las co-producciones.
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