En una industria audiovisual tan avanzada como en la que nos encontramos, pararse un momento y mirar atrás un par de años para ver el avance, sorprende. En pocos años internet se ha posicionado como el medio estrella para el vídeo online, y si ya era el canal habitual de consumo audiovisual para muchos de nosotros desde hace años parece ser que el futuro es cada vez más prometedor.
Actualmente se hace raro pensar en un directo de televisión que no tenga su correspondiente streaming online, disponible para los usuarios de ordenador, tablet y mobile. En este artículo hacemos un breve repaso a las claves que han hecho que evolucionen notablemente los directos de televisión a través de internet frente a un medio que llevaba la noción de directo implícita desde su nacimiento: la televisión lineal.
La implantación de multicámara
Lo vimos, por ejemplo, el año pasado ya a gran escala internacional con el concierto de Coldplay en Madrid. La posibilidad de añadir multicámara a los streamings aporta un plus a cualquier transmisión en el que la interactividad verdaderamente cobra el valor añadido que debe tener: permitir al usuario hacer lo que quiera con la transmisión y disfrutar de varios puntos de vista. Es la forma más completa de transmitir un evento.
El próximo paso debería estar en los replays: que el espectador tenga la posibilidad de ver casi al instante la escena que acaba de suceder. Algo que en televisión convencional requiere que este hecho suceda implícito en la realización del programa, y en un streaming la tecnología de la plataforma sobre la que se sustenta la recepción (ordenador, smart tv, tablet, mobile) es la clave para permitir estas funciones.
Distribución a menor coste
A nivel de producción, un directo en streaming es similar a un directo de televisión: se siguen utilizando equipos de realización profesional, infraestructuras técnicas complejas, un buen número de profesionales en el equipo humano... pero a nivel de distribución el cambio si es notable.
Para hacer un directo en televisión convencional hay que disponer de una licencia de emisión, un canal que distribuya su cobertura mediante TDT o satélite y unas infraestructuras técnicas muy caras de mantener para distribuir la señal a todo el mundo: repetidores, puntos de emisión, centros de control... Un streaming tiene toda esta estructura "más solucionada" a través de una red de distribución global instantánea ya montada: internet.
La alta definición
Esto que parece una tontería, es una realidad en la mayoría de streamings. Mientras que la retransmisión de un evento (genérico, no fútbol) en televisión suele ser en SD o en HD si eres abonado a alguna opción premium o dispones de suscripciones a canales de alta definición, encontrarte con que el streaming en internet dispone de opción HD sin ningún tipo de coste es muy común.
Menos fronteras temáticas y geográficas
Hacer un directo en televisión, para cualquier cadena es una apuesta arriesgada: hay que amortizar la infraestructura de producción, pero también debe ser bien atractivo el tema para que resulte rentable la distribución. Un streaming, al ahorrar costes en esta última parte, se puede permitir un margen ligeramente más relajado en temáticas, ya que la amortización puede resultar más cercana.
Esto permite a eventos de nicho poder tener sus propias retransmisiones en directo. Directos que en televisión convencional tendrían que haberse reducido a otros formatos probablemente.
Métricas más avanzadas en tiempo real
Por último, el avance en métricas de audiencia. Si bien en televisión podemos conocer una estimación, a la que sumar hoy en día la audiencia social sobre los directos, en un streaming tenemos un mayor conocimiento de los comportamientos del espectador: cuando viene, cuando se va, cuando vuelve, posibilidad de interacciones, procedencias más exactas, etc.
En ¡Vaya Tele! | Diez grandes avances tecnológicos que cambiaron la televisión Imágenes | Javier Lasa
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