Desde Rachael Leigh Cook en 'Alguien como tú' a Anne Hathaway en 'Princesa por sorpresa', pasando por 'Mi gran boda griega'
Resulta cuanto menos curiosa aquella época en la que nos comíamos con patatas cualquier cosa que Hollywood nos quería vender (algunos siguen haciéndolo), incluyendo los imposibles estándares de belleza femeninos que tenían más que ver con una pereza considerable a la hora de hacer el casting que con la realidad.
Al margen de la repercusión social que tenía este manido recurso, hoy vamos a echarnos unas risas (reírse por no llorar) recordando aquellos momentos de alucinación colectiva en los que Hollywood nos intentó vender la moto de que algunas de sus estrellas más deslumbrantes eran "feas" por el simple hecho de ponerles unas gafas.
Spoiler: salió mal.
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'Alguien como tú'
En general, el truco del makeover (cuando en la historia le dan un cambio físico supuestamente radical a un personaje) tiene unas connotaciones bastante horribles, pero que en algún momento de la vida alguien creyera que Rachael Leigh Cook era "un desastre" tan solo por llevar gafas y todo cambiara quitándoselas... es para hacérselo mirar.
'Princesa por sorpresa'
La cara de la izquierda nos representa viendo cómo es posible que, en las películas de principios de los 2000, Anne Hathaway fuera la "chica fea" de la función: que si estaba gorda en 'El diablo viste e Prada' y que si necesitaba un supuesto cambio de look para ser princesa... que simplemente consistía en quitarle las gafas y plancharle el pelo.
'Cómo casarse con un millonario'
"Los hombres no prestan atención a las chicas que llevan gafas" afirmaba el personaje de Marilyn Monroe en esta película, que se las arreglaba para no llevarlas en presencia masculina pese a no ver tres en un burro. Si a alguien pudiera parecerle menos guapa una actriz con una belleza tan canónica como esta, apaga y vámonos.
'Sabrina' (1995)
Por si no fuera lo suficientemente grimoso el tópico de "ah, cuánto ha crecido esta niña, ya es una mujer" (hago una pausa para dejaros tiempo para vomitar), encima usaron también el truquito de ponerle gafas a Julia Ormond para vendernos su "increíble cambio debido a la madurez". Lo de que intentaran liar a Sabrina con un señor que le sacaba 20 años, mejor lo dejamos para otro día.
'Batman & Robin'
Para acentuar más el cambio radical de Uma Thurman como Poison Ivy, debieron de pensar que no era suficiente con que ella tuviera el pelo rojo y superpoderes. Le dejaron su pelo normal y un elemento clave que por supuesto convertía por completo a la actriz de 'Kill Bill' en una señora vulgar y corriente. Exacto, las gafas. Ver para creer.
'Scooby Doo 2: Desatado'
Vale que la bromita de Velma buscando sus gafas por el suelo es típica de 'Scooby-Doo', pero lo de querer convencernos que Linda Cardellini no era atractiva dándonos "la versión sexy" poniéndole traje ajustado y quitándole las lentes es también otro momento de alucinación colectiva.
'Jennifer's body'
No tanto después de que hiciera de chica popular en 'Chicas malas', a Amanda Seyfried le tocó el rol de compañera empollona de Megan Fox en esta película de Karyn Kusama. Porque claramente unas simples gafas tiene el superpoder de convencernos de que era la "amiga no tan guapa".
'Una conejita en el campus'
Misma lógida para Emma Stone en esta película protagonizada por un grupo de nerds que, gracias a la inestimable "ayuda" del personaje de Anna Faris, descubrían que eran unos bellezones a base de ponerse ropa sexy y maquillaje (aparte de quitarse las gafas, claro, eso que no falte).
'Mi gran boda griega'
Otro ejemplo de querer cambiar tu apariencia física para conquistar a un tío (aquí 'La princesa cisne' hubiera apostillado: "¿La belleza es lo único que te importa?") en el que el personaje de Nia Vardalos asumía que sus gafas eran un impedimento para poder ligárselo (desde luego, las empresas que venden lentillas se harían de oro gracias a este tropo).
'Miss Agente Especial'
En otro universo alternativo, alguien pensó que Sandra Bullock no era un primor por llevar gafas y (¡cuidado!) pantalones. Así que solo tuvo que quitárselas, enfundarse un vestido y voilà: se convierte en Miss Simpatía. La peli es muy divertida, pero esto no hay por dónde cogerlo.
Bonus track
Como sería imposible abarcar todos y cada uno de los ejemplos (en Hollywood han sobreexplotado este tópico hasta la saciedad), terminamos con una batería: America Ferrera en 'Ugly Betty', Chyler Leigh en 'No es otra estúpida película americana' (que parodiaba con esa trama 'Alguien como tú'), Donna Reed en '¡Qué bello es vivir!', Dorothy Malone en 'El sueño eterno', Lynda Carter en 'Wonder Woman'... y un larguísimo etcétera.
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