En 1998 Santiago Segura cambió el rumbo del cine español con su ópera prima. El cineasta, prestigioso cortometrajista de género, saltaba al largometraje con un título irreverente, salvaje y desternillante, pero también lleno de matices, de malas calles y de un sentido del ritmo que abrió un mundo de posibilidades. El universo Torrente llegaba para conquistar España.
El mejor policía del mundo
Santiago Segura, el padre de la criatura, ha visto evolucionar a su personaje, tanto físico como cinematográficamente. Los espectadores que llenamos los cines con veinte años hemos madurado y hemos devorado miles de películas desde entonces, y volver ahora a ese Madrid sin esperanza es ver mucho más que una comedia guarra sobre un madero facha. Las películas de Torrente, cada una a su manera, transitan por distintos subgéneros urbanos y/o detectivescos mostrando una energía y sobre todo un conocimiento del género y del cine muy por encima del espectador. Sobre todo del espectador de entonces.
Ahora que las películas de Torrente están disponibles tanto en Filmin como en FlixOlé es un buen momento para recordar que, si bien en realidad solo hay una entrega que se traiciona a sí misma y que claramente destaca por debajo del resto, todas sus partes son piezas indispensables del puzzle que forma la gran comedia española. Va por ti, Fary.
Torrente 4: Lethal Crisis (Crisis Letal)
Un golpe a traición desde el mismísimo prólogo. Un desfile de cameos de personajes con menos ideas y carisma que su imposible guión, más centrado en hacer sketches de lujo que de contar una historia, por anecdótica que pueda llegar a ser.
El doble capricho llega al servicio de unas 3D que no sirven para nada (creo firmemente que las mejores 3D de la historia del cine están en 'Jackass 3') y en un Kiko Rivera tan horrible que hace que la interpretación de Carlos Latre en la tercera entrega no resulte tan calamitosa. O quizás no tanto.
Esta entrega pudo cargarse una saga que podrá gustar más o menos, más o menos inmaculada pero que tenía muy claro que esto no podía ser jamás un especial rancio de nochevieja. En realidad es la única de la saga que personalmente considero como una mala película.
Torrente 3: El protector
John Landis. Oliver Stone. Fabio Testi.
En realidad el único que importa de todos es el italiano, condenado a terminar como sucedía en aquellos eurothrillers poliziescos de hace cuarenta años. El héroe de "Il Grande Racket' ahora es el enemigo a batir. Y cuanto más salpique, mejor.
Jose Mota está bien y Carlos Latre es un lastre con un irritante personaje al que su interpretación, tirando por lo fácil por lo que Latre sabe hacer (spoiler: no es actuar), no ayuda. Ideas buenísimas (el traumático origen del fetiche de las vigilancias del protagonista), secuencias de acción alucinantes y, vaya por dios, la llegada del chiste centrado en un famoso.
Aquí Segura se salta su código de honor, más o menos intachable hasta entonces, y mancha su historial con la aparición milagrosa de Fernando Torres. El famoso al servicio de la broma. Pero es que esto es la tercera entrega de la saga del personaje más popular del cine español y supongo que en realidad eran los famosos los que llamaban al director.
Torrente 5: Operación Eurovegas
Segura arregla el roto de la entrega anterior (no de la lista, de la saga), pero enderezar el rumbo le cuesta casi todo el primer acto de le película.
Luego todo fluye como antaño. El cineasta arregla el ritmo, recupera a los personajes, el número de cameos molestos y además dota a su película con el mayor toque Brugueriano de la saga, algo que no solo llena de vitalidad todo el ecuador de la trama, si no que además se permite el lujo de mostrar la mejor pesadilla del personaje desde aquel lejano mal sueño catalán.
Además, Jesús Janeiro da una lección de compadreo eclipsando incluso al mismísimo Julián López, algo que en teoría era imposible de imaginar. López, por cierto, es el primer actor en interpretar a un personaje que antes había tenido otro rostro. Su frenético asalto, tanto el planeado como el real, funcionan a las mil maravillas y Alec Baldwin da un toque elegante a su personaje disfrutando de no tener muy claro dónde se ha metido, aunque su número de apariciones en SNL hablan por él. Si al final resulta que es la última entrega no se me hubiera ocurrido una mejor despedida.
Torrente, el brazo tonto de la ley
Nuestro 'Teniente corrupto' se movía como pez en el agua entre el costumbrismo más castizo y la operación encubierta made in usa para, de alguna manera, lograr ser un eurothriller cómico de primera. Buenos personajes, mejores secundarios y tan sutil con el amiguismo que lo que estaba por venir se convirtió en algo verdaderamente chocante.
Una gran pequeña película (1'7 millones de presupuesto, la mitad de lo que costará su secuela) donde la grandeza estaba en los pequeños detalles.
Destacar el soberbio diseño de producción y el descubrimiento de uno de los mejores actores de nuestro cine. El entrañable Rafi de Javier Cámara se echó la película a las espaldas con un personaje entrañable que marcó a una generación. Casi tanto como sus colegas de aventuras.
Torrente 2: Misión en Marbella
Segura aumenta el presupuesto y el resultado es la película más ambiciosa y espectacular de toda la saga por muchas tres dimensiones que estén por llegar.
La conducción hasta llegar al gag perfecto es la misión principal de un Torrente que ha pasado de teniente corrupto a un desencantado largo adiós rodeado de amigos, pero sin molestar.
José Luis Moreno y Gabino Diego están realmente asombrosos y engrandecen una secuela pura, más grande, igual de larga y sin cortes.
Otra comedia con gente inocente perdiendo la vida.
Si en la primera película estábamos en el territorio del thriller corrupto y urbano, esta secuela deja paso a un romanticismo de investigaciones privadas y playas que juegan como el lado oscuro del mundo habitado por el Philip Marlowe de 'Un largo adiós'.
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