'La noche de Halloween'. 'El regreso de Mary Poppins'. 'Mad Max: Furia en la carretera'. 'Blade Runner 2049'. Estos cuatro títulos son secuelas de películas de hasta tres generaciones anteriores. Han sido respetadas por la crítica, sobre todo las de George Miller y Denis Villeneuve pero entre las cuatro han recaudado prácticamente lo mismo que 'Capitana Marvel'.
La moda de la secuela tardía ha llegado para quedarse, pero ¿realmente le importa a alguien la continuación de una película que tiene más de medio siglo de antigüedad? ¿Es tan rompedor el formato? ¿No será en realidad el camino más fácil y que menos esfuerzo supone a la gran industria cinematográfica?
No hay nada nuevo
Hace diez años 'TRON: Legacy' se convirtió en un éxito realmente inesperado que recaudó 400 millones de dólares en todo el mundo. Y digo un éxito porque recuperar el elevado presupuesto de una secuela de un título que tenía casi 30 años en ese momento era casi un milagro.
La primera película de Joseph Kosinski logró aguantar el pulso y recuperar lo que costó en territorio norteamericano. Eso sí, no alcanzó ni por asomo el aplauso crítico de las películas citadas más arriba. Qué curioso, ¿verdad?
Pero antes de la colorida producción Disney, cineastas tan dispares como Kevin Smith o el mismísimo Oliver Stone revisitaron sus obras para ofrecer secuelas de 'Clerks' (12 años después) o 'Wall Street' (23 años más tarde). El mismísimo Martin Scorsese decidió en 1986 continuar la historia de 'El buscavidas', la obra maestra de Robert Rossen de 1961, con 'El color del dinero'.
También John Landis rodó la secuela de su carismática 'Granujas a todo ritmo' dieciocho años más tarde. Efectivamente, los resultados no siempre son fáciles de soportar.
No se libra ningún género y no todos funcionan de la misma forma. 'Halloween', la última entrega de la franquicia iniciada por John Carpenter (ahora a cargo de David Gordon Green) recaudó 250 millones de dólares, algo que a priori puede parecer poca cosa, salvo por un detalle: es una producción Blumhouse de apenas diez millones de dólares. Con esa recaudación en la caja, Jason Blum da luz verde a una docena de nuevos proyectos.
'Creed', la reinvención de 'Rocky' y espaldarazo de Ryan Coogler costó 35 millones y terminó recaudando 173. La secuela de 'Psicosis' llegó 23 años después de la original y nunca fue tomada en serio. Hoy, la película de Richard Franklin cuenta con una edición de Arrow Video. Nunca subestimes el poder de una secuela.
No es lo mismo, aunque lo parezca
La apuesta por la continuidad de las andanzas de Norman Bates no se debió precisamente a que el autor de la novela, Robert Bloch, presentase la continuación de su novela tras el anuncio de la película, ya que en aquella ocasión "Hollywood" decidió ir por libre.
Por esa misma razón el argumento de 'Psicosis II' (la novela), es básicamente una venganza contra Universal, que decidió que la película se distanciaría de la obra de Bloch. La película de Franklin recaudó un par de millones más que la obra maestra de Alfred Hitchcock, sumando 34 sobre un presupuesto de apenas 5 millones. El viejo Norman aún tendría algo más de margen para el espionaje lascivo y los crímenes.
Antes hablábamos de Joseph Kosinski y su secuela de 'Tron'. El cineasta, tras su colaboración con Tom Cruise en 'Oblivion', devolverá a la estrella a los cielos en la secuela 'Top Gun: Maverick', que llegará nada más y nada menos que 34 años después de la popular película de Tony Scott.
A esta "secuelitis" adornada de nostalgia también se le han añadido nuevos rumbos y significados: continuar la historia original sin tener en cuenta otras secuelas posteriores. Ha pasado (precisamente) con 'Halloween' y lo hará pronto con 'Robocop', dos casos muy distintos entre sí.
La historia del asesino enmascarado de Haddonfield (Illinois) venía de dos entregas dirigidas por Rob Zombie (a cada cual mejor) cuando se decidió volver a los orígenes. En el caso de la película de Paul Verhoeven ya se vieron dos secuelas y un remake de José Padilha que no terminó de funcionar, recaudando en Estados Unidos la mitad de su presupuesto. ¿La solución? Continuar la historia tomando como punto de partida únicamente la primera película del personaje.
Ninguna fórmula, modelo o tendencia tiene el éxito garantizado. Debe haber una combinación correcta entre demanda, valor de la propiedad, originalidad de la propuesta y, sobre todo, una llamada de atención a un espectador fuera del rango de quien vio lo anterior en una sala de cine. Con las secuelas y con los remakes.
Y con las premakuelas. ¿Qué diablos es si no 'La cosa (The Thing)' en su versión 2011? Por supuesto, con sus pegas, sobre todo el abuso digital contra el recuerdo del trabajo artesanal de Rob Bottin, la película de Matthijs van Heijningen Jr. era realmente interesante y, tal vez, la mejor de ese estilo. Puede que por eso mismo se convirtiera en un fracaso y que su director vaya a tardar diez años en regresar a la dirección.
Lo cierto es que cada vez resulta más complicado entrar a un cine para ver una película "original". Si uno mira los estrenos más esperados del año se encontrará con que 3/4 partes de los mismos pertenecen a una franquicia. Y es bien seguro que de todas ellas, más de la mitad no funcionarán en taquilla como sueñan sus responsables. Pero nadie parece dispuesto a parar la cadena de montaje.
En realidad tal vez lo más sencillo sea partir de esas bases predeterminadas, de una plantilla. Como en televisión. Tal vez, en realidad, el cine ya está muerto.
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