De la muerte de la madre de Bambi al prólogo traumático de 'Up': 29 momentos horribles en películas y series familiares

La llegada de 'Soul' (2019) a Disney+ ha creado cierta controversia alrededor del enfoque de la película de Píxar en cuanto a su público objetivo. ¿Ha pasado la compañía de animación de hacer cine para toda la familia a uno dirigido más a los padres? El miedo a lo infantil en el cine de entretenimiento puede dejar obras demasiado aburridas para los niños como la de Pete Docter, mientras que en otras dirigidas a todo tipo de público hay momentos incluso perturbadores.

Hay cine pensado para los niños con un tono luminoso en la superficie, pero con muchos aspectos oscuros, algunos directamente se pasan de frenada y contienen momentos sorprendentemente devastadores. Ya sea que hayas crecido en los años 80, los 90 o en los 2000, hay un puñado de escenas en películas que todos vimos cuando crecimos que aún impactan día de hoy. Prepárense por un horrible viaje por el camino de los recuerdos del trauma infantil. ¿Cuáles son los tuyos?

Bambi (1942): muerte de una madre

No es la última muerte de un progenitor de la lista, pero Disney puso el listón alto con el momento cinematográfico más heavy imaginable dentro de una dulce película para niños sobre la vida en el bosque. Mucho más gráfica en el recuerdo que en la pantalla, el escape de Bambi mientras su madre lo guía a un lugar seguro se rompía con el sonido de un disparo fuera de cámara que nos hacía dar cuenta de que ha sucedido lo inevitable. Lo que la hace indeleble es ver Bambi, mirando hacia la nieve, diciendo el nombre de su madre y sin recibir respuesta.

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El jardín secreto (The Secret Garden, 1949): buenos días, orfandad

La novela ‘El jardín secreto’ ha sido adaptada varias veces, y ninguna deja de tener una apertura tremebunda. Mary es una niña que vive en la India de 1911 que se despierta una mañana y se encuentra con que sus padres y el servicio de la casa han muerto durante una cena debido al cólera en el agua. Una de esas películas de fantasía tan comprometidas con el consuelo de los huérfanos que lo convirtieron en tropo.

Chitty Chitty Bang Bang (1968): el caza niños

Un musical alegre y de fantasía, sobre un automóvil mágico, un inventor loco y una hermosa dama en el que van apareciendo todo tipo de personajes, entre ellos, un siniestro cazador de niños con nariz de bruja, sombrero de copa a lo Babadook, una capa de vampiro cobrador del frac y una mirada turbia en sus ojos mientras busca niños para atraparles y encarcelarlos, un villano de pesadilla que hacía aparición de forma inesperada.

La bruja novata (Bedknobs and Broomsticks, 1971): el ejército de las tinieblas

Utilizando la misma combinación ganadora de acción en vivo y secuencias musicales animadas de Mary Poppins, Disney quiso repetir el éxito con esta divertida fantasía en una Inglaterra al borde de una invasión de nazis, que no son lo más espeluznante de esta película, sino Angela Lansbury haciendo nigromancia para convocar a un ejército de muertos para enfrentarse a un escuadrón de nazis, con un encantamiento extraño que más que Aragorn invocando la ayuda de los fantasmas parece el villano de ‘El ejército de las tinieblas’ (Army of Darkness, 1992).

Trapito (1975): la solitaria vida de un empalado

Trapito es un espantapájaros sin ilusiones, abocado a un destino estático en el que ni siquiera da miedo ya a las aves, una de ellas decide llevarlo consigo por un viaje en busca de alegrías con algunos momentos raros para un film infantil, pero el momento crítico es cuando, después tantas aventuras, es abandonado por su mejor amigo y vuelve a su triste crucifixión apocado a la soledad absoluta que corona la crueldad del guionista con una de las canciones más deprimentes nunca escritas para el cine de animación.

Tobi (1978): el niño con alas se va al cielo

Mercero es un maestro en crear momentos deprimentes, y antes de regalarnos el trágico anuncio de la muerte de Chanquete con los gritos de Pancho, creó un impacto generacional con la historia de Tobi un niño al que le salen dos alitas en la espalda, lo que le lleva a un viacrucis de médicos y pruebas científicas que parece un reflejo blanco de ‘El exorcista’, solo que aquí los otros niños le tratan de pegar, le cortan las alas, le vuelven a crecer y tratan su condición con tan poco tacto que el niño decide volar e irse al cielo, que es aún más duro si uno decide entrever una metáfora oscura del suicidio infantil por bullying.

Flash Gordon (1980): la muerte de Klytus

Una colorida space opera de vodevil que se presentaba como la adaptación del modelo que inspiró ‘Star Wars’, pero que a pesar de su tono totalmente infantil estaba llena de combustible para pesadillas: desde un villano a lo Fu-Manchú a torturas un poco sado-maso, lobotomía, ejecuciones con gas más jodidas que la de ‘Pena de muerte’ (Dead Man Walking, 1995) y criaturas salidas del planeta de ‘Alien’ que chocaban más en un film lleno de inocencia naif y espíritu de tebeo. Sus puntos álgidos de horror inesperado tenían lugar cuando le arrancaban de cuajo el visor a un observador, o la grotesca muerte de Klytu, el general de Ming, un extraño momento gore dentro del cine comercial para todos los públicos, con uso de ojos que parecen recién sacados y una lengua extremadamente realista.

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En busca del arca perdida (Raiders of the Lost Ark, 1981): El poder de Dios derrite Nazis

Todos conocemos las películas de Indiana Jones como las grandes aventuras familiares que aún no han sido superadas. Si bien todos recordamos el momento que arrancaban un corazón de cuajo en ‘El templo maldito’ que hizo cambiar el sistema de calificación por edades, ya venía avisando en la primera entrega, cuando en un film de acción para todos los públicos cabezas eran seccionadas con hélices. Pero la gran traca final tenía lugar cuando los nazis abren el Arca del alianza y los espíritus malignos que se encuentran dentro salen volando, derritiendo los cuerpos de los villanos, especialmente turbio el goteo hasta el cráneo de la cara del mayor Arnold Toht.

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Tod y Toby (The Fox and the Hound, 1981): La señora Tweed abandona a Tod

Una película de dibujos animados algo olvidada que, en general, tiene algunos momentos muy perturbadores, pero quizá la escena más dolorosamente indeleble es cuando la viuda Tweed adopta al zorro protagonista, solo para abandonarlo en el bosque cuando este ha crecido por completo. La expresión de su rostro cuando la mujer lo deja atrás es un poema.

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E.T., el extraterrestre (1982): Alienígena con mal color

Spielberg quería dejar claro a todos los niños de los 80 que la gente del gobierno son un montón de bastardos. Aunque el aspecto de E.T. diera miedo de por sí, cuando está a punto de morirse se queda hecho un colgajo gris tirado en el arroyo. Además, sus signos vitales desaparecen, con el temor de que Elliott tiene una conexión tan fuerte que igual se lo lleva consigo. Cuando escapa con él en la bicicleta, el momento de magia nostálgica no se debía a que se pusieran a volar, sino por comprobar que de alguna manera, la pesadilla médica envuelta en plástico y vapores había quedado atrás.

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Fragel Rock (1983): el túnel terrible

Los Fraggle Rock eran la versión de los teleñecos más turbia, como momentos terribles como la montaña de basura o esos lugares por dónde no debían pisar nunca. Pero uno de los episodios más oscuros nos enseñaba los peligros del Túnel Terrible al que todos los Fraggles tenían miedo de ir, porque se decía que estaba lleno de fantasmas de pequeños Fraggles muertos, llevándolo al terreno de leyenda. Algunos dudan de su existencia hasta que Wembley pasaba cerca. El director Mike Flanagan afirma haber proyectado muchos de sus miedos infantiles del episodio en la película ‘Absentia’ (2011).

La historia interminable (The Neverending Story, 1984): Artax se hunde en el pantano

Nadie que viera esta escena cuando era niño la ha podido olvidar, y es que la muerte del caballo de Atreyu, Artax, absorbido por los Pantanos de la Tristeza se graba a fuego por la expresión de miedo en el rostro del caballo cuando desaparece para siempre. El rumor de que el caballo murió durante el rodaje de la escena hacía el momento aún más duro de recordar, pero el propio Noah Hathaway confirmó que no es verdadero. Crítica en Espinof

David el Gnomo (1985): Los Gnomos se convierten en árboles

La serie animada favorita de muchos niños de los ochenta tuvo sus momentos intensos con las apariciones de los trolls, pero lo que dejó a media España con el culo torcido fue su capítulo final. Cuando David y Lisa van a cumplir los 400 años, dejan libre al zorro, se cogen de la mano y se despiden. “Adios mi querida lisa, gracias por el amor que me has dado” le decía a su esposa antes de que ambos murieran y se convirtieran en árboles. La cara de horror de Swift representa a toda una generación.

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La gran aventura de Pee-Wee (Pee-Wee's Big Adventure, 1985): La mujer cartoon

Antes de meterse a hacer películas de terror góticas para todos los públicos, Tim Burton incluyó una escena aterradora en un film infantil de aventuras y humor atolondrado. Pee-wee hace autostop por el desierto y la camionera Large Marge le recoge, contándole un largo monólogo sobre un camionero muerto, interrumpido por un susto de muerte en el que la mujer se transforma en un monstruo de ojos saltones hecho con claymation.

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Punky Brewster (1986): el niño atrapado en la cueva

La divertida serie para niños Punky Brewster esconde, a lo tonto, algunos de los episodios más traumáticos de la tv todos los tiempos. Hubo uno en el que la mejor amiga de Punky, Cherie, casi muere dentro de una nevera abandonada mientras juegan al escondite, pero el episodio doble de Halloween, ‘Los peligros de Punky’ se centraba en un viaje de campamento en el que Punky y sus amigos terminan en una cueva embrujada llena de apariciones monstruosas, arañas gigantes y otros horrores que parecen el borrador de ‘IT’ de Stephen King. La imagen indeleble del niño atrapado en la pared rivaliza con los de la adaptación de los 90.

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Segunda Enseñanza (1986): Jorge Sanz se suicida

Quizá no era una serie dirigida a los niños pero su horario de emisión hizo que muchos vieran el primer capítulo, en el que Sanz era un aplicado estudiante de instituto con un padre autoritario al que no le valía todo el esfuerzo del muchacho, tras castigarle fuertemente por salir un día y hacerle la vida imposible, encuentra que finalmente las notas finales de su hijo son excelentes y le regalan el ciclomotor de moda en los ochenta. Pero cuando sus hermanos pequeños entran en su habitación, descubren a su hermano colgado, habiendo utilizado la Moyllette como punto de apoyo. Quizá lo más horrible era rumiar las escenas previas a toro pasado, con chaval preguntando a la asistenta del hogar con sangre fría si tenía una cuerda, cuando aún no sabemos qué va a hacer.

Dentro del laberinto (Labyrinth ,1986): Bebés robados y la mujer de la basura

En la época más oscura de Jim Henson hubo películas más turbias de lo acostumbrado, como ‘Cristal Oscuro’ (Dark Crystal, 1982) pero hay muchas más cosas traumatizantes en esta, desde el momento del robo del bebé por el rey goblin, los muppets pesadillescos o la caída por el túnel de las manos, pero se tiende a infravalorar el terror de la escena en la que Sarah es atraída a la mujer de la basura, con el peligro de convertirse ella misma en esa mujer.

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La princesa prometida (The Princess Bride, 1987): Érase una vez… el torture porn

Un cuento debe tener un poco de todo, desde amor, venganza, gigantes… también monstruos acuáticos, e incluso ratas gigantes en pantanos con fuegos fatuos. Pero el momento realmente impactante para los niños emocionados con el pirata Roberts es cuando Wesley es torturado por el príncipe Humperdinck en el pozo de la desesperación, un mal rato de dolores inhumanos que le llevan a la muerte, y una resurrección no menos oscura.

¿Quién engañó a Roger Rabbitt? (Who Framed Roger Rabbit?, 1988): el final del juez Doom

Cuando el juez Doom es atropellado lentamente por una apisonadora hay cierto alivio en un momento brutal, pero cuando se levanta y empieza a caminar, se le caen los ojos y se revela su verdadera identidad daba aún más miedo. La mano se convertía en una sierra de disco y sus ojos se volvían cada vez más espeluznantes. El asesinato crudísimo de un zapato de dibujos en un líquido disolvente era horrendo, pero cuando es él mismo quien se derrite hasta morir mientras cloquea como un pollo supera en horror a la muerte de la bruja en ‘El mago de Oz’.

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En busca del valle encantado (The Land Before Time, 1988): muerte de la madre de Piecito

Amblin no quería quedarse atrás de ‘Bambi’ y al comienzo de esta película sobre dinosaurios, matan a la mamá de Piecito cuando esta le defiende del ataque de un tiranosaurio, un poco al estilo de la película de acción real ‘Baby, el secreto de la leyenda perdida’ (Baby, The Secret of the Lost Legend, 1984). Al morir, le dice a su hijo desconsolado “Estaré contigo, aún cuando no me veas. Deja que tu corazón te guíe. El corazón susurra, así que escúchalo con atención". Pura tragedia jurásica que deja a lo de Mufasa en ‘El Rey León’ como un juego de niños.

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La maldición de las brujas (The Witches, 1990): La convención de calvas

Objeto de un remake por Robert Zemeckis, esta adaptación de Roald Dahl –autor que también nos traumatizó con su fábrica de chocolate mataniños y Matilda– estaba concebida como una auténtica película de terror para niños. Hay tres grandes momentos de puro combustible de pesadillas, la introducción, el relato de la niña en el cuadro y la convención de brujas en la que todas se quitan la peluca, con la principal, Anjelica Huston retirándose la piel que cubre su aspecto monstruoso. En la nueva se conservaron las extremidades mutiladas y no faltaron asociaciones pidiendo sangre por la imagen que proyecta, por lo que algo bien hace todavía.

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Mi chica (1991): Enterrar a Macaulay Culkin sin gafas

Algo inusual para una película protagonizada por niños es afrontar la muerte de alguna forma, cuánto más sería en este clásico de los noventa que veíamos anunciado con el videoclip de The Temptations con los protagonistas jugando y bailando. Cuando veías la película, el mejor amigo de Vada, Thomas J, era picado por abejas y moría tras tener una reacción alérgica. Por si eso no fuera suficientemente duro, en la escena del funeral ella se acerca a su ataúd y grita que no le han puesto las gafas desconsoladamente.

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FernGully, las aventuras de Zak y Crysta (FernGully: The Last Rainforest, 1992): la contaminación aterradora

Si no nos había dado suficiente miedo como demonio en ‘Legend’ (1986) o como Pennywise en ‘It’, Tim Curry redondea su trilogía de villanos traumáticos dando una voz malvada –y la misma risa del payaso comeniños– al demoníaco Hexxus, un espíritu malévolo alimentado por la contaminación que deja la selva tropical como una ruina humeante. También se aprovecha su vena ‘Rocky Horror’ en una canción inapropiadamente obscena llamada Toxic Love. El miedo cumbre llegaba cuando emerge de una máquina, como esqueleto cubierto de aceite con llamas ardiendo dentro de él.

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Liberad a Willy (Free Willy, 1993): Willy llora a su familia

Toda ‘Liberad a Willy’ era angustiosa, al ver a una majestuosa orca encerrada en una piscina de principio a fin. Pero la escena más absolutamente absolutamente es cuando Willy comienza a llamar a su familia y, estos que viven en el océano le mandan un lamento de respuesta. El momento de la despedida entre el niño y el cetáceo era bastante emocional, pero tras ver el plan de vida del animal solo quedaba gritar a la pantalla “huye Willy, huye como si te persiguiera satanás".

Jumanji (1995): El suelo se traga a Robin Williams

Jumanji’ es una de esas películas que crean impacto en su generación, pero más allá de lo intenso de sus secuencias de acción, su target para toda la familia se veía comprometido en alguna escena diseñada con miedos atávicos en mente, como cuando a Robin Williams se lo traga el suelo, completado por la aparición de arañas brillantes que parecen querer replicar la escena de ‘El más allá’ (1981) de Lucio Fulci. Su secuela espiritual ‘Zathura’ (2005), también tenía algunos momentos siniestros.

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El viaje de Chihiro (2003): los padres convertidos en cerdos.

Una favorita de los amantes de la animación, está llena de momentos grotescos que pueden resultar chocantes para los niños, como cuando los padres de Chihiro se convierten en cerdos al comer. Mientras Miyazaki quería simbolizar la codicia que luego desembocó en la crisis dela burbuja inmobiliaria, los niños vivieron el profético momento aterrados. Otra gran transformación en cerdo que dejó huella en los niños de los ochenta fue la de 'Willow' (1988).

Up (2009): Carl Fredricksen se queda viudo

Si ya revisamos ‘Toy Story’ en los momentos Disney más turbios, el inicio de ‘Up’ incluye posiblemente algunos de los momentos más perturbadores de la historia de Pixar. La historia de amor de Carl y Ellie va pasando ante nuestros ojos, mientras los vemos enamorarse, perder a su hijo, envejecer juntos, y finalmente una elipsis que camina entre lo bello y lo macabro, cuando Ellie muere, dejando a Carl como un hombre solo y destrozado. El inicio de la necrofijación de Pixar, completada este año por ‘Soul’.

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Del revés (Inside Out, 2015): Bing Bong se desvanece

Sin tratar la muerte como tal Pixar trató aquí a un amigo olvidado de la infancia, Bing Bong. Cuando él y Joy se quedan atrapados en un basurero de memoria, Bing Bong se sacrifica por alguien a quien ama, saltando de la parte trasera del vagón en el último momento, condenándose a sí mismo para toda la eternidad, desvaneciéndose de forma tenebrosa.

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El cascanueces y los cuatro reinos (The Nutcracker and the Four Realms, 2018): Payasos siniestros

Es curioso el rechazo del público y crítica a esta pequeña joya perversa de Disney, quizá porque parece más una versión de acción real de una película de Don Bluth que de la propia casa del ratón. Entre los autómatas cercanos al valle de lo inquietante y alguna que otra fuga al terror, esta versión del Cascanueces es mejor adaptación de 'Alicia en el país de las maravillas' que la de Tim Burton, plagada de momentos oscuros y apariciones aterradoras fieles al cuento, como ese Rey rata formado por muchos roedores que podría ser el Drácula de Coppola haciendo un cameo o, sobre todo, ese grupo de payasos diabólicos que se meten dentro de otros como una matrioska.

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