Reconozcámoslo, las momias no han sido nunca el monstruo más querido por los fans del cine de terror. Puede que porque haya pocas que hayan innovado en su típica estructura de viaje a Egipto, maldición sobre su descendencia o amores inmortales, condenas y resurrecciones. Vendas roídas, polvo y andares espasmódicos. Si te enamoran los monstruos lentos, clásicos e imbatibles, y no conoces muchas películas de momias es hora de dar un repaso a estos básicos.
‘La momia’ (1932)
El clásico. No hay cine de momias sin ella. Sin la hierática interpretación de Boris Karloff, sin el tremendo trabajo de maquillaje de Jack Pierce o sin la sobria dirección de Karl Freund. El aspecto de la momia tal y como la conocemos se debe tan solo a unos pocos minutos en toda la película. Marcó el latido del monstruo trágico junto a Frankenstein y, a diferencia de la mayoría de las momias que vinieron después, este Imhotep no era una bestia sin sentido. Además lo hacía todo por amor, creyendo que Helen era la reencarnación de su amor perdido Ankh-es-en-amon. Vamos, exactamente igual que Drácula.
‘La tumba de la momia’ (1942)
Algo que se suele, o se prefiere, ignorar es que la momia fue uno de los grandes éxitos de Universal. A pesar de no haber gozado de la simpatía de los aficionados durante el devenir del género en los años siguientes, la base de este se apoya en estos cimientos y cineastas que lo han redefinido, como George A. Romero, eran muy fans de estos films. El de Karloff tuvo un buen puñado de secuelas y la calidad de las mismas estaba por encima de la media del de otros monstruos de la plantilla. Diez años después de la original, este fue uno de sus ejemplos más claros.
‘La momia azteca’ (1957)
El periodo del gótico mexicano de su edad de oro del cine de terror guarda un montón de pequeñas joyas que resulta delicioso descubrir. Pese a que muchas se asocian al luchador Santo, para algunos la mezcla no cuaja, por lo que es interesante destacar la gran cantidad de terrores en blanco y negro que aún no tenían al enmascarado rompiendo la atmósfera de terror. Este no es uno de sus mejores ejemplos, pero sí sirve para descubrir el diferente concepto de “momia” que existe en el fantástico mexicano. Creó su propia saga psicotrónica, en dura pugna con la serie de “momias de Guanajuato”.
‘La momia’ (1959)
El primer acercamiento de la Hammer, dentro de su primer ciclo de revisiones de Universal por el gran Terence Fisher de nuevo haciendo team up de ensueño con Jimmy Sangster en el guion, y el binomio de acero templado en la actuación de Peter Cushing y Christopher Lee. Su monstruo es una imponente presencia en su trama enrevesada, que sigue y luego rompe el modelo clásico de viaje-expedición y recuperación de la momia en Inglaterra, aquí con lacayo encargado de ejecutar el rito para la vuelta a la vida del monstruo. Algo que más adelante, será casi una seña de identidad en la saga de Drácula de la factoría británica.
‘La sangre en la tumba de la momia’ (1971)
La primera de las tres adaptaciones de la novela de Bram Stoker ‘La joya de las siete estrellas’ forma parte del canon de la momia de la Hammer aunque no tenga nada que ver con la anterior. Ya dentro de su etapa violenta y descocada de los setenta, la casa de terror adapta una obra que, en cierto modo, ayudó en la arquitectura de maldiciones, líneas sanguíneas a través de los tiempos e influencia de objetos sagrados. Aunque no haya una momia envuelta en vendas como tal, la influencia sobre los vivos trae una espiral de muertes sangrientas y voluptosidad latente.
‘La venganza de la momia’ (1975)
El nombre de Carlos Aured quedará asociado, en el fantástico español, por su ‘El espanto surge de la tumba’ (1973). Sin embargo, en este nuevo intento del incombustible Paul Naschy por completar su colección de iconos de terror con su cara, consiguió hacer brillar con más lustre el apartado visual, especialmente en el uso del color y la fotografía. No ofrecía demasiadas mejoras en su cualidad narrativa, lo que compensaba con paseo de carne femenina (más tímido que en otras ocasiones), un maquillaje de la momia excelente y efectos gore sin cortarse un pelo, como ese cráneo apretado hasta, literalmente, reventar.
‘El despertar de la Momia’ (1981)
No, esta película de momias no destacará por ser la mejor del género, ni siquiera se ajusta al título de “mejores películas de momias” pero merece una pequeña reivindicación por ser la única del lote que no se anda con remilgos al reconocer que una momia y un zombie es prácticamente lo mismo, con lo que todas las películas de momias son películas de zombies, con un solo zombie. Esta usa muchas porque en realidad, es uno de los exploits de Romero tan de moda en Italia cuando Lucio Fulci rodó su famosa ‘Nueva York bajo el terror de los zombi’ (Zombi 2, 1979). Barata, gore y sinvergüenza. Hay que amarla.
‘Cuentos asombrosos’ (1986)
Tres de los mejores episodios de la primera temporada de la serie con la que Spielberg quiso crear su propia ‘Twilight Zone’ en los ochenta, fueron reeditados en forma de película para su exhibición en cines. No es de extrañar teniendo en cuenta que dirigían él mismo y Robert Zemeckis. Sin embargo, el episodio ‘Mummy Daddy’, dirigido por William Dear, fue incluido por su tremenda mezcla de humor y humor. La trama nos ponía en la piel de un actor disfrazado de momia que debe enfrentarse a una real. Maquillajes exquisitos.
‘Una pandilla alucinante’ (1987)
Los verdaderos Goonies de los que éramos niños raritos en los ochenta, estaban en este claro precedente de ‘Stranger Things’, que incorporaba los principales monstruos de la Universal unidos por el mal común. Si, también la momia. En este caso, una completamente autómata, que en sus pocas apariciones las hace memorables. Queda para la historia es la manera en la que los niños se las ingenian para acabar con el monstruo que, por supuesto, deben verlo ustedes mismos. Puro espíritu Scooby-Doo hecho película.
‘El regreso de la momia’ (2001)
El acercamiento de Stephen Sommers al terror de Universal fue un hit de aventuras al más puro estilo Indiana Jones, lo que no sólo fue un golpe maestro, también resultó un involuntario descubrimiento de una fórmula que ya perfeccionaría en esta segunda y superior entrega. Más escala, más acción, más diversión y batallas épicas. Salvo por sus terribles efectos finales de CGI, es una pieza de evasión perfecta que modeló el blockbuster tal y como lo conocimos en toda la década de los 2000. La saga ‘Piratas del caribe’ es buena muestra de ello.
‘Bubba Ho Tep’ (2003)
Puede que la película de terror más original, extraña, y amargamente entrañable de esta lista. Bruce Campbell como un anciano Elvis Presley que fingió su propia muerte y su compañero, John F. Kennedy (Un anciano negro en silla de ruedas) en un asilo asediado por una momia en busca de las almas de los pacientes más débiles. Una premisa bestial de Don Coscarelli que, aunque no logre estar a la altura de su propia genialidad durante todo su metraje, resulta una obra de culto y una rareza absoluta en el mundo de las momias.
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