Aunque pueda parecer que todo esto de las sagas cinematográficas y las franquicias es algo más o menos reciente, la realidad es bien distinta. Mucho antes de que Marvel pusiese patas arriba el concepto con su ambicioso proyecto iniciado con 'Iron Man' en 2008, la industria ya daba forma a series de largometrajes de todas las formas y colores.
A continuación os propongo un repaso a las que, bajo mi punto de vista, son las 29 mejores sagas de películas que nos ha dado el séptimo arte, pero antes de ponernos manos a la obra, aclararé un par de puntos para que no arda Troya frente a algunas posibles ausencias.
El concepto "saga" implica que el relato a narrar abarque varias generaciones de una familia pero, dadas las limitaciones de esto, vamos a tomarnos una licencia y a incluir franquicias y trilogías, siempre y cuando compartan los mismos protagonistas o la misma historia, lo cual excluye joyas como la trilogía de los tres colores de Krzysztof Kieślowski, la de la venganza de Park Chan-wook o la del dólar de Leone. Dicho esto, al lío.
007 (1962 - 2015)
Si al hablar de una simple trilogía ya se encuentran ciertos altibajos de calidad entre las obras que la componen, imaginad hacerlo de una saga con 26 largometrajes —si incluimos los no canónicos— a sus espaldas. Puede que entre los títulos que engrosan el legado del agente 007 figuren disparates como 'El hombre de la pistola de oro' o 'Muere otro día', pero los más de 50 años que lleva el espía de Ian Fleming derrochando estilo en la gran pantalla se traducen, por norma general, en alegrías. ¡Y las que nos quedan!
El planeta de los simios (1968 - 2017)
Olvidemos por un momento la existencia de esa abominación de remake que firmó Tim Burton en el año 2001. Si lo logramos, y sabemos disfrutar con una mirada cómplice las secuelas, casi exploits, del magnífico título original de 1968 dirigido por Franklin J. Schaffner, la saga de 'El planeta de los simios' es la excusa perfecta para pegarse un atracón de ciencia ficción. La nueva trilogía, directamente, es la que termina elevándola al séptimo cielo, mezclando tecnología punta con una narrativa y un tratamiento de personajes soberbio.
Harry el Sucio (1971 - 1988)
Las cosas claras; ninguna de las cuatro secuelas de 'Harry el sucio' consiguieron igualar el nivel de genio alcanzado por Don Siegel en su largometraje de 1971. Dicho esto, la pentalogía de Harry Callahan, con su violencia, sus toneladas de frases lapidarias y ese porte y presencia que sólo podría proporcionar Clint Eastwood, es digna de un visionado completo —sí, incluyendo 'La lista negra'—.
El padrino (1972 - 1990)
Qué os voy a decir que no se haya dicho ya sobre este trío de joyas. Puede que seáis de los que opinan que 'El padrino. Parte III' es una deshonra dentro de la saga cinematográfica de los Corleone, pero si pertenecéis a ese sector de espectadores, no os preocupéis, porque aún os quedan dos obras maestras que redescubrir una y otra vez mientras atendemos a una clase magistral de narrativa, dirección, fotografía, interpretación... Ante semejante maravilla, uno no puede más que arrodillarse y dar gracias a Coppola.
Rocky (1976 - 2018)
No diga "drama deportivo", diga 'Rocky'. Sí, 'Rocky V' es terrible, y 'Rocky III' ha quedado un poco en el olvido, pero los grandísimos momentos que nos ha dado la infravalorada saga protagonizada por Sylvester Stallone son para enmarcar, incluyendo su fantástica secuela tardía 'Rocky Balboa'. Y por si nos quedamos con más ganas de épicas pugilísticas, más allá de la serie principal, nos quedan los dos fantásticos spin-off centrados en Adonis Creed.
Star Wars (1977 - 2019)
Con el Episodio XI, titulado 'El ascenso de Skywalker', ya estrenado, podemos dar por concluida definitivamente esa catedral de la space opera, ahora conocida como la Saga de Skywalker. Una épica galáctica que abarca tres generaciones, narrada a través de nueve largometrajes —dejando a un lado spin-offs, cintas no canónicas y otras producciones transmedia— y más de cuatro décadas que ha hecho historia y ha cautivado a legiones de fans en todo el planeta. El George Lucas de 1977 no se lo hubiese creído ni harto de vino.
Star Trek (1979 - 2016)
Si el clásico futbolístico es el Real Madrid - Barcelona, en el terreno de la ficción espacial cinematográfica, la pugna más feroz continúa siendo la que enfrenta a 'Star Wars' con 'Star Trek'. Nunca he sido un gran aficionado a las aventuras de Kirk, Spock y compañía, pero el notable reboot de J.J. Abrams y sus dos recomendables continuaciones me invitaron a descubrir una franquicia irregular, extensa —sólo en largometrajes se cuentan 13 producciones—, pero con unos niveles de creatividad envidiables. Y esto sin contar su trayectoria catódica.
Alien (1979 - 2017)
Dicen que en la variedad está el gusto, y si aplicamos esta máxima a una serie de películas, puede que la que más se se refleje en la expresión sea 'Alien'. Del hito del terror dirigido por Ridley Scott en 1979 al delirio futurista de 'Alien Resurrección', pasando la orgía de acción de James Cameron en 'Aliens', y siempre sin olvidarnos del brutal debut de David Fincher en la malograda 'Alien 3', la cuadrilogía de los xenomorfos nos brinda una dosis de adrenalina impagable. Las precuelas ya tal...
Mad Max (1979 - 2015)
Puede que 'Mad Max: Furia en la carretera', la mejor película de acción de lo que llevamos de siglo XXI y una de las mejores de la historia, haya atraído todos los focos hasta el punto de casi hacernos olvidar a sus predecesoras; pero una mirada a 1979 nos permite darnos cuenta de que el genio que atesora George Miller no surgió espontáneamente en 2015. El héroe parco en palabras de Mel Gibson, y ahora de Tom Hardy, es historia del cine, y las cuatro maravillas que protagoniza—sí, 'Más allá de la cúpula del trueno' también es genial— bien merecen ese título.
Indiana Jones (1981 - 2008)
Poneros en la piel de un niño al que le preguntan si quiere más a papá o a mamá. Pues bien, en esa misma tesitura me encuentro yo cuando trato de averiguar qué película de la saga de Indiana Jones es mi favorita. Está claro que 'El reino de la calavera de cristal', pese a haberla disfrutado enormemente, quedaría descartada; pero a la hora de escoger entre 'El arca perdida', 'El templo maldito' y 'La última cruzada' la cosa se complica hasta el punto de, directamente, quedarme con las tres. Vaya trío de maravillas.
Terminator (1984 - 2019)
Podemos decir que a Indiana Jones no le ha sentado demasiado bien el paso del tiempo, pero si le comparamos con el Terminator de Arnold Schwarzenegger, Indy parece haber bebido el elixir de la eterna juventud. La primera entrega de la saga es un clásico incunable, 'Terminator 2' elevó el concepto original al séptimo cielo, y 'La rebelión de las máquinas' e, incluso, 'Salvation', aguantan el tipo con solvencia; pero, dede ahí... cuesta abajo y sin frenos. Sólo por los títulos del 84 y el 91, la franquicia de James Cameron bien merece ocupar un puesto entre las mejores de la historia.
Regreso al Futuro (1985 - 1990)
Hablando de clásicos de los ochenta y los noventa, no podíamos pasar por alto la trilogía de 'Regreso al futuro'; una colección de entretenimientos de primerísima calidad con un reparto que rezumaba carisma por los poros, una dirección exquisita en cada una de sus entregas y un dominio de la narrativa digno de estudio en las escuelas de cine. Una saga redonda hasta en sus momentos de desvarío en clave western.
Agárralo como puedas (1988 - 1994)
Decía el teniente Frank Drebin en la tronchante 'Agárralo como puedas' que una buena forma de morir es después de que un lapón te muerda en los huevos. Pues bien, si me dan a elegir, yo preferiría hacerlo después de partirme la caja durante casi cinco horas con un maratón de estas tres comedias absurdas protagonizadas por un Leslie Nielsen al que se echa mucho, mucho de menos. Delirantes.
Jungla de cristal (1988 - 2013)
Puedo afirmar sin miedo a equivocarme que la película que más veces he visto a lo largo de mi vida ha sido 'Jungla de cristal'. El clásico de John McTiernan, además de ser una de las mejores películas de acción de todos los tiempos, vio nacer a uno de los grandes iconos de la gran pantalla; un John McClane que continuó protagonizando fantásticos ejercicios del género... hasta que se estiró demasiado el chicle y se desvirtuó la franquicia en la quinta parte. Si perdonamos este desliz, tenemos un auténtico bombazo de saga, cuarta entrega inclusive.
Parque Jurásico (1993 - 2018)
La primera vez que vi 'Parque Jurásico' fue muy, muy difícil mantener la mandíbula en su sitio —incluso hoy día continúa costando—. Steven Spielberg nos tiene acostumbrados a sepultarnos bajo toneladas de eso que se conoce coloquialmente como la "magia del cine", pero lo que el Rey Midas logró en 1993 fue algo irrepetible. 'El mundo perdido' y 'Parque Jurásico III' —esta última de Joe Johnston— mantienen el nivel suficiente como para que la trilogía completa merezca aparecer en esta selección. Lástima de 'Jurassic World'...
View Askewniverse (1994 - 2019)
Puede que con la del View Askewverse estemos ante una saga, a priori, imposible de concebir. Nadie en su sano juicio hubiese pensado después de ver la espléndida 'Clerks' en 1994 que el bombazo indie de Kevin Smith pudiese abrir paso a una franquicia que se extendería durante un cuarto de siglo junto a personajes como Jay y Bob el Silencioso, Dante, Randall o Brodie, en filmes de la talla de 'Mallrats', 'Persiguiendo a Amy' o 'Dogma', pero parece que, después de todo, los milagros existen.
Antes de... (1995 - 2013)
¿Estáis buscando una serie de largometrajes que os derritan el corazón, que os hagan abrazar un cojín y que os fuercen a suspirar mientras miráis el techo después de verlos? La trilogía 'Antes de...' de Richard Linklater es vuestra solución. Rodadas a lo largo de casi dos décadas junto a Ethan Hawke y Julie Delpy, estos tres diamantes en bruto narran una de las historias de amor más hermosas —y realistas, dentro de los estándares cinematográficos— de la historia del séptimo arte. Diálogos brillantes, planos secuencia a punta pala, improvisación y un corazón gigantesco para una trilogía excepcional.
Toy Story (1995 - 2019)
Si nos centramos en aspectos puramente tecnológicos, Pixar hizo historia en 1995 dando forma a toy 'Toy Story', la primera película cien por cien CGI de la historia. Pero la historia de Woody, Buzz y compañía no fue únicamente un prodigio técnico; también mostró el inmenso poder narrativo del que continúa haciendo gala el estudio de animación, incrementado en dos secuelas que alcanzaron su cénit en una 'Toy Story 3' sencillamente descomunal. La cuarta parte, pese a no brillar tan alto como su predecesora, continúa estando a un nivel inalcanzable para el resto de compañías.
Misión: Imposible (1996 - 2018)
En 1996, Brian de Palma rescató del olvido la serie de los 80 'Misión imposible' en un thriller modélico que, según el propio director, no tenía sentido convertir en franquicia. Veintidós años después, las aventuras de Ethan Hunt van por su sexta entrega, y se han convertido en todo un referente dentro del cine de acción gracias a unas secuencias set-pieces a la vanguardia del género y a un Tom Cruise, casi suicida, reconvertido en el mejor efecto especial que podamos imaginar. Diversión y adrenalina en estado puro en una saga que evoluciona in crescendo.
Matrix (1999 - 2003)
Abro el escudo anti misiles, porque 'Matrix Reloaded' y 'Matrix Revolutions' no suelen ser demasiado bien recibidas por parte del colectivo cinéfilo, pero soy incapaz de no defender a capa y espada la saga de Neo, que arrancó en 1999 de la mano de las hermanas Wachowski, Keanu Reeves, Carrie-Ann Moss y Laurence Fishburne. Por si todo el lore descrito en la trilogía os parece poco, podéis complementarlo con la deliciosa colección de cortometrajes de animación recopilada en 'Animatrix'.
X-Men (2000 - 2019)
El nutrido paso de la Patrulla X por la gran pantalla es lo más parecido a una montaña rusa que podamos imaginar en términos de calidad. Las dos primeras 'X-Men' son todo un referente para el cine de superhéroes tal y como lo concebimos hoy en día, sólo superadas por la brillante 'Primera Generación' de Matthew Vaughn y por la espléndida 'Logan'. No obstante, la otra cara de la moneda nos deja títulos como 'La decisión final', 'X-Men Orígenes: Lobezno' o 'Fénix Oscura', que son mejor olvidar. Por suerte, ahí está el Mercenario Bocazas equilibrando la balanza y salvando la papeleta con las dos tronchantes 'Deadpool'.
The Fast & The Furious (2001 - 2019)
A estas alturas de la saga, y después de tantísimas fantasmadas a las cuatro ruedas, tan sólo queda que Toretto y compañía vayan al espacio —ojo, porque la broma podría terminar haciéndose realidad—, pero resulta curioso comprobar cómo lo que comenzó como una versión macarra de 'Le llaman Bodhi' ambientada en el mundillo del tunning, ha mutado en una franquicia multimillonaria cargada de acción y set-pieces imposibles que ya tiene hasta sus propios spin-off.
Harry Potter (2001 - 2018)
Mentiría si dijese que no he disfrutado más las dos entregas de 'Animales fantásticos' que todas mis aproximaciones a la saga principal de 'Harry Potter'. Aún así, hay que reconocer el esfuerzo titánico de Warner Bros. para dar forma al arco argumental que abarcan las novelas de J.K. Rowling en ocho largometrajes que, con el paso del tiempo, fueron ganaron progresivamente en oscuridad, profundidad y solidez cinematográfica.
El señor de los anillos (2001 - 2003)
Sobre el papel, parecía una idea imposible, prácticamente suicida. Llevar del negro sobre blanco a la gran pantalla la fantasía épica por excelencia, escrita por J.R.R. Tolkien entre 1937 y 1949, era una labor titánica, pero Peter Jackson hizo lo imposible, dando forma a tres maravillas que vieron recompensados todos los esfuerzos con los 11 Óscar que recibió 'El retorno del rey' en 2003. La trilogía de 'El hobbit' no debería ni mencionarla.
Jason Bourne (2002 - 2016)
Puede dar la sensación de, que con nombres como James Bond o Ethan Hunt, Jason Bourne no tenga cabida en una selección como esta, pero nada más lejos de la realidad. La serie de largometrajes protagonizados por Matt Damon —y Jeremy Reener—, además de mantener un nivel notable, cuyo cénit se encuentra en 'El ultimátum de Bourne', sentó precedente en terminos de realización con la llegada de Paul Greengrass, su shaky-cam y su caos ordenado a la franquicia.
Spider-Man (2002 - 2007)
Con permiso de Bob Persichetti, Peter Ramsey y Rodney Rothman, directores de la maravilla animada 'Spider-Man: Un nuevo universo', el realizador que mejor ha entendido al celebérrimo hombre araña y su universo ha sido Sam Raimi. Por mucha fábrica de memes en la que haya terminado derivando 'Spider-Man 3', la segunda entrega de las aventuras y desventuras del Peter Parker de Tobey Maguire continúa siendo, a día de hoy, una de las grandes adaptaciones del cómic a la gran pantalla que hayamos podido disfrutar.
Batman (2005 - 2012)
Hablando de trilogías superheróicas, no podíamos dejar fuera de esta lista a la magnífica trilogía del Caballero Oscuro. Puedes amar u odiar a Christopher Nolan —con el británico parece no haber término medio—, pero hay que reconocer que su aproximación al mito de Batman sentó un antes y un después en el subgénero, con ese tono dark and gritty y ese tratamiento realista —dentro de lo que cabe— que se dio tanto al héroe como a su exquisito repertorio de villanos.
Saga del Infinito (2008 - 2019)
En términos de ambición, puede que estemos ante LA SAGA en mayúsculas. El Universo Cinematográfico de Marvel, y su Saga del Infinito, más que un proyecto fílmico es una obra de ingeniería narrativa articulada a través de tres fases, dos décadas y 22 largometrajes —sin contar 'Spider-Man: Lejos de casa'—. Una auténtica odisea cósmica que comenzó y terminó junto al Iron Man de Robert Downey Jr. y que ha dejado a su paso miles de millones de beneficios en taquilla.
John Wick (2014 - 2019)
Ya hemos hablado de John McClane, Ethan Hunt, James Bond, o Max Rockatansky, peor qué mejor manera de concluir nuestra selección con las mejores sagas que con un nuevo héroe de acción que ha llegado para quedarse mientras maravilla a los aficionados al género de todo el mundo con su estilo inimitable; estamos hablando de un John Wick que, en tres largometrajes —cada uno mejor que el anterior— ha marcado un nuevo estándar en lo que respecta a la fisicidad y el espectáculo que marcan la diferencia en sus escenas de combate. Nunca jamás una muerte de un cachorrito ha merecido —ni merecerá— tantísimo la pena.
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