Absolutamente toda la filmografía de John Carpenter es digna de nuestro tiempo, pero estas 10 joyitas son un must en toda regla
Pocas cosas me ponen más de los nervios que una conversación sobre cine en la que termina apareciendo la pregunta de marras: ¿cuál es tu director favorito? Escuchar esa simple frase suele ponerme el cerebro al rojo vivo mientras una maraña de títulos y nombres propios circulan a toda velocidad por mi mente hasta que se detienen súbitamente cuando, como si de una máquina tragaperras se tratase, se alinean tres palabras: John Howard Carpenter.
Sí, a fin de cuentas, quedarte con un sólo realizador de toda la historia es como preguntarte si quieres más a papá o a mamá, pero la filmografía del Master of Horror, con todas sus señas de identidad, se ha convertido en una suerte de lugar seguro al que acudir una y otra vez cuando el día se tuerce. Y, claro, sabiendo esto, es comprensible que quedarme con un único largometraje de su prolífica carrera es harto complicado.
Por ello, a continuación os traigo una selección con mis diez títulos predilectos de un cineasta con espíritu de cowboy imitado hasta la saciedad, pero nunca igualado. Diez joyas de todos los colores y sabores cuya presencia en este texto no significa que el resto de producciones marca de la casa Carpenter merezcan ser desechadas bajo ningún concepto.
Índice de Contenidos (10)
- Estrella oscura (Dark Star, 1974)
- Alguien me está espiando (Someone's Watching Me, 1978)
- Asalto en la comisaría del distrito 13 (Assault on Precinct 13, 1976)
- Vampiros de John Carpenter (John Carpenter's Vampires, 1998)
- 1997: Rescate en Nueva York (Escape from New York, 1981)
- Están vivos (They Live, 1988)
- La noche de Halloween (Halloween, 1978)
- El príncipe de las tinieblas (Prince of Darkness, 1987)
- La cosa (El enigma de otro mundo) (The Thing, 1982)
- En la boca del miedo (In the Mouth of Madness, 1994)
Estrella oscura (Dark Star, 1974)
'Estrella oscura', contigo empezó todo. Lejos de abrazar el terror que ha marcado su carrera, el primer largometraje de John Carpenter, escrito junto a un Dan O'Bannon que cinco años más tarde estrenaría 'Alien: El octavo pasajero', nos brindó un cóctel de comedia y ciencia ficción que parece surgido de una combinación imposible entre '2001: una odisea del espacio' y la esencia de los Monty Python. 60.000 dólares de presupuesto, una pelota de playa y una bomba con problemas existenciales para una sátira en la que ya empezaron a verse algunos de los sellos de autor del cineasta.
Alguien me está espiando (Someone's Watching Me, 1978)
Cuando se habla de la obra de John Carpenter suele omitirse su etapa televisiva que, además de dejarnos un biopic demencial con Kurt Russell dando vida a 'Elvis', nos regaló este thriller arquetípico de psicópatas voyeurs y mujeres acosadas desde edificios contiguos. ¿Qué hace aquí esta cinta? Básicamente reivindicar el oficio de su director, su extraordinaria gestión de la tensión, la puesta en escena y la planificación, y su habilidad para convertir una TV-Movie en una producción capaz de rivalizar con muchas homólogas para la gran pantalla. Interesantísima.
Asalto en la comisaría del distrito 13 (Assault on Precinct 13, 1976)
John Carpenter es un fan declarado del western en general y de Howard Hawks en particular, y no pocos de sus largometrajes cuentan con la esencia del género impregnada en su metraje. Sabiendo esto no sorprende que su segunda película fuese una suerte de remake apócrifo de 'Río Bravo' en el que un grupo disfuncional debe sobrevivir al asedio de una banda criminal que, por momentos, es tratada como si de un ejército sobrenatural se tratase. El código genético del director en su esencia más pura.
Vampiros de John Carpenter (John Carpenter's Vampires, 1998)
Como digo, el Western ha marcado profundamente la filmografía del maestro del terror, y otro de los largometrajes que mejor lo refleja es su denostada 'Vampiros'. Aunque ya forme parte de la considerada como etapa crepuscular de Carpenter, esta brillante y polvorienta cinta de chupasangres cuenta con un grupo protagonista para enmarcar, un sentido del humor a la altura de su mala leche y un James Woods que canaliza a la perfección el espíritu macarra de una delicia incomprendida.
1997: Rescate en Nueva York (Escape from New York, 1981)
Carpenter dio la bienvenida a la década de los 80 aliándose nuevamente con Kurt Russell para dar forma a un actioner de ciencia ficción distópico reconvertido en título de culto y en fuente de inspiración de infinidad de productos de diversos medios. Serpiente Plissken y su eterno parche dieron cara y ojo —en singular— a una producción fascinante en términos de diseño y con una narrativa impecable que extrae oro de la herramienta de la cuenta atrás. 100% actitud. 100% John Carpenter.
Están vivos (They Live, 1988)
Hablar de la ciencia ficción más de manual y de John Carpenter nos lleva directamente a una 'Están vivos' que toma las bases argumentales de otros títulos con invasiones silenciosas como 'La invasión de los ultracuerpos' —valga la redundancia— para dar forma a una mordaz sátira anticapitalista con momentos antológicos. Además de una de las peleas más memorables del séptimo arte y de un Rowdy Pipper soltando one liners como nadie, esta película se ha ganado a pulso su estatus de culto con su inteligencia y, de nuevo, con esa actitud única en su especie.
La noche de Halloween (Halloween, 1978)
'Psicosis' y 'El fotógrafo del pánico' plantaron la semilla, pero fue John Carpenter con esta obra maestra quien popularizó el subgénero del slasher 18 años después. Con 'Halloween', el cineasta abrazó por primera vez —tras pinceladas en 'Asalto en la comisaría del distrito 13'— el concepto del mal como un ente casi abstracto y etéreo, encarnándolo en un Michael Myers enigmático, implacable y sobrecogedor. Con unos recursos muy limitados, una máscara de William Shatner y una Jamie Lee Curtis para el recuerdo, el cineasta firmó no una película redonda, sino una leyenda que aún vive.
El príncipe de las tinieblas (Prince of Darkness, 1987)
Con 'El príncipe de las tinieblas', Carpenter puso la segunda piedra de su conocida como "Trilogía del Apocalipsis" redondeando su visión y concepción sobre el mal y su naturaleza que comentaba anteriormente. Metafísica, ciencia, religión y el fin del mundo se combinan en una cinta de terror sobrenatural hermanada con 'El experimento del Dr. Quatermass', profundamente inquietante y, como los títulos que nos queda por repasar, puramente lovecraftiana.
La cosa (El enigma de otro mundo) (The Thing, 1982)
Para muchos, 'La cosa' es el magnum opus de John Howard Carpenter —yo dejo mi favorita para el final—, lo cual es perfectamente comprensible. La primera parte de la Trilogía del Apocalipsis reinventa 'El enigma de otro mundo' de su amado Howard Hawks y Christan Niby, dando forma a una de las mejores películas de terror de todos los tiempos. Sus efectos prácticos cortesía de un jovencísimo Rob Bottin siguen siendo tan espeluznantes como el primer día, reflejando el cariz imperecedero de esta historia de supervivencia, paranoia y una turbadora relación casual temática y temporal con los primeros casos de la epidemia del VIH.
En la boca del miedo (In the Mouth of Madness, 1994)
Entre 1992 y 1996 John Carpenter firmó una película por año; cinco títulos entre los que destaca —y con mucho margen de diferencia— su aproximación más fiel y sobrecogedora al imaginario de H.P. Lovecraft. 'En la boca del miedo', mi título predilecto de su filmografía, posee alguna de las imágenes más poderosas de su carrera y la que, bajo mi humilde punto de vista, es su mejor apuesta por la premisa del mal más primigenio y absoluto abriéndose paso hacia nuestro mundo. Metaficción, un diseño de producción arrollador y un Sam Neill casi perfecto para otra obra maestra del bueno de J.C. ¿Lees a Sutter Cane?
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