John Rambo, una cuestión de sangre: así ha evolucionado el inmortal personaje de Sylvester Stallone en cinco películas

John Rambo, una cuestión de sangre: así ha evolucionado el inmortal personaje de Sylvester Stallone en cinco películas

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Rambo Portada

En 1972, diez años antes de que el pueblo de Hope arrebatase toda la esperanza de un veterano de guerra con problemas emocionales que solo estaba de paso hacia una (otra) secuela de una vida complicada, David Morrell publicó su primera novela. Por supuesto, sigue siendo su obra más popular tras casi medio siglo escribiendo libros. Se titulaba 'Primera sangre'.

Heridas (interiores) de guerra

Impactado por la serie 'Route 66' cuando era un chaval, el canadiense David Morrell, sintió que esa combinación de acción y compadreo se aproximaba lo suficiente a algo a lo que dedicarse en un futuro. Más fan de los billares que de la gramática, reconoce que los estudios no ayudaron a su capacidad para la escritura. Tras doce años intentando terminar su primera novela, ocho de ellos estudiando y licenciándose, decidió volver a empezar a través de los responsables de aquella serie.

Así, envió una carta a Stirling Silliphant, uno de los creadores de la misma, con un mensaje tan llamativo como simple: "Quiero ser como tú". Para sorpresa de todos, no tardó en recibir una contestación que todavía hoy permanece enmarcada en su despacho.

Morrell First Blood

Despedido de un trabajo en la construcción tras provocar un pequeño accidente, se encontró viendo en televisión 'El precio del triunfo', una película escrita por Rod Serling sobre la moralidad de luchar para ascender en la escala corporativa, sin importar quién resulte herido en el proceso. Siguió tomando nota de lo aprendido con Silliphant. Con una beca bajo el brazo viajó a Estados Unidos para estudiar en la Universidad Estatal de Pensilvania, donde finalizó sus estudios de literatura americana con trabajos sobre Hemingway y John Barth.

Una vez graduado en 1968, Morrell dio clases de primer año. Varios veteranos de Vietnam se encontraban entre sus estudiantes. Durante las clases y las charlas, muchos hablaron sobre su experiencia y sobre cómo fue regresar a los Estados Unidos. Muchos describieron sus pesadillas, ataques de pánico, ira, dificultad con las relaciones, problemas con la bebida y otros síntomas de lo que hoy se conoce como trastorno de estrés postraumático. Había nacido John Rambo.

El turista accidental

Publicado en 1972, tres años antes de la finalización del conflicto en Vietnam, los derechos de 'Primera sangre' se fueron a Columbia Pictures por 75.000 dólares. Allí pensaron que sería un proyecto ideal para Richard Brooks, responsable de 'Los profesionales', 'El fuego y la palabra' o 'A sangre fría'. En aquella primera versión, más centrada en el sheriff del pueblo que en Rambo, la intención era contar con Lee Marvin o Burt Lancaster en papel que inmortalizaría Brian Dennehy, y el coronel Trautman dejaba sitio a una psiquiatra interpretada por Bette Davis. Rambo moría.

El proyecto saltaría a Warner, donde Martin Ritt quiso a Paul Newman como Rambo y a Robert Mitchum como villano, pero la compañía quería a Clint Eastwood o a Robert De Niro como veterano héroe de guerra. Ambos personajes morían en esta versión escrita por Walter Newman. Sydney Pollack, Mike Nichols, John Badham, John Travolta, Steve McQueen, Robert Redford... mil nombres poblaron el bosque maldito de un proyecto que no encontró la luz durante una década

Fue entonces cuando el estudio independiente Carolco, de los inolvidables Mario Kassar y Andrew G. Vajna, unieron fuerzas con el realizador canadiense Ted Kotcheff para sacar adelante el proyecto.

Con tres entregas de 'Rocky', dos nominaciones al Oscar y un thriller competente entre medias ('Halcones de la noche'), Sylvester Stallone era una estrella consagrada que pidió tres millones y medio de dólares por su participación. Finalmente conseguiría un contrato por dos más variables. Unas variables que tendrán un valor incalculable. Sobre todo teniendo en cuenta el cambio en el desenlace de la historia.

"Siempre había concebido la historia de Rambo como una misión suicida. América no le quiere, y él tampoco la quiere a ella. Desde que toma la decisión de cruzar el puente, sabe que todo va a ir de mal en peor", afirmaba Kotcheff. Pero claro, al final el héroe no morirá porque el espectáculo debe continuar. En el 'Predator' de Stallone el cazador era él, y deshacerse del soldado perfecto habría sido un error histórico.

'Acorralado' fue un éxito impresionante. Sus quince millones de presupuesto recaudaron diez veces más, y fue una de las películas más exitosas del año de 'E.T. El extraterrestre'. El mejor parado fue, como es lógico, su protagonista. Una de las pocas películas que recaudó más dinero que su incursión forestal fue 'Rocky III', la segunda película más taquillera de su otra franquicia estrella.

Infierno, dulce hogar

Tres años más tarde, llegó la secuela que redefinió al personaje y que seguirá siendo para siempre el mayor éxito en la historia de la saga. A pesar de lo fácil que lo tenían, de apostar sobre seguro, la gestación de 'Rambo: Acorralado - Parte II', tampoco fue especialmente relajada.

Desde 1970, el rumor corría por las calles de Estados Unidos: en Laos aún quedaban soldados norteamericanos capturados y retenidos en cuevas. "Si me entero de que uno de los míos está desaparecido, no lo daré por muerto hasta no tener el 100% de certeza. Creo que por eso la película habla de cosas importantes", decía Stallone al respecto.

De todos modos, uno de los mayores problemas durante la preparación de la película (para la que Stallone entrenó cuatro horas al día durante ocho meses) estuvo en la escritura de las distintas versiones a las que dio pie la historia de Kevin Jarre.

A pesar de firmar como co-guionista junto a Stallone, James Cameron parece mantener la misma distancia con esta película que con 'Piraña II: los vampiros del mar': "Para mí se trató de un simple trabajo que me dio de comer durante seis meses. Llegué tarde al proyecto y me apunté porque por entonces estaba fascinado con la guerra de Vietnam". 

Por entonces Cameron se encontraba preparando 'Aliens: El regreso', y es normal que su campo de prácticas fuera el mismo Vietnam. "La mayoría de los valores morales de mi guión fueron suprimiéndose durante el rodaje, por eso prefiero mantenerme al margen de esa película". La estrella de la función también se pronunció al respecto: "Mi reescritura del guión de James Cameron no fue por un punto de vista político. Su guión estaba incompleto. Si dice lo contrario, miente".

Lo único que queda del espíritu Cameron en 'Rambo' es el espectáculo de las escenas de acción. Afortunadamente (o no), tampoco salió adelante la idea de tener un colega de misión "chistoso" que a punto estuvo de tener el rostro de John Travolta.

Dirigida por George P. Cosmatos, con quien el actor repetirá éxito poco después gracias a la mítica (y mejor) 'Cobra, el brazo fuerte de la ley',  'Rambo: Acorralado - Parte II', fue un éxito descomunal al que solo hizo sombra la película más taquillera de 1985: 'Regreso al futuro'. Misión cumplida.

Sangre y arena

El Rambo más cachas de la saga, pero también el que más fácil caía en la autoparodia involuntaria. Intentar repetir el éxito de la anterior entrega era la misión más suicida de todas.

En condiciones normales, preparar una continuación de la película de acción más rompedora de los ochenta (por entonces) habría sido un camino de rosas. La mayor estrella del planeta, que además tenía otra franquicia viento en popa, volvía a coger las armas para una última (ejem) misión. Pero Stallone, que venía dando tumbos tras el mayor fracaso de su carrera, 'Yo, el halcón', estaba especialmente nervioso. Sus productores, bastante más.

Con un sueldo de cuatro millones de dólares y el plus de un jet Gulfstream valorado en otros doce, Stallone empezó a buscar una historia con ayuda de Sheldon Lettich, que venía de firmar el guión del éxito al servicio de Jean-Claude Van Damme, 'Contacto sangriento'. "Creí que le habían gustado mis trabajos ahí o en 'Objetivo Vietnam' (su primer guión para un largometraje, dirigido por Josh Becker en 1985 con el título original de 'Stryker's War'), pero fue uno que nunca llegué a realizar, 'Firebase', el que llamó su atención".

David Morrell-Macdonald-Stallone-rambo3

Con la historia en el bolsillo, llegó el momento de poner rumbo hacia un director. El australiano Russell Mulcahy, que veterano autor de docenas de videoclips y de algunos éxitos de culto de la época, como 'Razorback: los colmillos del infierno' o 'Los inmortales', era el elegido. Pero poco a poco la cosa fue volviéndose más complicada. Incluso el guionista, Lettich, no está del todo satisfecho con los resultados. El escritor venía de diseccionar Vietnam del modo más realista posible y, bueno, "en la película hay un montón de situaciones que están muy lejos de la realidad. El momento final entre tanque y caballo, como un torneo medieval de justa, es inconcebible".

"Al principio nos entendimos de maravilla, pero yo estaba tratando de hacer una película del estilo de 'Los inmortales', olvidando el hecho de que tenía a mi disposición una estrella que valía millones de dólares. Así llegamos a las diferencias creativas tras dos semanas de rodaje. Pero sin acritud. Sly y yo somos buenos amigos. Además, en la película queda reflejado mi trabajo: el ataque al fuerte ruso es mío".

Con la alerta roja de la hecatombe bramando, llegó el momento de delegar la dirección en el responsable de la segunda unidad, Peter MacDonald. El británico, además, ya se había encargado de la misma labor en la anterior aventura del personaje (y en títulos como 'El imperio contraataca', 'Excalibur' o 'El dragón del lago de fuego'.

Al final, con Stallone intentando salvar los muebles (como director no acreditado, pero se le supone el resultado final), 'Rambo III' recaudó casi lo mismo que la anterior a nivel internacional... pero tres veces menos en casa. Eso, además de la pésima recepción crítica, dejaron al personaje meditando durante treinta años.

Rambo el bárbaro

Eso sí que no se lo esperaba nadie. El regreso de Rambo, treinta años después, no solo es la mejor de la saga: es la mejor película de Sylvester Stallone como director. "Me explicó que no le gustaba el tono que tenían la segunda y tercera película, porque parecían glorificar la violencia. Me dijo que quería volver a la esencia del personaje". Habla David Morrell, "padre" de la criatura y mano derecha del personaje durante todos estos años. "Es el personaje que yo imaginé en 1972: cabreado y devastado".

Al contrario que en momentos más complicados, el responsable número uno venía de un momento dulce. Dos años antes había estrenado con éxito 'Rocky Balboa', pequeñísimo ejercicio de amor por el personaje de apenas 24 millones de dólares con el que recaudó más de ciento cincuenta. Pero al contrario que aquella, la producción sería mucho más aparatosa, pasando de 60 a 500 participantes, y con el doble de presupuesto. Todo ello invertido en una insultante cantidad de sangre y violencia que, contra todo pronóstico, resultó ser un hermoso y refrescante soplo de aire fresco.

Rambo Sangre

El guión salió rápido y bien, pero con un detalle peculiar: Stallone lo aparcó diez años para ser la base de la próxima 'Rambo: Last Blood'. "Me gustaba la historia, su aire western, pero no me parecía la mejor opción para el regreso de Rambo", afirma Stallone.

Mientras se escribía la nueva historia, cineastas como Luc Besson, Richard Donner o James Mangold fueron considerados para la dirección, aunque finalmente, y casi contra todo pronóstico incluso para él mismo, acabó dirigiendo el protagonista. "Nunca imaginé que terminaría dirigiendo un episodio de Rambo, es un cine mucho más intenso que el de Rocky, lo opuesto a su intimismo. No lo tenía muy claro". Personalmente, creo que se trata de la mejor decisión de su carrera, además de su mejor película como director: la película parece estar dirigida por el propio Rambo.

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La cuarta película de Rambo es la historia de la vida. Un tío de vuelta de todo que tiene que dejarse la piel para que cuatro anormales cumplan sus sueños y delirios de grandeza mientras piensan que son ellos los que ayudan. Y encima se ofenden. Bromas aparte, 'John Rambo' es la primera película de la saga que nos mete a nosotros, espectadores acomodados en una vida de lujo en pleno siglo XXI, dentro de una guerra real.

Es ofensiva, espeluznante. Hay imágenes realmente perturbadoras. Es una obra maestra done las salpicaduras nos evocan a los momentos más hermosos del cine samurái. Stallone se pronunció al respecto durante una masiva presentación en la sala de prensa del Santiago Bernabéu: "Si te disparan con esas armas, no te hacen agujeritos: te parten por la mitad".

Sin Jerry Goldsmith entre nosotros, Brian Tyler fue el encargado de poner música y recuperar el tono, la garra y la melancolía de una partitura que dejó un par de obras maestras, sobre todo la de la segunda entrega, una obra absoluta que llegó en el momento en que el músico experimentaba con más fuerza que nunca a través del sintetizador, dando un paso de gigante tras la música para 'Runaway: Brigada especial' que había creado un año antes. Por qué no recaudó más dinero, es un gran misterio para mí. Probablemente la calificación por edades y un nuevo espectador que no conoce al héroe tuvieron que ver. El primer Rambo de la era de internet es una película extraordinaria.

El legado del héroe

Italia, Filipinas, Turquía... pocos países se quedaron sin buscar su Rambo particular. Incluso Estados Unidos siguió buscando con mayor o menor fortuna entre los restos del Nam. 'Desaparecido en combate' o incluso 'Commando' fueron recreaciones y vueltas de tuerca a lo ya visto antes. Y no todas las explotaciones son para tomar a risa.

'Blastfighter: la furia de la venganza', es una película de Lamberto Bava más que notable. Originalmente pensada para ser una explotación de 'Mad Max', terminó siendo, gracias a un ajuste de presupuesto, un spaghetti-Rambo más que digno.

La americanización creada a base de copiar el cine de acción made in USA por parte de las coproducciones entre Italia y el país que se pusiera a tiro, nunca mejor dicho, en ocasiones estaba llena de honestidad y buenas intenciones. Estas escandalosas copias de tramas y secuencias determinadas de títulos concretos, puestos uno detrás de otro con actores sobrados de carisma, eran, paradójicamente, excelentes vehículos cargados de entretenimiento.

Blastfighter

'Blastfighter, la furia de la venganza', es un ejemplo perfecto.
Una mezcla explosiva de 'Acorralado' o 'Defensa (Deliverance)' que se toma la molestia de, al menos, ser una película de principio a fin.
 

Joseph Zito, autor de alguna de las mejores películas de Cannon, como 'Invasión USA', se apuntó a la moda del Rambo en b, curiosamente, con un colega de Stallone: Dolph Lundren se convirtió en 'Red Scorpion', entrañable clásico del videoclub no exento de cierto encanto.

Serían cientos las películas que podríamos incluir en este apartado, pero eso sería otro artículo. Así que vamos a ir cerrando con un par de apuntes llamativos y uno más obvio que otro. Dentro de lo que se podía esperar, decir que Rambo tuvo videojuegos. Muchos. Y muy pocos realmente jugables. Es más: seguimos esperando por el videojuego definitivo.

Lo que no era tan lógico era que semejante apología de la violencia y el fascismo bien entendidos (esto es, en cine de acción para comer palomitas y bramar con los puños en alto cuando un asesino despiadado y pedófilo pierde sus intestinos por tremendo corte letal del héroe) dieran como resultado una serie de dibujos animados para los críos de mi generación.

El legado de John J. Rambo es eterno. No importa las infinitas parodias que haya soportado, ni las críticas despiadadas que lo mantuvieron (puede que) merecidamente en el limbo de los héroes de acción, pero ahora mismo el viejo ex-boina verde está camino de su casa y de nuestros cines. Y eso, amig@s, siempre es motivo de celebración. Bienvenido a casa, soldado.

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