Jean-Claude Van Damme, la guía esencial: 8 consejos para adentrarse en la obra de la estrella del cine de acción más peculiar

Desde sus producciones más casposas a las más ostentosas obras maestras de la acción: revisamos la carrera del actor belga

Amigos y amigas del cine de acción de los ochenta, todos conocéis a Jean-Claude Van Damme. Durante años, fue la estrella del género más importante y reconocible más allá de la imbatible dupla Stallone-Schwarzenegger. Fue el rey de los videoclubs, pasó por un infierno personal de cuyos efectos aún hoy nos llegan los ecos y ha sabido reformularse de forma excéntrica y personalísima, convirtiéndose en algo así como su propio meme.

Su filmografía rebosa pequeñas joyas y grandes éxitos, cositas infravaloradas y bombazos que no son para tanto. Hemos elaborado una guía dividida en 8 consejos para sumergirte en el Mundo Van Damme.

Empezaremos por lo más asequible e iremos subiendo en dificultad, accesibilidad y paciencia necesaria, hasta que te conviertas, como nosotros, en un auténtico devoto de Los Músculos de Bruselas. ¡Vamos con los estiramientos!

1 - Ten en cuenta que Van Damme es Van Damme

Y es lo que le hace grande. A estas alturas es complicado determinar qué le ha llevado a tomar según qué decisiones y a tener una carrera tan decididamente extraña para un actor de cine de acción de serie B, pero posiblemente sea una mezcla de todo: las drogas, los derroteros del género en los años noventa (cuando las películas de tamaño medio pasaron de llenar salas a plagar los videoclubs), coincidir en el tiempo y en el espacio con unos cuantos genios excéntricos, ser un genuino hortera y hablar regular el idioma inglés.

Todo ello ha sumado puntos en una carrera de la que no conoces ni la mitad. Por ejemplo, en los años noventa y dosmiles deambuló por televisiones europeas francófonas participando en late nights y programas de debate desarrollando una tronadísima filosofía de vida que mezclaba body-building y trascendencia oriental con resultados que solo podemos calificar de explosivos.

Así que lo mejor que puedes hacer, como primer y muy importante consejo, es no dar nada por sentado. Cualquier película de Van Damme puede ser una locura inclasificable, cualquier diálogo de Van Damme puede sonar alucinógeno si se pronuncia con el apropiado deje afrancesado. No subestimes a la bestia. No hay películas convencionales de Van Damme, porque siempre, como mínimo, tienen un Van Damme a bordo.

2 - Arranca con dos clásicos asequibles: 'Soldado Universal' y 'Timecop'

Muy cercanas en el tiempo (de 1992 la primera, de 1994 la segunda), son dos de las películas que consagraron a Van Damme como dueño y señor de la acción de serie B de los noventa, quizás solo seguido (a mucha distancia) por Steven Seagal. El extraordinario éxito de ambas, pero sobre todo de la segunda, asentaron las bases de su estilo más mainstream: artes marciales solo ocasionales y en plan exhibicionismo atlético, humor resultón, coqueteo con la ciencia-ficción y la fantasía y violencia muy moderada y de tebeo.

En 'Timecop' Van Damme da vida a un policía que se dedica a dar tumbos por el tiempo solucionando timos espacio-temporales y flecos paradójicos que quedan colgando cuando algún criminal se lanza a huir por el pasado y el futuro. 'Soldado Universal' es una contundente -y muy de su época- cinta de acción con soldados mejorados cibernéticamente y que le enfrentó a un titánico Dolph Lundgren.

Son cintas sin complicaciones en las que proyecta una imagen simpática (paradójicamente, sus problemas con las drogas empezarían al no poder asimilar estos éxitos) y que le convertirían en el favorito de la chavalería, muy por delante del demasiado antipático Seagal. Su ritmo trepidante y jovial las hacen perfectas para zambullirse en la filmografía de Van Damme.

3 - Recréate con su obra maestra total, 'Blanco humano'

Habrá quien prefiera 'Timecop' o 'Contacto sangriento', pero aquí creemos que 'Blanco humano' es la película perfecta de Van Damme. No solo exhibe perfectamente su capacidad como actor de acción (la secuencia en el almacén del mardi gras es explosiva), sino que está perfectamente potenciado por un autor con una visión y un sentido de la planificación muy particulares, el gran John Woo.

Exquisitamente rodada y montada, esta especie de versión mayestática de 'El malvado Zaroff' tiene, con Lance Henriksen y Arnold Vosloo, dos de los mejores villanos a los que se ha enfrentado el actor, por una vez muy a su altura. La cinta es un hipnótico espectáculo de combates, persecuciones, y exquisitas coreografías a cámara lenta, con una maravillosa fotografía diurna de Nueva Orleans y unas tremendas y violentas orgías de fracturas múltiples y destrucción de la propiedad pública y privada.

Hay fans de Van Damme que prefieren películas más sosegadas y corrientes del actor, aquellos vehículos de lucimiento más claro, pero 'Blanco humano' es, sin duda, la que lleva más allá el complicadísimo equilibrio entre el exhibicionismo del belga y un sello creativo patente tras las imágenes. 'Blanco humano' es la gran obra maestra del cine vandámico.

4 - Picotea por sus películas de artes marciales puras

Es decir, las que hizo entre 1986 y 1990. Algunas de sus mejores películas están aquí, y desde luego son las que tienen acción marcial más intensa y rotunda. Su debut en el género fue como villano soviético en la loquísima 'Retroceder nunca, rendirse jamás' ('No Retreat, No Surrender'), donde ya viene abriéndose de piernas en una película que tiene hasta clon de Bruce Lee incluido, y con unas tremendísimas coreografías marciales para salsear la típica historia de gimnasios enfrentados.

Su primer protagonista es 'Contacto sangriento', sin duda la mejor de sus películas clásicas: una violentísima epopeya de torneos marciales que le muestra en forma y gestando unas acrobacias que son un asombro aún hoy. Y aquí su carisma empieza a brillar: gestualidad corporal diferente al resto de actores del género, muecas para parar un tren y un personalísimo estilo de combate, entre el kickboxing (del que fue campeón internacional antes de dedicarse a la actuación) y el ballet.

En la misma línea, aunque algo inferior, está una de sus películas más conocidas, 'Kickboxer', una explotación de 'Karate Kid' que, sin embargo, apunta a la película china original que plagió el éxito de 1984, 'El mono borracho en el ojo del tigre' de Jackie Chan. 'Black Eagle' y 'Lionheart: El luchador' son decididamente peores, aunque el fan fatal sabrá encontrarles el aquel.

Un curioso punto de inflexión lo supone 'Cyborg', una divertidísima serie B futurista que temáticamente apunta a lo que será la carrera de Van Damme entrados los noventa, pero que aún tiene violentísimos combates cuerpo a cuerpo. Todo aderezado con una estética de tebeo de ciencia-ficción post-apocalíptica tipo 'Metal Hurlant' o '2000 AD' que es una auténtica delicia.

5 - Adéntrate en el loco, loco mundo del Van Damme autorreflexivo

Van Damme siempre ha demostrado una curiosa tendencia a la autoparodia gracias al sentido del humor (sin llegar a adentrarse en la comedia) que han tenido desde siempre sus películas. A eso se suma una perturbadora tendencia a protagonizar films en los que se pelea contra sí mismo, como 'Doble Impacto' o 'Replicant', aunque esa es otra cuestión.

Lo importante es que todo cambió con 'JCVD', una insólita mezcla de comedia, drama y ruptura de la cuarta pared en la que Van Damme interpreta a un Jean-Claude Van Damme decadente, viejo y lleno de remordimientos.

Una pequeña maravilla que reflexiona como pocas sobre lo endeble de las ficciones y nuestras ideas preconcebidas sobre ellas, y que tiene como apabullante tour de force un espectacular monólogo a cámara de Van Damme en el que acaba llorando unos lagrimones que podrían ser reales. ¿O no? Imposible saberlo con esta película enigmática y absolutamente diferente a cualquier otra, sea o no de Van Damme.

Si te quedan ganas de más Van Damme about Van Damme, la recientísima y tronchante primera (y única) temporada de 'Jean-Claude Van Johnson' es un buen remedio. De tono mucho más ligero que 'JCVD', con Van Damme haciendo de un Van Damme que es a la vez actor y agente secreto, esta serie de Amazon tiene sin embargo unas cuantas cargas de profundidad dirigidas hacia el estrellato, sus peligros, su frivolidad y su fugacidad. Imprescindible para fans... y para haters.

6 - Compensa el drama con una ración de sus películas más demenciales

'Blanco Humano' no es el único encuentro de Van Damme con directores orientales en los noventa. Tras el paso de John Woo a Hollywood con notable (aunque efímero) éxito, otros realizadores de la ex-colonia intentaron venderse al metal norteamericano, con irregulares resultados. Todos acabaron haciendo películas protagonizadas por Van Damme en un plazo de tiempo muy breve.

Por ejemplo, Tsui Hark, productor habitual de John Woo en Hong Kong, revolucionario de la estética del cine de acción oriental con títulos como 'Zu, guerreros de la montaña mágica' o 'Érase una vez en china', dirigió a Van Damme en dos películas demenciales y divertidísimas.

Por un lado, 'Double Team', una mezcla de 'El prisionero' y un James Bond de saldo, coprotagonizada por Dennis Rodman, con Mickey Rourke de villano y coreografías increíbles de Sammo Hung. Por otra parte, 'En el ojo del huracán', de producción íntegra hongkonesa y tremendamente divertida y excéntrica.

Otro caso es el de Ringo Lam -director de 'City on Fire' (la película que copió Tarantino para su 'Reservoir Dogs') y otras películas hongkonesas igualmente interesantes como 'Nunca se muere dos veces', la increíble 'Full Contact' o 'Prisión en llamas' y secuela- dirigió a Van Damme en tres ocasiones. Primero, en la flojilla 'En el límite del riesgo', con un guión del antaño cotizadísimo Larry Ferguson ('Los inmortales') sobre gemelos enfrentados a los dos lados de la ley. Luego, con otra de dobles, 'Replicant', mucho más divertida y zumbada y con una pelea final de Van Damme consigo mismo que es para verla. Finalmente, la crudísima 'Salvaje', de peleas carcelarias.

7 - Completa los huecos de la zona mainstream de la carrera de Van Damme

Después de 'Lionheart', con la llegada de la década de los noventa, Van Damme se convirtió en una estrella de la acción de serie B con películas ya no estrictamente limitadas a las artes marciales, sino que incluían elementos de thriller, ciencia-ficción y otros géneros. Fue su época de mayor aceptación masiva, llegando a estrenar habitualmente en el cine producciones como la infausta 'Street Fighter', y las mencionadas 'Soldado Universal', 'Blanco humano' o 'Timecop'...

De esta larga etapa que abarca prácticamente toda la década de los noventa, los productos más interesantes son los más antiguos, aún en los márgenes de la explotación videográfica. Es el caso del exploit carcelario con ribetes fantásticos 'Libertad para morir', su primera película de gemelos-golpean-dos-veces 'Doble impacto', o su particular remake actualizado de 'Raices profundas' (!!), 'Sin escape'. También es interesante, años después, el recoleto pero convencional thriller contrarreloj 'Muerte súbita'.

A partir de ahí, el ego (y, presumimos, la cocaína) hace estragos, y encadena una serie de películas que no interesan ni siquiera a sus fans, que lo ven perder su identidad en títulos más bien mediocres, como 'The Quest' (un regreso a sus orígenes con torneos marciales, y su debut como director) o la aburrida 'Soldado de fortuna'. Siendo honestos, era una época complicada para las estrellas de acción: de esta época son 'El sexto día' y 'El fin de los días' de Schwarzenegger, y 'Get Carter' y 'Driven' de Stallone.

8 - Zambúllete en el pozo sin fondo del Van Damme del siglo XXI

Podemos fijar un imaginario punto de inflexión, una caída a los abismos de los presupuestos bajo cero (con excepciones, como veremos) en 1999, momento en el que rueda 'Soldado universal: El retorno', una competente secuela (en términos de acción, incluso superior) de su éxito de unos años antes.

A la franquicia 'Soldado Universal' conviene no perderla de vista: 'Soldado Universal: Regeneración' es una joyita que supone su reencuentro con Dolph Lundgren y con la acción barata pero de primera categoría. Ambos vuelven en la magnífica y alucinógena 'Soldado universal: El día del juicio final', en la que el protagonista es otra gran bestia, Scott Adkins, y Van Damme se hace todo un Coronel Kurtz, a lo Brando.

El éxito de 'JCVD' convirtió a Van Damme en un icono pop, un meme no exento de cierta autoparodia. Algo de eso transpira su villano para 'Los Mercenarios 2' (que por algo se llama "Vilain"), la mejor de la saga no solo por su desnortada presencia, sino porque la acción es absolutamente monumental, lejos del tanteo con los iconos de la primera o del cutrerío CGI de la tercera.

El resto de su carrera durante estos años es más bien mediocre, aunque siempre hay momentos para el regocijo: 'Justa venganza' es regular, pero la estrella oscura hongkonesa Simon Yam funciona como villano. Otro tanto de lo mismo con la violentísima 'Desafío a la muerte', esta vez con Stephen Rea como némesis. Y 'Bienvenido a la jungla' es una inofensiva comedia en la que Van Damme está divertidísimo como un flipado de las armas.

¿Y para el futuro? Si es capaz de esquivar castañas como 'Kill'em all' o vehículos nostálgicos como las sosísimas secuelas de 'Kickboxer' y acabar su eternamente pospuesta 'Full Love', puede que a Van Damme le quede cuerda para rato, sobre todo si es capaz de embarcarse en más vehículos de simpático ombliguismo como 'Jean-Claude Van Johnson'.

¿Será capaz de levantar cabeza como estrella de acción madura o tendremos que conformarnos con su último hit, el mejor spot de la historia de la publicidad?

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