Indiana Jones y la música perfecta. Analizamos las bandas sonoras de la saga y qué papel juega la obra de John Williams

Desde 'En busca del arca perdida' a 'Indiana Jones y el dial del destino', repasamos la música de las películas protagonizadas por Harrison Ford

Todos los textos relativos al estreno de 'Indiana Jones y el dial del destino' coinciden en señalar el regreso de Harrison Ford, realizando piruetas con 80 años de edad. Me gustaría añadir que también ha vuelto John Williams, quien cumplió 91 años el pasado febrero, cerrando el círculo de la saga de películas (42 años distan entre la original y la última, un hito que el compositor cumple por segunda vez tras el cosechado con la saga 'Star Wars', misma cantidad de años aunque 9 películas en total).

Es ocasión propicia para realizar un breve análisis sobre la labor musical de John Williams en las aventuras de Indiana Jones. Antes de entrar en faena, es justo resaltar que Williams es un compositor que, al contrario de lo que suelen promulgar aquellos menos interesados en la banda sonora, es capaz de numerosos registros y sonidos en sus sinfonías (si tiene dudas, coja usted su obra de concierto o partituras como 'El Largo Adiós' o 'Images' y compárelas con 'Harry Potter y la Piedra Filosofal').

Ha evolucionado a lo largo de su carrera y es importante identificar que cada una de las bandas sonoras de Indiana Jones corresponden a un periodo diferente de la misma.

'En busca del arca perdida' ('Raiders of the Lost Ark', 1981)

A pesar de venir del fiasco que supuso '1941', la colaboración de Steven Spielberg y John Williams estaba dando enormes frutos. Es más, la sugerencia del director a George Lucas de contratar al compositor para 'Star Wars' resultó en una revolución para la banda sonora (además de 2 premios Oscars por esta última y 'Tiburón'). Contaban con Williams desde el principio y fiel a su proceso, esbozó un par de ideas para el tema principal de la película. Al presentárselas a Spielberg, fue él quien le sugirió que usase ambas para conformar el que sería el tema de Indiana Jones: "The Raiders March".

Tiene su lógica que la marcha no se acredite al protagonista, ya que todavía no conocíamos el carisma y el encanto que Harrison Ford iba a proporcionar a un personaje, en apariencia bastante canalla y peligroso. Podría decirse que la música de Williams ayudó a humanizar y darle un cariz romántico a Indiana Jones.

Resulta interesante comprobar como la primera aparición del personaje carece por completo de este tema. La escena que abre el filme, presenta una selva hostil con unos personajes que avanzan en la búsqueda de un tesoro. Como todavía no sabemos quienes son estos personajes ni cuáles son sus motivaciones (aunque parecen peligrosas), Williams prefiere mantener un tono amenazante y descriptivo que ayuda a potenciar el misterio de las imágenes.

El tema se aplicará por primera vez a Indiana Jones tras su huida de los hovitos, lo cual permite entender quién es este personaje: lo primero es que el tema es absolutamente triunfal y heroico pero en realidad Indiana no lo es, ha fracasado estrepitosamente.

Por lo tanto, el tono parece aplicarse más a su carácter antiheroico que a sus triunfos. De hecho, la música sirve de transición durante el despegue de la avioneta mientras el propio Indy manifiesta su miedo hacia las serpientes, por lo que la música podría resultar cómica incluso. Esto va a marcar y definir quién la esencia del protagonista.

Sin embargo, el verdadero tema principal de la banda sonora corresponde al Arca de la Alianza. Con reminiscencias del Alfred Newman de 'La túnica sagrada', John Williams embellece las alusiones al arca (ya sea a través de su búsqueda o con los objetos para tal fin como el medallón) con un sonido misterioso y seductor, una cadencia que parece apagarse o evaporarse cada vez que suena en lugar de resolverse.

El tema se revela con todo su poder en dos momentos clave: la brillante secuencia de la sala del mapa, donde la música atrapa, junto a la excelente fotografía de Douglas Slocombe, todo el suspense narrativo y la propia apertura del Arca, momento en que los fraseos musicales del Arca (que llevamos escuchando durante toda la película) conocen, al fin, un majestuoso desarrollo final.

El tercer (y quizás más importante) tema de la película será el dedicado a Marion Ravenwood, pareja sentimental de Indiana en esta aventura. Si con 'Star Wars', Williams se fijó en el estilo de Korngold, con 'En Busca del Arca Perdida', hace lo propio con Max Steiner respecto a sus melodramas de los años 30 y 40 para la Warner.Ecos de bandas sonoras tan emblemáticas como 'La Extraña Pasajera' que le otorgan dignidad y clasicismo a la apuesta pulp y cuya melodía servirá de puente a la versión de concierto de la propia "The Raiders March".

Al hacer esto, John establece el tema de Marion como parte fundamental de la esencia del personaje de Indiana Jones, ya que su tema está construido no sólo por su melodía, también por el tema de Marion. John Williams vuelve a triunfar observando a los clásicos y actualizar su sonido a una película de los años 80.

La impresionante labor de Williams (realzada por una interpretación exquisita a cargo de la London Symphonic Orchestra) se verá recompensada por una nominación al Oscar, perdiendo el galardón por 'Carros de Fuego' de Vangelis, banda sonora atípica y de una naturaleza distinta que también contribuyó sobremanera al éxito de su propia película.

'Indiana Jones y el templo maldito' ('Indiana Jones and the Temple of Doom', 1984)

En perspectiva, resulta fascinante comprobar que esta ha sido la secuela más arriesgada de toda la saga, hasta el punto de que la película busca distanciarse en todo momento del producto original (justo lo contrario de lo que hará a partir de la tercera entrega).

La película abre con unos títulos de crédito (los únicos con diferente tipografía de toda la saga también) que soportan un brillante (e imposible) número musical donde el espectador entra en una especie de puerta mágica en el que bailarinas danzan al son del "Anything Goes!" de Cole Porter, en idioma cantonés (que la pieza elegida se traduzca por 'Todo puede ocurrir' no es baladí).

Acto seguido se revela la naturaleza de esta propuesta, tratándose de una precuela y con un Indiana Jones distinto que actúa más como James Bond que como el personaje que esperábamos encontrar (tardará bastante en sonar el tema de Indiana Jones y una vez más servirá para realzar el carácter antiheroico, al huir de Lao Che y subirse a su avión).

La música vuelve a ser absolutamente descriptiva de la acción y la puesta en escena. Hay momentos de auténtico juego en situaciones clave como la negociación de los restos de Nurhaci con Lao Che (esas cuerdas cada vez que la mesa gira), la fantástica cuenta atrás reflejada musicalmente en el túnel de los bichos (¡con susto orquestal incluido!).

Williams refleja de modo cómico la acción, haciendo uso de la técnica del mickeymousing que consiste en realzar y describir las acciones de los personajes a través de la música. Esta forma de banda sonora fue un recurso muy utilizado en el cine de animación, de ahí su característico nombre.

La exótica India le permite a Williams configurar el tema de Tapón (uno de los favoritos del director) que servirá de hilo conductor durante diferentes etapas a través del país, un nuevo tema de amor para Willie Scott que conoce su desarrollo en la brillante escena de seducción (digna de screwball comedy) y el tema de los niños esclavos que conocerá un tour de force durante la secuencia de liberación donde el sonido de los metales refleja el trabajo minero al que estaban sometidos.

Por otra parte, para reflejar a Mola Ram y sus siniestros sacrificios, Williams desarrolla un oscuro cántico en sánscrito. Es bastante interesante el uso que hace Williams en el momento final de la pelea en el abismo, cuando Mola Ram hace el intento de extirpar el corazón de Indiana y fracasa, la música de Williams retoma su tema creando así una sensación de terror y amenaza en el espectador.

Esta es una banda sonora espléndida para una secuela formidable que lejos de repetir patrones y esquemas, consigue ser sumamente atractiva gracias a que resulta una aventura completamente nueva, con un antiguo amigo (en este caso la marcha Raiders que aparece en su justa medida para dar paso a las nuevas creaciones).

La banda sonora será candidata al premio Oscar (compitiendo contra el propio John Williams de 'Cuando el Río Crece') pero finalmente la elegida será ¡Pasaje a la India' de Maurice Jarre, otra banda sonora exótica.

'Indiana Jones y la última cruzada' ('Indiana Jones and the Last Crusade', 1989)

Tras cruzar todos los límites con la anterior película, Spielberg decidió jugar sobre seguro con un planteamiento similar al de la película original, aderezado con un tono más cómico e inocente, al incorporar la figura del padre del Indy (encarnado por Sean Connery). Así mismo, también se recuperan los personajes de Marcus Brody (absolutamente distinto a como se presentaba en la original, aquí es un recurso cómico), Sallah y los nazis como enemigos y la aventura tiene la búsqueda de un nuevo elemento religioso, en este caso el Santo Grial.

Aunque quizás esté por debajo de las dos anteriores partituras, sigue siendo una obra de enorme calidad por parte de John Williams, donde se le nota un registro sonoro mucho más refinado y elegante de lo acostumbrado y no desmerece en absoluto. La cantidad de música original de esta propuesta (recordemos una tercera entrega) es apabullante y queda mucho por decir, musicalmente hablando.

Piezas como el "Scherzo for Motorcycle and Orchestra" o el prólogo "Indy’s Very First Adventure" de extensa duración, muestran la capacidad del artista en narrar con su música. Al mismo tiempo, piezas rimbombantes y casi cómicas como "No Ticket" donde se establece lo ridículo de la secuencia, o el nuevo motivo para el ejército nazi (mucho más elaborado que el empleado en la película original) permiten seguir asociando el tono comic y pulp de la propuesta a través de su música.

La joya es el majestuoso tema para el Santo Grial, que es un motivo simple pero poderoso y que según avanza la película irá conociendo un desarrollo de su melodía, convirtiéndose en el tema de Henry Jones (quien lleva toda su vida buscado la reliquia sagrada). Al realizar esta asociación musical, Williams establece que la recuperación del cáliz será la salvación de la relación de Indiana Jones con su padre.

Esta es una estupenda banda sonora de enorme belleza, con unos temas brillantes y que alcanza su momento más álgido durante todo el tramo final de película. La secuencia final con los cuatro jinetes cabalgando hacia el horizonte, trae la Raiders March en toda su épica y sirve a Williams de transición recuperar el tema del Santo Grial de manera hermosa. Un registro que no desentonaría en una epopeya medieval. No se me ocurre mejor cierre para una película que, a pesar de ser de aventuras, habla de sentimientos nobles como el amor entre padre e hijo.

Una vez más, la partitura fue nominada al Oscar (compitiendo el compositor de nuevo contra sí mismo por 'Nacido el Cuatro de Julio') pero la triunfadora fue 'La Sirenita' de Alan Menken, origen del renacimiento que experimentó Disney a finales de los años ochenta.

'Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal' ('Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull', 2008)

Tardía secuela que, a pesar de llegar 19 años después de la anterior, cuenta con todos sus creadores originales (a excepción del director de fotografía Douglas Slocombe). Como he mencionado al comienzo, John Williams es un compositor en constante evolución y es por ello que esta 'Calavera de Cristal', que procede tras las técnicas trabajadas (y depuradas) en la primera trilogía de 'Harry Potter'.

Aunque se recuperan tanto la Raiders March como el tema de Marion por la reaparición del personaje, se presentan tres nuevos temas importantes: un tema de suspense (con ecos de terror) para las misteriosas calaveras de cristal, uno para el personaje de Mutt y otro para Irina Spalko, villana de la función.

Para Mutt, siendo este el hijo de Indiana Jones, Williams se permite un tono bufo y jovial de la aventura (con alusiones a la marcha de Raiders) en el que parece que la melodía quiere y no puede a través de falsas conclusiones, curiosamente algo parecido a la respuesta que generó este personaje.

El otro tema dedicado a Irina Spalko es más elegante, sexy y propio de una femme fatale de película de los 40. La nota discordante con la que acaba su propio tema parece augurar su propio destino.

A destacar el breve guiño doble al tema del Arca de la Alianza (ya que volvemos al almacén donde fue depositada), cortes de acción fascinantes como "The Jungle Chase" (prolongación del estilo de Williams para las precuelas de 'Star Wars') y una resolución final del obligatorio "The Raiders March" en los créditos finales donde se cambia sutilmente la orquestación a modo de divertimento.

En esta ocasión la banda sonora no fue candidata al premio Oscar, cosa extraña ya que era uno de los mejores trabajos de la cosecha de 2008 y el compositor suele ser uno de los favoritos, pero todo apuntaba a un rechazo por parte de la industria hacia la propia película que no consiguió mención alguna en ninguna categoría.

'Indiana Jones y el dial del destino' ('Indiana Jones and the Dial of Destiny', 2023)

Y finalmente han sido otros 15 años para volver a disfrutar de la quinta (y parece que ahora sí) última entrega con 'Indiana Jones y el Dial del Destino'. A pesar de que el proyecto iba a ser dirigido de nuevo por Steven Spielberg, cedió la silla al notable James Mangold quien no tuvo duda alguna en volver a contar con Williams para la música como garantía de éxito, a pesar de la avanzada edad del compositor.

Este trabajo supone, antes que nada, un soplo de aire fresco en el panorama de la banda sonora original, ya que el veterano compositor apenas trabaja últimamente (su anterior partitura para 'Los Fabelman' duraba menos de media hora) y es raro encontrar su característico modelo de composición en una película reciente. Su forma de trabajar la banda sonora no encuentra sitio en un Hollywood más preocupado hoy por generar ruido y simular una épica hueca que en permitir sinfonías que otorgan personalidad a la película que acompaña.

Ejercicio notable pero menor en cuanto a la calidad acostumbrada, Williams desarrolla un tema principal nuevo para el personaje de Helena, posible relevo generacional de Indiana Jones, que tiene reminiscencias al sonido del cine clásico.

Su tema (que cuenta con una interpretación a violín por la prestigiosa Anne-Sophie Mutter) evoca a melodías de Miklós Rózsa, Franz Waxman e incluso David Raskin y su queridísimo tema para 'Laura'. Es fenomenal que una película de 2023 contenga un sonido tan puro y añejo, a pesar de que el tema apenas tiene protagonismo dentro de la propia película (lo cual obedece a una falta total de confianza por parte de Mangold de recrearse en esta preciosa melodía que se presta mayormente a las superposiciones que presentan los viajes del protagonista).

También hay un par de motivos nuevos para el dial del destino y el villano Voller y, curiosamente, Williams recupera algunos momentos de los nazis y su acción de 'La Última Cruzada'. Dos cortes suenan bastante similar a obras suyas (como si hubiesen sido utilizadas como pistas temporales): en la secuencia de huida en la biblioteca la música suena idéntica a 'Minority Report', mientras que la subasta es un calco evidente a 'Las Aventuras de Tintin'.

De hecho la esencia de esta última banda sonora (que muchos consideran la verdadera cuarta película de Indiana Jones) está presente a lo largo de gran parte de la banda sonora, confirmando que aquella fue una partitura seminal dentro de la filmografía del compositor y que su estilo actual se asemeja más al demostrado en el universo del periodista belga que a cualquiera de las anteriores bandas sonoras reseñadas.

Mucho más interesante resulta el sorprendente tramo final del filme donde la música se vuelve mucho más experimental durante la batalla de Siracusa y donde se pueden apreciar unos registros fantásticos.

Por último, se recupera el tema de Marion Ravenwood, dignificando al personaje y a la saga y ligando su música a Indiana Jones una vez más, para compartir ambos su sentido de la verdadera aventura.

Sin embargo, el resultado final no es completamente satisfactorio. Da la sensación de que no hay una verdadera unión entre música e imagen, y que el director se ha preocupado más en utilizar la música para "que suene de fondo" en lugar de darle una ubicación y una importancia que le permita brillar con fuerza.

La respuesta está siendo unánime a la hora de señalar que John Williams no aporta nada nuevo, pero al escuchar la partitura en escucha aislada se contradice ese argumento. Es una lástima porque la película cae en los vicios actuales de no saber utilizar correctamente la música.

Es pronto para saber si la banda sonora optará a premios, aunque teniendo a Disney detrás (que por cierto, está dificultando enormemente la distribución de la banda sonora en formato físico) es posible que la campaña sea importante, más aún contando con la veteranía de John Williams. En cualquier caso, podemos estar agradecidos a que la nueva entrega de Indiana Jones siga contando con su batuta, elemento fundamental del personaje junto al sombrero fedora y el látigo.

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