Dentro del marco del Festival D'A de Barcelona hemos podido ver 'The Woman Who Ran', el penúltimo trabajo de Hong Sang–soo, uno de los cineastas más estimulantes de Corea del Sur que, aunque no llene salas, es toda una eminencia en el mundo del arthouse y los festivales.
Amor y cine
Hay una corriente de opinión que habla de Sang-soo como "el Woody Allen coreano", corriente de la que conviene alejarse puesto que no hay nada más auténtico e inimitable que sus películas. Antes de acercarse a su cine es necesario conocer su forma de filmar y estructurar su obra ya que, un encontronazo de primeras, puede resultar desconcertante, tedioso y se puede tener esa desagradable sensación de que alguien te está tomando el pelo.
El propio Sang-soo ha declarado muchas veces que sus películas no tienen un guión como tal, la noche antes del rodaje escribe unas líneas tanto argumentales como de diálogo y se las entrega a los actores como guía, pero la base de todo será la improvisación que muchas veces viene regada en litros de soju que sacan a relucir todo tipo de pasiones y sentimientos.
Porque la temática central de la obra del cineasta es el amor. A lo largo de los más de veinte largometrajes que componen su actual filmografía, se explora todo tipo de procesos; desde el despertar del amor a la infidelidad, pero siempre hay una idea por encima de ello, y es el cine.
Prácticamente todas sus películas tienen un componente metacinematográfico, ya que sus personajes suelen ser directores, actrices, guionistas o estudiantes de cine, que se ven involucrados en conflictos amorosos que suelen derivar en lo que en occidente sería una comedia romántica, pero que Sang-soo acaba convirtiendo en observaciones reflexivas sobre los sentimientos a través de las películas.
Esto aparece de forma explícita en la película 'Mujer en la playa' (2006), donde el protagonista compara las relaciones amorosas con la forma que tiene de construir historias, creando un esquema que puede servirnos para definir las estructuras mentales sobre las que construye sus largometrajes.
En concreto, 'Mujer en la playa' forma parte de la "etapa luminosa" del maestro coreano, cuando sus trabajos (aunque siempre reflexivos) tenían mucha luz, mucho humor, siempre eran alegres y en color (a excepción de la magistral 'The Day He Arrives', estrenada en 2011).
Sus tres primeros trabajos fueron mucho más oscuros y aunque todavía no había encontrado su propio estilo, sí se podía presagiar una voz personal. Prueba de ello será su tercera película, 'La virgen desnudada por sus pretendientes' (2000), donde por primera vez aparecerán todas sus obsesiones y ya, a partir de su siguiente obra, la evitable 'La puerta del retorno' (2002), pasa al color y a esa luz de la que se ha hablado antes.
Sería a partir de 'Ahora sí, antes no' (2015) cuando el cine de Sang-soo se volvería más pensativo, más pesimista e incluso abstracto, aunque todo esto ya se intuía en 'Hill of Freedom' (2014), una película de apenas 70 minutos donde unas simples cartas serían el detonante de un complejo juego narrativo con el montaje.
El director y su musa: un escándalo y grandes películas
Estos juegos, basados en repeticiones o aliteraciones visuales casi siempre habían estado presentes en su cine, pero no será hasta 'Ahora sí, antes no' donde alcanzará su esplendor, estilo que iría depurándose en sus posteriores películas hasta convertirse en un maestro ya no sólo del juego narrativo, sino del minimalismo, los silencios y, poco a poco, de la espiritualidad.
Otro elemento a tener en cuenta, el que más llama la atención a primera vista es el uso del zoom. Un zoom descuidado, sucio, casi agresivo que introduce en sus habituales planos fijos para reencuadrar a sus personajes de forma que resalta ideas, frases o aporta intensidad dramática.
Si tuviésemos que hacer un primer aproximamiento a la obra de Hong Sang-soo, lo que ha rodado a partir de 'Ahora sí, antes no' (Leopardo de oro en el Festival de Locarno) sería la mejor forma de empezar porque, aunque sigue siendo tremendamente personal, su estilo es mucho más depurado y sus escenas más breves, lo que facilita su visionado.
'Ahora sí, antes no' abrirá la etapa en la que todavía sigue, una etapa que no se entiende sin conocer su vida personal puesto que, en sus películas habla directamente de la relación que mantiene con su musa Kim Min-hee a la que conocería rodando esta cinta.
La película plantea el encuentro entre un director de cine y una pintora y la relación romántica que surgirá entre ellos, pero la particularidad es que Sang-soo nos divide la película en dos partes que vienen a ser exactamente iguales pero con pequeñísimas variaciones que vienen a mostrar las inimaginables posibilidades de la vida y, por ende, del cine. Es una película mágica, desconcertante si no se sabe lo que se va a ver, pero también reconfortante porque, aunque amarga, siempre cree en el amor.
'Lo tuyo y tú' (2016) una loquísima comedia romántica en la que el juego narrativo aparece con el carácter de la protagonista. Personaje que, o bien vacila a todo el mundo o tiene un trastorno de la personalidad, puesto que las múltiples posibilidades y las repeticiones aparecen cuando ella provoca confusión en todos los personajes masculinos que han jugado con ella.
Aunque es algo que siempre estuvo en sus películas, Sang-soo habla de la misoginia, de como el hombre se aprovecha de la mujer para su beneficio sexual y la comedia aparece en el momento que la protagonista encuentra una forma de humillarle y sobreponerse a esta situación.
'En la playa sola de noche' (2017), probablemente la cima de su carrera, su obra más bella, triste y misteriosa. En este punto de su vida, Hong Sang-soo y Kim Min-hee estaban en el punto de mira de toda la prensa rosa surcoreana, ya que, habían empezado una relación amorosa que hizo que el cineasta se separase de la que era su mujer. En la película se cuenta la historia de una actriz que, tras un escándalo en su país por tener una relación con el director de su película, decide refugiarse en Hamburgo.
La primera parte muestra lo afectada emocionalmente que se encuentra la actriz (Kim Min-hee), y cómo intenta protegerse de un mundo que sólo la señala a ella; después, una serie de conversaciones con el equipo de la película en cuestión volverá a poner en el punto de mira esta misoginia y la forma que tiene el director de entender el cine.
Rodada un año antes durante el Festival de Cannes, 'La cámara de Claire' (2017) es otra comedia recomendable si se quiere empezar con la filmografía del surocoreano. Cuenta la historia de una agente de ventas (Kim Min-hee) que se encuentra en el certamen vendiendo los derechos de la película de un director con el que, presuntamente, ha tenido un affair.
Aunque no se especifica, vemos en una pared el poster de 'Lo tuyo y tú', que sería estrenada ese mismo año en el Festival de San Sebastián, lo que ya supone un juego metaficticio al insinuar que lo que aparece en esta película es lo real y en la otra lo que no; casualmente, esa cinta de 2016 es la única que no cuenta con la aparición de Kim Min-hee.
Resignada, empezará a caminar por las calles de Cannes donde conocerá a una aficionada a la fotografía (interpretada por Isabelle Huppert) y ambas pasarán el resto del festival juntas reflexionando sobre el amor, el paso del tiempo, la creación y, una vez más, los hombres. Detrás de esta, aparentemente, sencilla comedia podemos ver a un Hong muy liberado, que todavía no entiende la infidelidad como algo más allá de una travesura sin consecuencias.
'The Day After' (2017) competiría en Cannes (donde se presentó también 'La cámara de Claire') y sería la cara B de 'En la playa sola de noche' porque mientras ahí el centro de la infidelidad sería la mujer, aquí es el hombre.
'The Day After' es una reflexión sobre la culpa y el dolor donde una mujer confunde a otra con la amante de su marido (una vez más la identidad para jugar con la narración) quien camina cabizbajo intentando perdonarse a sí mismo por lo que ha hecho y encontrar al que ahora es su nuevo amor.
Este nuevo amor es latente en la forma en la que filma a Min-hee mirando desde la ventana de un coche, convirtiéndola en un ser casi angelical y haciendo de la película un proceso de redención en el que puede justificar que su relación va más allá del deseo.
El nuevo Hong Sang-soo
Tras dejar zanjado el tema de su relación, en 2018 estrenaría 'Grass' en Berlín. Se trata de un drama existencialista en el que Sangsoo hablaría de la muerte y, una vez más, de la creación artística. En esta ocasión, cuenta la historia de una escritora que encuentra la inspiración en las personas que pasan por un café, sus conversaciones y sus vidas; todo acompañado por la música clásica escogida por el propietario del local (al que nunca llegamos a ver).
Esto de la música es muy importante porque es la primera vez que el director usa música diegética en su cine (en sus anteriores trabajos era la forma que tenía de separar escenas o actos), lo que transforman a ese café en la única realidad posible.
No hay más capas narrativas, la protagonista llena su ordenador de historias mientras escucha a gente celebrar el amor, lamentar su propia existencia o hablar de intentos de suicidio. 'Grass' encuentra su abstracción en su propia concepción: ¿acaso es ella quien escribe sus historias? ¿Quién es el extraño propietario de ese café? ¿Por qué pone música? ¿Está acaso Sang-soo hablando de Dios? ¿Y qué más dará?
¿Cómo encaja 'The Woman Who Ran' (2020) en la carrera de Hong Sang-soo? Es difícil de decir, más sabiendo que en su siguiente película ('Introduction', 2021) ha vuelto al blanco y negro, pero básicamente 'The Woman Who Ran' cuenta la historia de una mujer que aprovecha la ausencia de su marido para reencontrarse con una serie de amigas; la última de ellas en una sala de cine.
Estos encuentros derivan en las conversaciones habituales del cine de Sangsoo, pero vemos algo triste en la mirada de la protagonista, hay algo que la preocupa, no llega a estar tranquila y sí, huye de alguien. Una vez más, la teoría aparecida en 'En la playa sola de noche' vuelve a surgir aquí: los hombres que destruyen emocionalmente a las mujeres.
El hombre vuelve a ser retratado como un ser patético (la divertidísima y claramente improvisada escena del gato) y la mujer, pese a su tristeza sale triunfante, independiente y encerrada en una sala de cine (como en 'Ahora sí, antes no' y 'En la playa sola de noche') se libera de masculinos fantasmas del pasado. En la que es probablemente su película más luminosa desde 'La cámara de Claire', el cineasta coreano vuelve a demostrar cómo sigue arrepentido por la infidelidad que cometió, y sigue filmando a las mujeres con independencia pero siempre con ese halo angelical.
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