Seguro que sabes de qué va: alguien, generalmente un idiota, se descubre repitiendo el mismo día una y otra vez, hasta que consigue dar con la forma de terminar el bucle y, por el camino, ser mejor persona.
Lo habrás visto en 'Atrapado en el tiempo' ('Groundhog Day'), plantilla de la gran mayoría de ellas, pero seguro que te suena porque desde 1993, año del éxito de Bill Murray, hasta ahora, se han estrenado muchas.
Es más, es a partir del 2010 cuando esta idea se convierte por mérito propio en un subgénero fílmico, no sin antes haberse convertido en un socorrido capítulo de relleno para un montón de teleseries norteamericanas de los años 90 y 2000, de ‘Buffy’ a ‘Edición anterior’, pasando por ‘Stargate SG-1’, ‘Embrujadas’ o ‘Expediente X’.
Por qué se usa y por qué gusta tanto
¿Qué tienen de especial este tipo de historias? Que hasta cierto punto, son baratas de realizar o lo son en teoría: tienes unos escenarios y reparto limitados, y aunque haya grandes alardes (como, por ejemplo, un desfile), se pueden grabar varias escenas en poco tiempo a poco que el ayudante de dirección, que es quien prepara el calendario de rodaje, sepa colocar bien las fichas.
Son historias que merecen un cuidado extra. Si desde guión, dirección, fotografía, sonido y arte no se pone mimo, la película caerá irremediablemente en el mismo aburrimiento que sus protagonistas (y creedme, para preparar esto, más de una vez me ha pasado), mientras que el script o el equipo de posproducción tienen que estar atentos ante fallos de rácord y asegurar un montaje dinámico.
Si nos atraen es porque nos sentimos como sus protagonistas: atrapados en días y años que son tan parecidos que, por ejemplo, pocos se dieron cuenta, al menos hasta el final de la película, de que ‘Destino final 5’ es una precuela rodada once años después de la magnífica primera parte. Eso sí, la tendencia se ha apagado: el por qué, os lo cuento al final.
La creación de un subgénero
El mecanismo es muy sencillo: las películas pioneras pueden enmarcarse en un género más amplio, como en este caso la fantasía o la ciencia ficción. En el año 93 se estrenaron la conocidísima ‘Atrapado en el tiempo’ y, menos conocida, ‘12:01, testigo del tiempo’, basada en un relato de los años 70 y adaptado previamente en un programa de televisión de media hora.
El caso es que el planteamiento consigue la suficiente popularidad como que se hagan otras películas basadas en su premisa, por lo que la película original se convierte en la inauguración de un subgénero.
El éxito de dicho subgénero se hace patente cuando a uno le dicen que una película es "como ‘Atrapado en el tiempo’, pero en un Ikea" y, sin ver un minuto, es capaz de imaginársela entera: que el protagonista está en un bucle rodeado de muebles de nombres impronunciables y jefes que no te invitan a comer, del que no saldrá si no hay algún tipo de crecimiento personal y que, con toda probabilidad, en algún momento se suicidará para comprobar que su hipótesis, que está atrapado en un bucle, es real (sí, es un tropo macabro, pero muy usado).
Una película para cada uno
Muy bien, me dirás, ya me has explicado de qué va esto o por qué hay tantas películas de este subgénero cuando me bastaría con volver a ver ‘Atrapado en el tiempo’ y comprobar la entrada en Wikipedia, ¿a qué viene entonces este artículo?
Pues a que un servidor se ha pateado las plataformas digitales para demostrarte que, sean cuales sean tus gustos, o tus ganas de ampliar horizontes cinematográficos gracias a curiosas perspectivas y retorcimientos del subgénero, hay una película de bucles temporales para ti sean cuales sean tus gustos. ¿Te va la comedia? ¿La acción? ¿El terror? Lo tenemos todo y todos los pósters forman el mosaico que corona este artículo.
La única regla es, para no enfangarme en clásicos y darle vidilla a películas más nuevas, que sean producciones posteriores a 'El filo del mañana' ('Edge of Tomorrow'): para quien esto escribe, un clásico de Tom Cruise, una de las mejores de este subgénero y, eso para otro artículo, una de las mejores formas de transformar un puñado de ideas netamente japonesas en americanas.
Así que déjate atrapar por estos bucles, que toman el subgénero impulsado por ‘Atrapado en el tiempo’ a nuevos y fascinantes marcos. La mayoría son de visionado gratuito en alguna plataforma, que aparece señalada en el título.
Para amantes del romántico juvenil: 'El mapa de las pequeñas cosas perfectas' (Prime Video)
Dos jóvenes del típico instituto y los típicos suburbios norteamericanos de casa, garaje y jardín, descubren que están atrapados en un bucle temporal. Ni que decir tiene que acabarán liados (¿de verdad creías que eso es un destripe?), pero no te imaginas por qué alguien quiere salir y el otro no. 'El mapa de las pequeñas cosas perfectas' es, por cierto, un relato de Lev Grossman.
La explicación del bucle y la forma de salir de él demuestran que algunos argumentos están mejor sin explicaciones, que bastan con una línea de meta satisfactoria. ¿Necesitó Bill Murray una explicación adicional a "tienes que ser mejor persona para salir con Andie McDowell"? ¿No? Pues eso.
Para seguidores del slasher: 'Feliz día de tu muerte' (alquiler o compra)
Estas ficciones tienen, de forma inherente, un miedo crónico a la muerte: piénsalo, ¿que mejor forma de escapar de la muerte que evitar llegar a viejo o que revertir cualquier intento de suicidio, o asesinato, o accidente mortal?
Por eso, esta historia escrita por Scott Lobdell (guionista de cómics superventas, pero narrativamente simplón y ordinario en el 90% del corpus de su obra viñetada) luce TAN bien: aquí, la protagonista muere asesinada una y otra vez por un personaje siniestro con máscara de bebé. ¿Por qué? Ahí radica la sorpresa y la duda, ¿y si muere justo tras salir del bucle?
La segunda parte, es menos slasher y más un divertimento agotador de ciencia ficción, y sigue la tradición del subgénero de Freddy o Jason de tener secuelas cada vez más tronadas: supongo que la tercera se ambientará en Nueva York. Ambas lucen bien gracias al trabajo de Jessica Rothe, que se come aún más la pantalla. Tanto que, cada vez que no aparece en cuadro, te preguntas, ¿dónde está Jessica?
Para los que echan de menos la mitología 'The fare' (Prime Video)
De la misma manera, este subgénero viene cargadito de un valor alegórico, lo que confirmaría que, si en 10.000 años hay seres capaces de entender nuestro idioma (y más les vale, o no sabrán qué son todos esos residuos radiactivos enterrados), los arqueólogos del futuro pensarán que instruíamos a nuestros congéneres con estas ficciones. Y algo de razón tendrán, ¿verdad?
'The fare' sube la puesta y tira directamente de la mitología, en una historia de amor construida con dos actores con muchísima química entre ellos, un taxi, un fondo falseado y un poco de CGI a 4 euros la hora. Cuanto menos sepas, mejor: limítate a disfrutarla.
Para los que quieren lo mismo, pero distinto: 'Un pequeño contratiempo' (Movistar)
La premisa del bucle es repetir el mismo día una y otra vez, pero… ¿y si repites el mismo día… de los años venideros? Este recital de Rafe Spall, que no me extraña que a mi compañero Kiko le entusiasmara (¡ya somos dos y contigo, amable lector, tres!) y que está tardando en salir como obra teatral, le da una vueltecita a la premisa de los bucles. Vale, sí, esta historia no va de bucles.
Por increíble que parezca, consigue esquivar el síndrome meta, esto es, cuando una ficción basada en otra reconoce continuamente su deuda porque no tiene mucho que contar y está, en realidad, desesperada por llamar tu atención.
Otra ración de esta taza, inferior pero simpaticona, sería ‘Cuando nos conocimos’ en Netflix, que une ‘Atrapado en el tiempo’ con ‘Tiempo y castigo’, aquella historia de Homer viajando con una tostadora al pasado e intentando arreglar su desaguisado una y otra vez. Cuenta cómo su protagonista viaja al momento en que, él cree, su mejor amiga y amor platónico le relegó a la friendzone. Ideal para que algunos entiendan que eso existe por algo y no por capricho.
Para los que buscan acción: 'Boss level' (Prime Video)
La primera en la frente: me encanta Joe Carnahan y aquel peculiar estilo narrativo de las películas de la primera mitad de su carrera. Películas que dibujaban un puzle que como espectador resolvías… para llegar al final y revelarte que el tablero estaba dado la vuelta.
Esa parte también se caracterizó por un gusto cada vez más alocado de acción, de la que ‘Boss level’ es su mayor expresión: una película donde el gag recurrente no es una bofetada o un resbalón, sino un apartamento que estalla o un tiroteo. También recupera algo de su gusto por la epifanía al encajar unas cuantas piezas en su final, pero sin que sea tan sorprendente como 'Narc' o 'Ases calientes'.
No esperes cuidadas coreografías, más bien la violencia repentina de los dibujos animados (o de ‘Shoot Em’Up’) y el carisma increíble de Frank Grillo, que aquí vuelve a ser el tipo más duro de la habitación (al menos, hasta que Mel Gibson aparece), pero también el más gracioso.
Para los que quieran ver las grietas de nuestra sociedad: 'See you Yesterday' (Netflix)
Otra de las características de este subgénero es que, aunque los eventos se repitan, el protagonista tiene capacidad para alterarlos y cómo, salvo excepciones, el status quo se mantiene… pero es el protagonista el que ha cambiado. Es más común escenarios como el de Connors (Bill Murray), en el que el día de la marmota ha pasado y las cosas, en general, siguen igual, que el de ‘Al filo del mañana’, en el que se ha ganado una guerra. Por otra parte, el enemigo suele ser el tiempo, o más bien la falta de él.
‘See you Yesterday’, muy mal promocionada (en ciertas fotos, parece una fantasía juvenil sin fuste), da la vuelta a ambos conceptos. ¿Y si el villano es nuestra sociedad, el status quo, y no el tiempo? ¿Es posible cambiar algo repitiendo el mismo día… o hay algo inefable que lo impide? ‘See you Yesterday’ te ofrece hechos, pero las conclusiones son tuyas.
Para los que gustan de comedias de humor raro y poso melancólico: 'Palm Springs' (Filmin)
El último gran cómico surgido de Saturday Night Live y alguien omnipresente en la actualidad es Andy Samberg. A veces en solitario, otras veces junto a su grupo ‘The Lonely Island’, ha publicado discos, estrenado películas y cortos y dejando su huella en la televisión (‘Brooklyn Nine Nine’). Dada su fascinación por la cultura popular y su capacidad para convertir el discurso meta en un elemento narrativo, por supuesto que iba a participar en este subgénero.
En 'Palm Springs', dos personas se conocen cuando están encerrados en el bucle temporal. La cuestión es que uno de ellos no quiere salir, mientras el otro prefiere estar viviendo una y otra vez la misma boda a la que están invitados, en una suerte de vacaciones infinitas.
Ojo, esto no va solo de comedia con chistes tontorrones (que los tiene, y buenos), sino todo un estudio de personajes con más miga de lo que parece, con reflexiones sobre responsabilidad, el paso del tiempo y la necesidad de avanzar en la vida. Alguna lagrimita te puede sacar.
Si prefieres una comedia aún más tontorrona, ‘Naked’ (Netflix) agota su premisa a los 40 minutos y pierde interés a pesar de que gran parte de la intriga pivota alrededor de qué hace el protagonista desnudo en un ascensor el día de su boda.
Para quienes buscan drama y un salto doloroso a la madurez: 'El increíble finde menguante' (Prime Video)
La aportación española podría verse como el reflejo oscuro de ‘El mapa de los pequeños instantes perfectos’ o ‘Feliz día de tu muerte’, con una protagonista, Alba (Iria del Río), que pese a tener 30 años sigue sin madurar. Cuando repite el mismo día una y otra vez, descubre no solo que no madurar le impide tener una relación más sincera con unos amigos que ya no tienen muy buena opinión de ella, también que con su conducta se hace daño y se lo hace a los demás.
'El increíble finde menguante' tiene una de las ideas más inteligentes de cuantas películas pueblan esta lista: el cuadro se reduce con cada repetición, lo que aprisiona a la protagonista y te provoca claustrofobia como espectador.
Si ésta no te gusta, otro drama e historia de maduración es ‘Si no despierto’ (Prime Video), sobre una chica de instituto que muere y repite el día, solo para descubrir que es una terrible persona. Allá tú, pero aburre a las ovejas.
Para amantes del thriller: 'A day' (Prime)
Terminamos viajando a Corea del Sur, que ha destilado una corriente de thrillers siempre sólidos, siempre atentos a las partes más oscuras de su sociedad. Vamos, que 'Parásitos' no es flor de un día, sino parte de una cosecha continuada y una tradición de décadas.
El protagonista, Kim Joon Young (Kim Myung Min) es otro padre poco atento con su hija, que se ve repitiendo el día en que ella es atropellada para intentar salvarle la vida. Poco imagina, y el espectador tampoco, que el problema va mucho más allá de un conductor descuidado o una niña cruzando la carretera sin mirar.
¿Y cuando se sale del bucle, qué?
Pues nos ha quedado una lista bien pintona y tiene pinta de que así se va a quedar por bastante tiempo. La pasada década, y hasta 2022, ha sido especialmente prolífica en cuanto a este subgénero, pero parece que la rueda se está deteniendo. Una explicación es que, hasta que llegó la pandemia, sentíamos vivir en un presente eterno donde los días se repetían, y que la ristra de desgracias que venimos encadenando desde 2020 nos ha despertado del trance.
Ahora, nuestros días son distintos. Hemos tenido mucho tiempo para pensar en nuestros pequeños castillos de papel y, por qué no, para elucubrar si las cosas podrían ser distintas de otra manera dadas las circunstancias de la pandemia y las crisis subsiguientes. Visualizamos desenlaces imaginarios a hechos reales y aprendimos a tirar nuestros pensamientos en una ruleta, donde giran y giran hasta caer en una conclusión.
Al final, el arte imita a la vida y, quizá por eso, ahora proliferan (y apuesto a que esto va a más) las historias sobre el multiverso...
Ver todos los comentarios en https://www.espinof.com
VER 12 Comentarios